Capítulo 22: Cumpleañera

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Nota: Parte de la obra de arte que puse como portada del capítulo le pertenece al pintor Paul A. de La Boulaye (1849-1926).

Nota 2: Este capítulo es un maratón, apróximadamente de 5,500 palabras o más. Disfrútalo mucho! :)


Base del Ejército de Marley en Medio Oriente, año 852

Nuevamente fui testigo del rápido paso del tiempo: en un abrir y cerrar de ojos el invierno, primavera y verano pasaron frente a mi; ahora estábamos en otoño.

En general las cosas no habían cambiado mucho: seguíamos en guerra contra Medio Oriente pero a diferencia de hace un año, esta iba ganando contra Marley al desarrollar nueva tecnología anti-titán que cada vez se estaba volviendo más fuerte, por lo que los guerreros y yo empezamos a entrenar más: tanto en nuestras formas de titanes  como humanas.

A veces Natasha nos acompañaba echándonos porras o poniéndonos rutinas, por otro lado Seth se la pasaba con el equipo de inteligencia formando nuevas estrategias para poder ganar contra los orientales y su nueva tecnología.

Mis tiempos libres tampoco habían cambiado mucho: estos se dividían entre entrenar con la espada junto con Natasha, entrenar con el arco, platicar con Porco, Pieck (donde la azabache me contaba más sobre los recuerdos de Emily y su relación con mi tía) y muy de vez en cuando con el señor Zeke Jaeger, y por supuesto con Reiner.

Nuestras pláticas nocturnas siguieron como de costumbre dos veces a la semana: una noche era para Reiner donde me platicaba más anécdotas e historias sobre la isla y sus antiguos compañeros: Eren Jaeger, Jean Kirshtein, Mikasa Ackerman, Armin Arlet, Sasha Blouse, Connie Springer y Marco Bodt, a veces estas eran alegres y otras veces tristes y desgarradoras. También me había empezado a hablar sobre dos compañeras más: Ymir, quien resultó ser la chica que devoró a Marcel Galliard y evitó que Reiner fuera comido por los titanes cuando Eren Jaeger activó la coordenada y Christa Lenz quien resultó ser parte de la familia real de las murallas; confieso que me sentí un poco celosa cuando Reiner me dijo que había sentido algo por ella pero cuando me comentó que solo estaba confundido y que en realidad nunca le gustó como tal me sentí más tranquila. La otra noche era mía donde le contaba más que nada al rubio mis recuerdos de las infancia en Alcar con mis primos: la mayoría de estos eran alegres y felices aunque también había tristes cuando se trataban de la abuela o de Adriana.

De cualquier forma Reiner y yo estábamos ahí para apoyar y escuchar  al otro: definitivamente mis pláticas nocturnas con el rubio eran de las mejores cosas de la semana ya que también pasábamos tiempo juntos bordando, tejiendo, contando algún chiste o comiendo algo a escondidas, además de esos maravillosos abrazos donde Reiner me envolvía con sus fuertes brazos indicándome que todo iba a estar bien; era simplemente la mejor sensación del mundo. Además de que cada vez que estaba cerca de Reiner sentía como un calor crecía en mi cuerpo: simplemente verlo con esa hermosa sonrisa que tiene, esa barba que tanto me gusta, su cabello rubio el cual se había dejado crecer ligeramente, sus hipnóticos ojos ámbar, su anchos y fuertes hombros, su tonificado pecho y esa maravillosa espalda, hacían que no quisiera ver nada más que no fuera aquel hermoso y seductor hombre, y por supuesto no solo era su maravilloso físico, sino también su corazón el cual es sincero y bueno.....creo que con cada día que pasaba me enamoraba más del portador del titán acorazado.

Ahora me encontraba en el campo de tiro practicando mi puntería con el arco: intentaba más que nada darle a tres blancos específicos con los ojos vendados como los entrenamientos que tenía en Alcar antes de la guerra. Sujeté mi cabello con una coleta (debido a que este había crecido más llegándome por debajo de los hombros), luego vendé mis ojos y posteriormente tensé mi arco hacia el blanco deseado.

Guardiana de mi corazón - Reiner Braun x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora