𝐒𝐓𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒 𝐅𝐑𝐎𝐌 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐔𝐑𝐕𝐈𝐕𝐎𝐑 𝐓𝐑𝐈𝐎 | ᴛʀᴀᴅᴜᴄᴄɪᴏ́ɴ

Descanso

Los pocos días transcurridos en el Hotel Nokori no habían sido precisamente tranquilos.

Sus dos días de travesía por el pantano no habían ayudado a la fiebre de Maki. Para su disgusto, estaba confinada en su cama mientras Himiko e Ismau intentaban curarla.

Por su parte, Shuichi no se encontraba mucho mejor y se mantenía encerrado en una habitación contigua, a solas. En las raras ocasiones que se le veía, parecía estar tambaleándose en una especie de aturdimiento mientras los temblores sacudían todo su cuerpo.

A pesar de todo, la lluvia seguía azotando el pequeño hotel.

Una noche, en una hora mucho más tarde en la que ninguno de los dos debería estar despierto, Shuichi entró silenciosamente en la habitación de Maki. "¿Estás despierta?" Susurró.

"Lo estoy". Ella se incorporó. "Me está bajando un poco la fiebre. Estoy demasiado incómoda para dormir".

Él asintió. "Puedo irme si tú-"

"Has estado evitándome".

"He estado evitando a todo el mundo". Dijo.

"¿Por qué?"

Shuichi se frotó los ojos. "Apenas recuerdo lo que me hicieron tomar... Pero desde que nos fuimos, no he estado-"

"¿Síndrome de abstinencia?"

"Creo que sí".

"Esos bastardos... ¿Crees que se ha acabado?"

"No, no lo creo". Se sentó a un lado de su cama. "Ahora mismo estoy un poco mejor, y quería ver cómo estabas mientras pensaba en ello. ¿Cómo estás?"

Intentó pensar en una respuesta sarcástica, pero no encontró nada. "Horrible. ...No dije nada antes porque no estaba segura... Pero pensé que podría haber cogido el virus que mató a Kaito".

Shuichi se giró para mirarla, con los ojos muy abiertos. "¿Qué? No es eso-"

"No, no lo es. No he tosido sangre y estoy mejorando. Ismau cree que sólo fue un resfriado que se descontroló porque pasamos dos días bajo la lluvia, arrastrándonos por el agua sucia".

Shuichi suspiró aliviado. "Y-Yo no sé lo que habría pasado si ese hubiera sido el caso - Himiko y yo- No podemos perderte".

"No puedo perder a ninguno de los dos".

La habitación quedó en silencio por un momento, antes de que Maki volviera a hablar. "¿Por qué has estado evitando a todo el mundo?"

"Yo... he estado demasiado nervioso. He tenido demasiado pánico como para hablar... Aunque sé que puedo hablar, mi mandíbula se bloquea y no soy capaz de soltar las palabras. Y no he podido dormir, y el agotamiento no ayuda. Apenas he sido capaz de comer... Durante todo este tiempo, me aterraba la idea de que si intentaba decir algo, estaría haciéndoles perder el tiempo... Y odiaba estar pensando eso, porque me parecía que estaba retrocediendo en lo que Kaede y Kaito me ayudaron a superar".

"Todavía tratas de hacer todo por ti mismo".

"Dijo la sartén al cazo".

Maki dejó escapar una pequeña bocanada de aire por la nariz, y una pequeña sonrisa se dibujó en el borde de sus labios. "Los dos tenemos todavía mucho que trabajar".

"No puedo distinguir si estos pensamientos son lo que realmente siento, o si sólo vienen porque huir significó dejar de tomar todas mis medicinas por completo".

"¿Importa?"

La miró a los ojos por primera vez desde que entró en la habitación. Sus ojos estaban muy rojos y caídos mientras hablaba. "No, no creo que importe".

"Estás agotado. Deberías dormir".

"Tienes razón, voy a volver a mi habitación-" Dijo mientras se levantaba, balanceándose ligeramente.

"Quédate aquí". Dijo ella, su voz salió más mandona de lo que pretendía.

"¿Qué pasa?"

"No voy a dejar que te encierres de nuevo. Si vuelves a tu habitación, puede que no te vuelva a ver en los próximos cuatro días. Te estoy echando un ojo por Kaito".

Shuichi dejó escapar un suspiro, seguido de una suave risita. "Sinceramente, no estoy seguro de poder volver aunque lo intente..."

Se dejó caer en la cama, con la cabeza apoyada en una de las almohadas. No tardó mucho en cerrar los ojos, y no hubo más sonido en la habitación que una respiración suave y uniforme. Unos instantes después, Maki se tumbó junto al antiguo detective y se dejó llevar por el sueño.