Agonia

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Diego miraba cada detalle de la habitación donde se encontraba, ahora las personas que lo mantenían cautivo le estaban dado de comer así que se sentía un poco "mejor" por lo menos tenía más fuerzas que antes, estaba recostado en el piso, su tobillo ardía horrores debido a la fuerza con la que había estado jalando el pie tratando de quitarse la cadena que lo mantenía atado.

En este punto no sabía si de verdad alguien iría a rescatarlo, por lo que estaba buscando como salir de ahí, cuando la puerta era abierta y alguno de esos hombres entraban, trataba de ver mas allá de ella para saber cómo era la habitación siguiente a esta.

¿Dónde lo tendrían? Sería un sótano? Eso parecía por la humedad y la falta de ventanas en la habitación, hace dos noches sintió la cadena un poco más floja por lo que estuvo tirando de ella, desgraciadamente su pie no salió y en vez de eso ahora su tobillo no tenía piel dejándole una herida que ardia cada que la cadena rozaba contra está.

Había mucho ruido afuera de dónde se encontraba, seria que alguien más estaba ahí? Si gritaba alguien podría escucharlo? Dudaba que fuera así, pero no perdía nada con intentarlo.

Comenzó a gritar con todas sus fuerzas pidiendo auxilió, no sabía exactamente si su voz alcanzaría a salir de la casa donde lo tenían cautivo y si alguien más allá de ella podría a oírlo, pero hasta ahora era lo único que no había intentado hacer.

Cuando la puerta fue abierta de un golpe, lo único que alcanzo a ver del otro lado fue un montón de cajas...no era una casa donde lo tenían, parecía una especie de bodega...

El hombre que entro traía una cinta en sus manos, Diego se había replegado contra la pared nuevamente mientras lo miraba fijamente.

No pudo poner mucha resistencia cuando esté le dio un puñetazo en la cara haciendo que cayera de lado, luego sintió el peso del hombre sobre su cuerpo, junto sus manos para atarlas detrás de su espalda y luego coloco más trozos de cinta en toda su boca.

- debiste pensarlo antes si querías seguir comiendo, ahora a ver cómo logras quitarte la cinta imbecil - El hombre se marchó de ahí y Diego se quedó forcejeando con la atadura en sus brazos, maldición después de todo no había sido tan buena idea gritar...
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André regresaba con Edson de la fiscalía, el menor había sido llamado para decirle que las investigaciones en su contra habían terminado y podía irse cuando quisiera, pero de Diego aún no se sabía nada.

Edson volvió a ofrecerles mucho dinero para que agilizarán aún más las cosas pero era inútil, quién sea que lo haya hecho supo muy bien como hacer las cosas y se aseguro completamente de no dejar rastro.

André por su parte había contratado investigadores privados uno para que siguiera a Nicolás y otro para que investigará más a fondo, incluso metiendose en el ambiente de los delincuentes que eran capaz de hacer cualquier cosa por dinero, pero desgraciadamente ninguno de los dos había obtenido algo relevante.

Tanto a Edson cómo a Gignac ya se les había hecho costumbre platicar antes de irse a dormir, así que esa noche se encontraban en la sala "mirando" televisión.

Edson estaba demasiado agotado mentalmente, pero tampoco podía dormir, temia que en cualquier momento fuera a romperse a llorar...ya se había contenido demasiado y hasta ahora había hecho un esfuerzo por mantenerse firme y tranquilo, lo último que queria era que se pusiera mal y en vez de ayudar se convirtiera en una carga.

Pero es que prender la televisión y ver las noticias donde hablaban de la desaparición del menor, salir a la calle, ver los carteles y letreros que la familia de Diego se habían encargado de colocar por todas partes, luego ver su celular y encontrar las fotos y vídeos que tenía con el, esto era horrible, era la peor desesperación que podías sentir, sin lugar a dudas hubiera preferido mil veces que Diego estuviera con Gignac o con cualquier otro pero a salvo.

¡El Es Mío! (Edson + Diego + Gignac) +18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora