Capitulo VII

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Se podría decir que ahora los tres estaban dando un esfuerzo para que esto funcionará.

Para que esté desmadre funcionará.

Pero ahora el ruso se encontraba vomitando en el baño el almuerzo de hace una hora.

—¿Cómo te sientes ahora?—Pregunto el castaño en la puerta del baño.

—¿Cómo crees que me siento?—Pregunto viendo a su pareja. Tenía ojeras y se sentía fatal.

—¿Mejor? Dicen que después de vomitar uno se siente mejor—Contesto.

—Te dije que era mala idea ir a el parque ese día—Volvio a tener ganas de vomitar. Volvió a vomitar. Se había agarrado un virus volvería a tener otra recaida en su anemia—Y que alejaras las sardinas de mí. Pero no, el niño quiso comer sardinas para el almuerzo y no quería las de latas y mucho menos sabía cocinar las normales.

—Solo quería comer sardinas.

—El simple olor me da ganas de vomitar.

El Peli-negro estaba sentado en el piso del baño.

Su pareja siempre había sido de salud débil. Cualquier virus que hubiera el era bastante propenso a eso. Y a esta paso volverá a tener una recaida en su anemia. No había dormido bien en días por su trabajo y el insomnio, ahora se enfermaba y vomitaba.

—¿Compro algo para el vómito?—O
Pregunto el castaño.

—¿En serio preguntas?

—Pues si ¿Quieres?

Volteo su cabeza con cansancio—Si—Contesto cerrado sus ojos.

Ok, solo tenía que comprar una remedio para el vómito.

Ahora el problema era que estaba en frente de la farmacia sin saber que comprar y en cuanto de dosis tenía que darle a su novio.

—Neh, chibi—Llamo a su novio por teléfono_¿Cual remedio para el vómito es bueno para un anémico?—Pregunto viendo las diferentes marcas y nombres.

—¿Fyodor se enfermo?—Pregunto al otro lado de la línea.

—Segun yo no conozco a otro anémico.

—Dime que marcas hay y investigare sus propiedades para ver cuál podría servirle.

—¿Es en serio? Eres enfermero, deberías saber y tener buena memoria para esto-Se quejo mientras agarraba un frasco y leía el nombre.

—Dime el número mi número de teléfono—Reto.

Un silencio se formó.

—Vete a la mierda.

—Ya voy a acabar mi turno, cuando termine voy a ver a el enfermo.

Termino comprando una medicina que la farmacéutica le sugirió. Esperaba que le hiciera bien porque no sabía que haría si se moría su pareja.

Llego a el departamento y encontró a el Peli-negro acostado en su cama viendo su teléfono sin mucho interés.

—¿Se te pasó?—Pregunto acercándose a él ruso.

—Creo que si—Contesto y se sentó en la cama—Neh, Osamu—Lo llamo.

—¿Que paso?_Respondió mientras leía cuánto le tenía que dar a el Peli-negro.

—¿Me brindas un helado?—Pregunto con una sonrisa. Cuando estaba enfermo tenía que aprovechar a el castaño al máximo, porque cuando se enfermaba lo complacía con antojos y lo hacía limpiar el departamento hasta cansarse de verlo limpiar¿—Chi?

—Acabo de venir de allá, fyo-Se quejo viendo a el contrario que tenía una carita triste-Dame la lista de las demás cosas que quieres que compre—Suspiro.

De un momento a otro pareciera que el ruso se había curado. Buscando papel y lápiz y revisando la despensa para ver que faltaba.

—Toma—Le entrego una lista de una hoja—Que te vaya bien en las compras.

—Creo que finjiste solo para esto—Sospecho viendo la lista.

—Tal vez—Sonrió.

Le dio el remedio a su novio y se fue hacer las compras. Hoy lamentablemente le tocaba cocinar la cena y Fyodor había sido bastante específico de lo que quería cenar.

...

Tocaba la puerta para que abrieran.

Dazai le había dicho que el Peli-negro estaba enfermo así que vino a ver en qué podía ayudar.

Abrieron la puerta dejando ver a un demacrado omega.

—Vine a verte—Saludo el alfa con una sonrisa.

—Pasa—Abrió la puerta completamente para que el pelirrojo pasará.

Siguió a el ruso y vio como este se dirigió a la sala y se sentó en el mueble mientras agarraba un plato.

—¿Mango verde con sal?—Pregunto con una ceja alzada-¿Sabías que eso es malísimo para el cuerpo?

—Si, pero igual es bueno—Aseguro comiendo otro pedazo de mago verde.

—Sufres de anemia—Le recordó sentándose en el mueble de al frente.

—¿Y? Eso no va a impedir que siga comiendo.

—Por dios.

Hablaron de lo que el Omega había estado sintiendo y llegaron a la conclusión que era un simple virus que le había pegado.

—Y por eso amo los perros-Confeso con una sonrisa el alfa—Pero Dazai los odia y no quiere tener perros.

—Interesante, nosotros ya tenemos un perro—Informo el Dostoyevsky.

—¿En serio? ¿Donde?—Pregunto algo emocionado.

—Tú—Señalo con una sonrisa.

—Jodete.

—Jode me—Reto con una sonrisa.

—¿Y el dildo?

—Esta bien, gracias.

El solo rodo los ojos-Estas enfermo, no quiero que me lo pegues.

—Deberias para ver si se te pega algo de inteligencia.

Abrió la boca ofendido mientras veía a el omega.

...

—Ya llegue—Informo con una sonrisa el castaño y nadie contestó, se acerco a el cuarto y escucha el fastidioso chillido de la cama.

Abrió la puerta y encontró a sus parejas abrazados bajo las sábanas mientras jadeaban y estaban llenos de sudor.

—Pero vale, no pierden el tiempo¿Eh? Hasta los conejos esperan hasta primavera—Se burló entrando a el cuarto—¿Esto es un nuevo tratamiento nuevo? Porque creo que yo también me siento enfermo.

—¿Quieres unirte a esta revisión médica?—Ofreció con una sonrisa el alfa.

—Claro, doctor, me gustaría saber que padece un paciente tambien parecido—Aseguro el castaño para empezar a quitarse el chaleco.

Ya no estaban debajo de las sabanas juntos ni unidos entre sí.

Se subió a la cama.

Y respiro profundo varias veces. Su primer trio.

¿Sentía sentirse orgulloso por eso? Tal vez no debería, pero en el fondo le agradaba mucho la idea.

Además así mataría la curiosidad de saber cómo era un trío entre dos Omegas un alfa.

Tal vez tres no sea un mal número Donde viven las historias. Descúbrelo ahora