Capitulo XXX

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Había entrado a el hospital y había preguntado por Fyodor, cuando le dieron la dirección a la habitación en la cual se encontraba le habían dicho que estaba en observación.

Buscando el lugar que le habían indicado. Hasta que encontró el número de la habitación.
Tocando la puerta y abriendo un Chuuya que se veía claramente cansado.

—No lo puedo creer—Se quejo y salió de la habitación para cerrar la puerta atrás de él—¿Por qué mierda pareces vagabundo?

El frunció el ceño y vio su vestimenta.

—Estas exagerando—Declaro el castaño.

—No vas a entrar así, apuesto que ni siquiera te diste un baño entes de venir.

El solo lo miro ofendido de arriba  abajo.

—Quiero verlo—Demando el Omega.

—Cuando te bañes y arregles como se debe podrás verlo a él y a Alexy.

—Chuuya—Lloro al escucharlo, no quería volver a el departamento a solo eso—En verdad, solo tengo un par de minutos para verlo ante de que lleguen sus padres. Por favor, solo a Fyodor.

—Dazai, te dije que arreglarás las cosas antes, ahora mismo Fyodor está demasiado cansado y estresado como para aguantar tus estupideces—Dijo con cansancio.

El volvió a fruncir el ceño—Pero... Solo quiero verle, no hablaré.

—¿Por qué no viniste cuando te dije que se había complicado? Además, no estoy a cargo de aceptar visitas, esa responsabilidad cae sobre su esposo y ahora mismo está  bañándose para agarrar a su hijo o el bebé, como quieras verle—Explico con un suspiro.

—Deja de mentir, dices eso para salirte con la tuya y no pueda verle.

—Claro que no.

—¿Entonces por qué no puede verle?

—Porque estás sucio y pareces un vagabundo.

—Tu también lo pareces.

—Es diferente.

—Claro que no.

—Me tengo que ir, Fyodor no debería estar solo, vuelve cuando te hayas bañado.

El solo se quejo por lo bajo al no dejarle entrar. Cuando Chuuya volvió a entrar a la habitación espero un momento y luego el abrió la puerta para entrar.

No tocaría a Fyodor o al niño, así que no debía de haber ningún problema.

Cuando entro noto la cara de desaprobación por parte del alfa.

Pero poco le importo y busco a Fyodor con la mirada. Estaba en un cama acostado viendo por la ventana hasta que lo escucho y volteó hacia él.

¿Donde estaba el bebé?

Se supone que debería estar con la madre ¿No?

—Chuuya ¿Me puedes dar una galleta?—Pidió con una voz suave y cansada el peli-negro—Deben haber en el carro—Agrego.

—¿Es en serio?—Levanto una ceja viendo las claras intenciones del Omega peli-negro.

El mayor solo asintió con la cabeza—Tego hambre—Se defendió..

Esperando que Chuuya saliera de la habitación en silencio. Se vieron por unos momentos sin saber que decir ahora, pero Ciertamente felices porque estaban juntos de nuevo, o al menos estaban en la misma habitación. Lo cual le alegraba bastante.

Detallo a el peli-negro,como en la foto se veía cansado y demacrado, no lo culpaba, debía haber pasado por mucho.

Sintió como sus ojos se cristalizan van , lo estaba volviendo a ver, hasta volviéndolo a ver.

Solo pudo sentir ganas de llorar y felicidad en su ser. Ah, es que estaba volviendo a ver a Fyodor en persona¿Que más podría hacerle sentir tan feliz?

Se acerco un poco pero se detuvo al recordar las palabras de Chuuya, era verdad, aunque no quisiera aceptarlo lo más seguro era lo acercarse para evitar bacterias y eso.

—Te extrañe—Solto finalmente después de varios segundos de silencio—En verdad te extraño—Hablo el castaño bajando la mirada para que no le vieran sus ojos que estaban apunto de llorar.

—Samu...—Lo llamo con una pequeña sonrisa—Yo igual... Pero...—No sabía que más decir, ya estaba oficialmente casado con Nikolai y no se podía divorciar así porque si. Sería demasiado...

—Lo se, eres Omega casado y acabas de ser madre de pasapalo—Suspiro y apretó su propio brazo—No te puedo exigir nada—Bajo la mirada, tratando de no llorar mientras habla—Pero aún así... Te quiero, te sigo amando fyo...

Se sorprendió un poco y apretó las sábanas bajando la mirada también—Nikolai... Aún no me ha marcado y tampoco quiero que lo haga—Confeso y desvío la mirada—No quiero que tu marca sea simplemente tapada.

Levantó la mirada hacia Fyodor y sintió como su corazón se aceleraba al escucharlo.

Y sintió un líquido por sus mejillas hasta su mentón. Estaba llorando.

Estaba llorando frente a el Omega que apesar de todo aún seguía amando. Apesar de que su relación aveces se tornaba aburrida, apesar que uno ya estaba casado, apesar de que no podían estar juntos. Lo seguía amando y lo seguiría haciendo.

—Yo tampoco quiero eso—Hablo y se limpio rápidamente las lágrimas—Ni en ti ni en mí.

Vio como el peli-negro abría un poco sus brazos indicando que se acercara y lo abrazará. Y él hizo exactamente eso.

Lo abrazo y volvió a llorar en el hombro de Fyodor, trato de no abrazarlo con fuerza porque sabía que aún estaba en recuperación.

—Samu... Lo siento—Se disculpo y lo acerco más a él—Pero sabes que era lo mejor para alexy.

—Lo se. Lo sé—Contesto y se separo del ruso limpiando se sus lágrimas—Perp quiero verle, se que es estúpido, pero quiero ver a tres leches—Pidio con una sonrisa.

—Lo verás, pero bañate primero—Exigió con una sonrisa y limpio el rostro del contrario.

El solo soltó una risa y vio a el ruso—Lo se. Pero me tengo que ir, tus padres han de estar afuera con Chuuya esperando que salga—Dijo aún si quitar su sonrisa y se alejo un poco más del Omega peli-negro.

—Te estaré esperando, Dazai. No vuelvas a dejarme plantado—Pidio mientras veía como el castaño se alejaba de la cama y de él.

—Claro que vendré, pero me he preguntado algo—Hablo recostado a la pared viendo a Fyodor—¿Volveremos hacer amantes?

—¿Y traicionar a mi esposo?

—No se tiene que enterar.

—Tu moral es increíble.

—Lo se.

—Lo pensaré.

Sonrió al escuchar que lo pensaría, era un sí, para él siempre sería un sí.

Salió de la habitación y vio a Chuuya hablando con los padres del Omega, viendo cómo voltearon a verle de inmediato.

Solo levanto la mano y saludo con una sonrisa tímida y nerviosa.

—¿Hola?—Saludo al ver la mirada molesta del Mr Dostoyevsky—Dicen que ya pueden pasar—Comento y empezó a caminar por el pasillo a paso rápido.

Cuando ya estaba alejado volvió a sonreír al recordar lo antes vivido con el peli-negro.

Ser el amante de su exnovio no sonaba tan mal ¿O si?

Tal vez tres no sea un mal número Donde viven las historias. Descúbrelo ahora