Capitulo XV

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Mordió tan fuerte como pudo.

Sus colmillos no eran filosos, al contrario, eran de punta bastante redondeada. Pero con la presión suficiente podría perforar la piel de alguien.

Sus manos paseaban por la del contrario con delicadeza hasta que esté trato de quitarlo de encima. Presiono las muñecas contra la cama y gruñó.

Sintió como el cuerpo de abajo tuvo un espasmo.

~Osamu~Se quejo

Era la tercera vez en estos dos meses que reforzaba la marca. Y no le importaba que hubiera unas cinco más en lo que restaba del mes.

Se separó del pelí-negro y limpio su boca de la sangre del contrario.

—¿Estamos...?—Pregunto agarrando el mentón del mayor.

—Emparejados.

—¿Y eso que significa?

—Solo nosotros y el perro.

Trataba de ser dominante al reforzar la marca con el ruso y lo mismo hacía el peli-negro cuando lo marcaba nuevamente.

Era sencillo.

Solo ellos y Chuuya.

No tenía que haber más nadie. No tenía que haber más alfas, betas, omegas, amigos, primos o conocidos. Solo tenía que ser ellos.

—¿Otra ronda?—Pregunto con una. Vio como una gota de sangre cayó a el pecho de Omega peli-negro de su nuca.

Ah, el también había sido marcado hoy.

No importaba.

—Mis piernas...—Fue lo único que contesto el peli-negro.

—¿Que tienen tus piernas? Son muy bonitas—Hablo el castaño con una sonrisa.

—No paran de temblar.

—Yo las agarro para que no tiemblen.

—Ya es mucho por ho—Fue interrumpido por su propio gemido cuando volvió hacer estimulado. Cerro las piernas instintivamente y chocaron contra el castaño—No.

—Mientras tengas las piernas abiertas para mí, yo las tendré para ti, Fyo—Susurro con una sonrisa.

Saber hacer a el contrario a quien pertenecía era satisfactorio.

Mañana tenía día libre, por lo tanto podría hacer desastres hoy con su preciada pareja.

Claro que no estaba pensando en los riesgos que esto estaba con llevando ahora.

Cómo por ejemplo.

El médico le había dicho que también tenían que usar anticonceptivos entre sí para prevenir tragedias.

Pero no quería usarlos.

O mejor dicho, no quería ir a la farmacia a comprar y perder las ganas del momento.

Así que sí, jóvenes, no hagan esto. Es malo.

Logro que su pareja se corriera hasta que su cuerpo lo permitió y el también lo hizo.

Por primera vez vio hacer algo a el peli-negro que nunca antes había echo.

—¿Por qué tus piernas están arriba?—Pregunto el castaño confundido. Viendo la posición del Omega peli-negro, que consistía que la espalda contra la cama y la piernas levantada con la pared y también un poco las caderas.

—Los esperma puede durar de dos a tres días vivos y justamente me agarraste en mis días de ovulación. Por lo tanto puedo hacer esto mañana también para probar suerte—Explico con una sonrisa y acomodo abajo de sus caderas una almohada para que no fuera tan cansada la posición—He escuchado que esto sirve para que los espermatozoides encuentren su camino más rápido—Hablo mientras quitaba un mechon de cabello de su rostro—Ademas son solo 15 minutos, no está de más intentarlo.

Suspiró y luego sonrió.

Era verdad, no estaba de más intentarlo.

Acompaño a su pareja y también levanto sus piernas.

Después de los quince minutos empezaron a ordenar todo y bañarse. Se ducharon juntos mientras jugaban con el jabón y las burbujas. Cambiaron la sábanas y vendaron las marcas.

—¡Soy Batman!—Exclamo el castaño ocultando su rostro tras la sábana.

—Osamu, dame la sábana que voy a extender la cama—Pidio.

—¡Yo soy Batman!—Se alejo del pelí-negro para que no le quitaran la sábana.

Después de un rato se canso y terminaron de arreglar la cama para acostarse a dormir.

Hablaron un rato mientras veían a el techo.

—Mis padres se comunicaron conmigo—Hablo el castaño.

—¿Y que te dijeron?—Pregunto jugando con el pie del asiático.

—Que querían volver a ver su hijo—Contesto con una suspiro—Pero los conozco, me van a decir que me perdonarán todo si me alejo de ti y busco a un alfa y si es por eso prefiero ahorrarme el pasaje—Confeso con cansancio.

El peli-negro solo río un poco—Igual deberías ir a verlos—Sugirió acariciaran los mechones castaños de su pareja.

—Entonces vamos a verlos juntos,vamos a ver a mi familia juntos —Propuso el menor.

—¿Y que tu hermano me diga “Si tanto te querés quedar en la familia que sea con un alfa como yo”? No gracias—Nego y desvio un poco la mirada—Ademas, creo que si el señor Dazai me vuelve a ver me golpeara tan duro como pueda.

—¿En serio mi hermano te dijo eso?—Pregunto con una sonrisa y el contrario solo asintió—Entonces no veremos a mi familia hasta que les anuncie que tenemos un hijo—Prometio.

—¿Tu crees? Eso suena muy irreal.

—No importa, que el bebé tenga tus ojos y mi cabello¿No sería lindo?

—Si es mi hijo obviamente tiene que ser lindo.

—Y si es mío también aún más. Nuestro bebé tiene que ser hermoso. Así no necesitaríamos a más nadie en nuestra relación.

—Suenas como Hera—Se río el peli-negro

—¿Me estás diciendo que entonces eres Zeus, desgraciado infiel?—Pregunto con una ceja alzada el castaño.

—No, no te puedo ser infiel si no me das el chance—Explico tocando los labios de su pareja.

—¿O sea que lo haz pensado?—Inquirió un poco molesto el menor

—¿Cuando terminamos hablando de esto?—Pregunto acomodándose para volver a quedar viendo el techo.

—No cambies el tema—Entre cerro los ojos con algo de desconfianza.

—Ya, en serio, estábamos hablando de tu familia.

Muchos le habían dicho que su amor era estúpido e infantil. Una cosa de niños que en algún momento pasaría.

Aunque era verdad que aveces hubieran deseado que fuera sido así. No se arrepentian de estar juntos todavía.

Querían tener un hijo solo de ellos. Que ambos pudieran llamarlo suyo.

El primero en quedar dormido fue el castaño. Y luego no duro mucho más despierto el ruso.

Después de todo ya les estaba pegando el cansancio.















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Tal vez tres no sea un mal número Donde viven las historias. Descúbrelo ahora