Capitulo X

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Hay muchas maneras de conocerse.

Pero conocerse cuando uno de los dos se cayo por las escaleras de un parque mientras estaban de paseo no era una de las mejores maneras de hacerlo.

—Estoy empezando a considerar que eres el culpable de que las personas terminen en emergencias—Comento el pelirrojo mientras vendaba el tobillo del chico.

—¿Yo? Si tu eres el que quiere que la gente se enferme para poder trabajar—Recalco el peli-negro.

—Claro que no, ahora cállate y ayudame—Pidio para levantarse.

—No, no sea que también termines en emergencias—Hablo ofendido el Omega.

—Yo puedo solo—Hablo el alfa albino que se había quedado callado todo el tiempo.

—No seas tonto, te lastimaras más—Ayudo a levantarse Chuuya a el desconocido—Pero cuando el responsable aquí ayude podremos ir a emergencias.

—Llevarlo en moto—Sugirió molesto el ruso.

—Primero, no traje y moto, segundo ¿Cuántas putas veces te tengo que decir que no se puede llevar un enfermo en moto?—Pregunto el alfa.

—No creo que tenga que ir a emergencias, así que no se preocupen—Confeso con una sonrisa—Pero si es posible me gustaría hablar con el responsable de mi caída—Pidio viendo a el peli-negro.

Estaba viendo a dazai a la distancia pero volteo a ver a el alfa Cuando lo mencionaron—¿Conmigo? No sé si Chuuya quiera, no se si acabes en emergencias.

—A mí me importa un carajo lo que hagas—Se excuso el pelirrojo—Hablen entonces lo que quieren, pero yo me voy—Informo para ayudar a el albino a sentarse en una banca cercana—Te recomiendo que no afinques mucho el pié y que tengas cuidado—Aconsejo para luego irse para seguir con su cita.

Un minuto de silencio entre los dos.

—¿Y como te llamas?—Pregunto el albino.

—Fyodor ¿Y usted?—Pregunto y se sentó a el otro extremo de la banca

—Nikolas—Contesto viendo a el omega.

Esto había empezado a de una manera curiosa. El venía bajando del sendero turístico del parque, el cual contaba con muchas escaleras y algunos lugares planos. Había venido con un amigo, Sigma, pero este había bajado para buscar hielo. El punto es que cuando venían bajando encontraron con otro grupo que iba subiendo y pues el no sabía disimular muy bien y se quedó viendo a el Omega peli-negro con la cara sonrojado y una sonrisa. Que personas más lindas uno se consigue en el parque , penso en el momento. Pensaba pedirle el número o iniciar una conversación con algún truco de magia o cualquier cosa, pero terminar con el número guardado en su teléfono. Decidió hablarle ya que el peli-negro lo estaba viendo también con una sonrisa. Hasta aquí todo bien todo correcto, el problema vino porque no dejaba de ver a el peli-negro mientras él caminaba y no vio las escaleras y se cayó por ellas. Claro sin olvidarse de llevarse a Sigma Consigo porque no iba a caer solo para verse tan patético.

Así fue como terminó que le vendaran el tobillo, Sigma buscando hielo para su lesión y descubriendo cuáles era exactamente sus gustos en personas.

Altas, peli-negras, con cabello corto y blancas con una linda sonrisa.

—¿Y vienes seguido a el parque?—Pregunto el alfa.

El Omega movía sus pies mientras miraba a las hormigas pasar.

—No, hoy vine porque mis amigos y yo decidimos salir—Contesto.

—Pense que el alfa pelirrojo era tu pareja.

—¿Pareja? ¿Que te hace creer que tengo pareja?

—No sé, alguien tan lindo como usted es raro que no tenga pareja—Halago con una sonrisa—Asi que si no tiene pareja no importa que me regale su número¿Verdad?

—No se si debería darle mi número a un desconocido—Penso en voz alta para que el contrario escuchará.

—Si me lo da, podríamos hablar y dejar de se desconocidos—Propuso.

—¿No te dan miedo volver a terminar en emergencias?—Pregunto con una sonrisa viendo a  alfa.

—Nop.

—Pasa me tu teléfono—Pidio. El contrario se lo desbloqueo y paso. Anoto su número y lo guardo.

—¿No importa si te escribo, verdad?

—¿Por algo te lo estoy dando no crees?

Ambos rieron y luego de un rato de conversación apareció un castaño frente a ellos.

—Te estamos esperando para seguir—Se quejo el castaño levantando a el Omega peli-negro de la banca—Disculpe si lo hizo caer—Se disculpo.

Ambos se despidieron haciendo señas con las manos.

—A ver a ver ¿Que te traes?—Inquirió el menor.

—Nada ¿No puedo hablara con demas personas?

—Ese no es el punto, fyo, es que estamos en una cita y decidiste quedarte a hablar con un desconocido—Se quejo—Ahora vamos a ver a las tortugas juntos ¿Que dices?

—Esta bien. 

Siendo sinceros ambos les molestaba que el otro interactuara con alfas aparte de Chuuya.

Ambos siendo omegas se sentían inseguros y sentía que el otro los dejaría  por un alfa.

—¿Por qué tardaste? Normalmente cortas a la persona sin siquiera hablar—Comento el pelirrojo mientras veía su reloj.

—¿Por qué ves el reloj? Pensé que los enanos de bosque sabían distinguir la hora en el sol.

—Callate.

Siguieron con su recorrido por el parque que parecía infinito.

—Neh, Chuuya, carga me que no puedo más—Pidio cansado el castaño.

—No.

—Chuuya, por favor carga me.

—Si no he cargado a Fyodor que parece que ya se desmaya.

Verdad, Fyodor, ambo voltearon asustados para ver si seguí de pie. Ya que había estado muy callado.

El peli-negro estaba sentado en una banca descansando.

El castaño también se fue a sentar junto a su pareja y más atrás lo siguió el alfa.

Ahora los tres se encontraba sentados en un banca descansando.

—No vamos a volver a venir por este camino del infierno—Dijo Dazai.

—Estoy de acuerdo.

—¿Nos vamos?

—Vamonos.

Empezaron a bajar y hablar de cosas triviales. El peli-negro veía por los alrededores para ver si encontraba a el alfa albino para despedirse de él.

Tal vez tres no sea un mal número Donde viven las historias. Descúbrelo ahora