Capitulo XIX

134 12 2
                                    

Por primera vez que Fyodor lo abrazaba tan fuerte y de buena gana.

El peli-negro lo tenía atrapado con sus brazos y una pierna entrelazada entre la suya. Mientras que su cabeza posaba sobre su cabello.

El ruso le había pedido que durmiera con él. Porque necesitaba sus feromonas cercas para consolarlo.

Cerro sus ojos, tal vez el también debería dormir un rato.

La mano del contrario se acomodo quedando en su abdomen. Se soltó de los agarres del Dostoyevsky y se volteó para quedar frente a él. Volvió a entrelazar sus piernas y las manos del pelí-negro estaban en su espalda.

Metió su mano por abajo de la camisón del contrario acariciendo su abdomen con delicadeza. Haciendo que el Omega torciera ligeramente su ceño.

Aún le costaba creer que ese ser tenía a una vida creciendo adentro de él. Un bebé que era suyo.

Siguió acariciendo el abdomen del contrario. Era lindo de cierta forma, si no veía quien era la madre y si solo veía el vientre crecido, era lindo saber que iba hacer el padre. Solo si veía el vientre, pero si veía quien lo portaba dejaba de ser tan lindo.

—¿Fantaseas con que Osamu es el que está en cinta?—Pregunto el Omega aún con los cerrados y sin moverse de su posición.

—No—Nego al principio, pero al ver qué no se inmutó en lo más mínimo— Bueno sí—Confeso con un suspiro—Pero eso no importa—Quito importancia.

—Claro que importa—Corrigió. En realidad el no pensaba que importaba, pero tenía algunos meses para considera que tan importante sería todo. Su relación y de lo que sería bueno para un niño. Porque el prefería que su hijo naciera sin padre a que tuviera un padre que no lo quisiera—Dicen que los bebés pueden sentir el aura de rechazos hacia ellos—Informo y se alejo del pelirrojo quedando boca arriba en la cama—Y hasta yo soy capaz de sentirla ahora—Hablo viendo el techo.

Se sentó en el borde de la cama.

—Es que no me hago la idea de cómo sería como padre—Se excuso el alfa.

—Mentiroso, claro que lo haces, pero no con este bebé porque también es mío y no con quién tu querías—Desmintió el peli-negro—Y está bien, puedo hacerlo solo sin la ayuda de alguien.

—Seras una maravillosa madre soltera—Se río y acaricio los cabellos del Omega—De esas que quedaron embarazadas a los veinte y el novio las dejo.

—¿Estás dejándome?—Pregunto y se sentó en la cama, viendo a la espalda del alfa.

—Tal vez.

—Eres un ser inmundo.

—Sabes que no puedo dejarte ¿Verdad? Dazai explota mi moto y no gracias.

Volteo y vio como el peli-negro tenía una mueca de disgusto.

—Si yo fuera tú, abría huido desde el primer día—Hablo el Omega —Porque todo esto no tiene sentido en sí.

—De echo, al enterarme que era mío si quise huir a un bar. Pero sería demasiado cobarde y además mi hermana me daría un sermon y me obligaría a volver—Se río el más bajo.

—Estaba pensando en toda la estabilidad que le tienes que dar aún niño—Hablo y volteó su rostro para hablar con el contrario—Estabilidad económica tenemos, emocional está por los suelos y nuestra relación no es la mejor para criar a un niño—Explico el peli-negro.

—¿Por qué piensas tanto? Simplemente deja que las cosas fluyan.

—Si dejara que las cosas fluyan estaría en todos los lugares menos aquí.

—Que para mi desgracia estás aquí.

—El matrimonio ahora suena lo más conveniente—Confeso con una pequeña sonrisa y volvió su mirada a el techo—Algo que de la suficiente estabilidad económica y emocional a un niño.

—Que horror verte de blanco.

Recibió un golpe.

—Claro que no contigo, que asco—Aclaro el Omega.

—¿Que tengo de malo?

—No eres mi tipo.

—¿Por qué no?

—Muy ruidoso.

—Aja.

—No eres de mi estatura.

—¿Eso que tiene?

—Alcohólico.

—No soy alcohólicos, solo bebo de vez en cuando.

—Tonto.

El solo hizo una mueca de ofendido.

—Peleón y mamón.

—No uses lo terminos que siempre uso para ti.

—Inmaduro y con medio cerebro.

—No soy inmaduro.

—Y eres como un perro, pero de esos feo que te regalan y a juro tienes que cuidarlos, de esos que soy tan fastidiosos que aveces solo quieres deshacerse de ellos para ser feliz.

—Tienes un tan lindo concepto de mí.

—Seria horrible y odioso formar un matrimonio contigo, dios me libre de ese mal.

—Tu tampoco eres muy buen candidato¿Sabes? No puedes exigir mucho tampoco.

—¿Por qué no? Soy un perfecto amo de casa ¿Que más pide ustedes? Aparte de que no lo estén jodiendo todo el tiempo, cosa que yo no hago.

Abrió la boca. Era verdad, muchos solo buscaban a alguien que no jodiera tanto.

—Rayos—Se quejo por lo bajo.

El peli-negro se levantó de la cama.

—¿A dónde vas?—Pregunto el pelirrojo.

—A bañarme, me siento sucio solo por abrazarte.

Se quejo por lo bajo.

—Mi sienti sucio silo por tocarte—Hablo con una voz aguda el alfa

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

—¡Parecen conejos!—Se quejo el pelirrojo—¡Ordenaron reposo!

—¡El solo está acostado en la cama!¡No hay nada malo!—Se quejo el castaño abrazando a el mayor—Es que míralo ¿Cómo le puedes negar una necesidad tan básica del ser humano?—Pregunto mostrando la cara de su novio.

—Yo no te pedí nada—Volteo a ver a el castaño confundido.

—Dijiste “Cogeme”—Le recordó el Omega castaño.

—Dije “Voy a salir a aclarar las cosas con alguien”—Aclaro el peli-negro.

—Es lo mismo—Le quito importancia el menor.

—Dios mío, solo vistan se—Tiro unas ropa a la cama en donde estaban los dos Omegas. Vio como el castaño abría la boca para hablar—Y no, no quiero trío con un embarazado en estos momentos y tampoco me parece emocionante—Aclaro.

—¿Ni siquiera un poquito?—Pregunto el castaño con una sonrisa.

—No—Vio la hora en su reloj—Traje comida para Fyodor por si tenía hambre.

—Que considerando—Hablo el ruso para volverse acomodar en la cama—¿Sushi?

—No, unas de las cosas más ricas del mundo, chocolate amargo—Contesto con una sonrisa.

—Osamu—Lo llamo—Dile que el bebé quiere sushi—Ordeno el peli-negro.

—Deja de usar a el niño como excusa.

—¿Ves bichito?—Toco su abdomen—Tu papá no te quiere.  Y tu papá tampoco quiere a mamá—Se quejo con un puchero.

“Oh querida hermana, adivina quién tiene una sorprendente noticia que contarte”





Tal vez tres no sea un mal número Donde viven las historias. Descúbrelo ahora