Capitulo XXIV

101 15 0
                                    

Osamu si había venido aquel día, reclamando el porque no se había reportado en todo el día y el porque no contestaba, él solo dijo que se quedaría con su amigo unos días, ya que sentía que su propio departamento lo estaba enfermando más de lo que estaba, Ademas que quería estar lejos de las feromonas del pelirrojo, a este punto le causaba náuseas, lo cual no debería pasar, pero aún así pasaba.

—Bueno... Si quieres estar aquí para no estresarte te entiendo—Hablo con la mirada algo baja el castaño—Pero por un momento pensé que tal vez te había pasado algo y por eso no habías contestado.

Ciertamente no contesto porque no quería oír su voz ese día. Quería sentirse bien consigo mismo.

Además que el albino siempre tenía helado en su departamento.

Cuando lloro en el pecho de Nikolas sin saber que hacer ya realmente, sin saber lo que quería y pensar irse del país para poder casarse con Dazai ahora le parecía estúpido. 

Fue tan estúpido.

En la semana que llevaba en el departamento de Nikolas se había dado cuenta de algo:

“Tienes que aprender a amar a la persona que te conviene, no a la que tu corazón desee”

Toco los labios del contrario con delicadeza y luego se acerco.

La persona que le convenía...

La persona que le convenía no era Dazai.

Se levantó un poco y enredo sus manos en la nuca del contrario.

Sería muy hipócrita y falso de su parte si hacía lo que acababa de pensar ¿Pero tenía más opciones? No quería que su hijo viera como era desplazado y poco querido por alguien que nunca lo deseo.

Se acerco un poco más y cerro sus ojos.

Solo tenía que amarlo y su hijo estaría bien, podría vivir una vida normal y como es debido. Una vida con una madre y un padre.

Así su hijo sería feliz¿Verdad?

¿Verdad?

—¿Que haces?—Pregunto el albino un poco confundido.

Esa pregunta lo saco de sus pensamientos y se alejo un poco, abriendo los ojos poco a poco.

Espero un momento, analizando todo.

Dazai y él jamás habían sido empalagosos. Pero con la llegada del pelirrojo eso cambio. Ver cómo ellos eran empalagosos lo hacía sentir desplazo por más que tratara de negarlo.

Las relaciones de tres no funciona y mucho menos si esperas a un hijo.

El sexo era para dos.

La cama era para dos.

La palabra 'pareja' era para dos.

El matrimonio era para dos.

No hay un espacio para terceros en esas cosas.

Acomodo su brazo y beso a el alfa, un beso tierno e inocente entre ellos.

Se encadenara en un matrimonio, se volverá amo de casa por completo y criara a su hijo junto a su esposo.

Tal vez tres no sea un mal número Donde viven las historias. Descúbrelo ahora