VII┇Dr. Jerry Baynard

1.4K 101 19
                                        

[Tres días después]

Abrí mis ojos y me encontré con que estaba sentada en la habitación de Minnie May, otra vez.

Su tos me despertó a las tres de la tarde.
No había dormido en toda la noche por haberla cuidado, así que terminé durmiendome a las siete de la mañana.
Desde hace unos días Minnie May contrajo fiebre, y yo decidí encargarme de cuidarla. Su tobillo se inflamó de forma horrible, y eso le provocó fiebre.

Me levanté de la silla, y le toqué la frente. Hervía horriblemente.

El doctor que la atendería había salido del pueblo, así que intentábamos medicarla con lo que ya nos había dejado dicho. Pero la fiebre no bajaba. Es más, la fiebre empeoró.

-¡Mamá! -Grité para que me escuchara. -¡Ven rápido!

A los segundos ella llegó desesperada, y Diana apareció unos segundos después, siguiéndola detrás.

-¡¿Qué sucede?! ¡¿Cómo está la fiebre?! -Ella se sentó en la cama y tocó la frente de Minnie May. -Está ardiendo.

-Mamá, ¿Qué hacemos? -Mojé un paño de tela en agua que tenía aún lado de la cama de Minnie May, y luego se lo coloqué en la frente. -La medicación no funciona. Y el médico no está.

Todas nos quedamos un segundo calladas hasta pensar en algo.

-¡Anne! -Exclamó Diana.

Entendí rápidamente a qué se refería con mencionar a Anne.

-Diana, no es momento de pensar en tu amiga. Tu hermana- -Interrumpí a mamá.

-¡No, madre! Lo que Diana quiere decir es que Anne podrá ayudarnos. Lo hizo la última vez cuando Minnie May tenía Tos Ferina. Iré a buscarla. -Le expliqué rápidamente y salí de la casa.

Mamá apareció en la puerta de la entrada.

-¡__________! Espera, deja que alguien te lleve en el carruaje, así tardarás menos.

Asentí y esperé dentro del carruaje. Alguien se subió a la parte de adelante y el carruaje comenzó a andar, con dos hermosos caballos moviéndose rápidamente para llegar lo antes posible.

-Solo espero que todo terminé bien. -Me intenté calmar, pero nada impedía que me sintiera culpable.

En estos días solo pude pensar en eso. Lo único que me distraía eran las tareas que Diana me traía de la escuela por no ir. Pero aún así, cuando las terminaba, y volteaba a ver a Minnie May, un sentimiento horrible me inundaba. No sabría cómo describirlo más que con la palabra culpa.

Pude haberlo evitado, claro que sí... Pero fui demasiado estúpida.
Mis mejillas se empezaban a poner rojas de los nervios.

Abrí la ventana para tener un poco de aire, pero para cuando el viento estampó contra mi rostro, ya habíamos llegado.

Bajé del carruaje agradeciendo al conductor, y entré a la granja de los Cuthbert.

Crucé por el gallinero cuando vi al señor Cuthbert y a Jerry arreglando las maderas del gallinero, o algo parecido, ya que habían tablas y herramientas en el suelo.

-¡Señor Cuthbert!

Ambos voltearon a verme.

-Oh, __________. Buen día. -Dijo Matthew.

Bonjour, belle! (¡Buenos días, bella!) -Dijo Jerry felizmente.

Rodeé los ojos molesta.

-Buenos días a ambos. ¿Se encuentra Anne? -Pregunté de forma apurada.

-Anne salió a casa de Ruby hace muy poco. -Indicó Matthew. -¿Por qué la buscabas? ¿Sucedió algo? -Preguntó con el ceño preocupado.

𝑴𝒚 𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝑳𝒂𝒅𝒚 | 𝐉𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐘𝐍𝐀𝐑𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora