XXXV┇She knows

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Abrió lentamente sus ojos, y además de la luz del Sol que apenas salía asomándose por la ventana, el dolor de cabeza le retumbó los sentidos a penas despertaba. Agarró su frente entre quejidos, sumida en una laguna perpetua que no le permitía pensar. Parpadeó un par de veces y trató de incorporarse. Era un dolor constante y punzante que se acoplaba a ella. Daba vueltas y vueltas, como un carrusel, pero este no tenía nada de divertido. Las ganas de vomitar volvieron. Estiró su brazo (adolorido, por cierto) y tomó el balde a un lado de su cama para descartar los desechos que su cuerpo generó. El sabor que le quedó en la boca fue asqueroso, pero no se comparó al dolor insoportable que la amenazaba desde dentro. Se sentía, y se veía, del carajo. Con esas ojeras oscuras decorando sus ojos, sus labios pálidos y partidos; piel blanquecina y reseca; pelo enredado, lleno de nudos, y el camisón de dormir con dos o tres gotitas de vómito. Tal vez cuatro.

__________ se quejó en voz alta pero el sonido que sacó de su garganta invocó más punzadas molestas en su cabeza y vueltas repetitivas que la mareaban cada vez más.

La pelirroja que dormía en el suelo se despertó al momento que escuchó sus alaridos. Abrió sus ojos cansados, y rápidamente llevó su mirada a su amiga.

-¡__________! -Esbozó la pelirroja con felicidad.

La mayor se llevó ambas manos a la cabeza.

-¡Shh, Anne! -Exclamó en susurros. -No grites. Me duele la cabeza.

La pecosa se llevó una mano a la boca y se disculpó. Luego se sentó a su lado tocando su frente.

-Al menos ya no tienes fiebre.

__________ sintió la mano fría de su amiga e hizo una mueca, para luego sonreírle.

-¿Qué haces aquí?

-Estabas mal y vine a verte.

-Yo no recuerdo eso.

-Te desmayaste.

-¿En serio?

-Sí. -La de camisón blanco frunció el ceño. -¿Recuerdas algo antes de eso?

El hecho de pensar hacia que las punzadas en su cabeza se hicieran más prominentes pero lo intentó.

-Intenté agarrar un poco de agua, y luego no... No lo sé. Fue como puff y me dormí. -Explicó. -¿Por qué crees que me pasó eso?

Anne tenía una vaga idea del porque del colapso de su amiga, pero no sabía si Jerry tenía que ver con eso.

-Mucho estrés, quizás. Una vez, cuando trabajaba en una de las casas como huérfana, y cuidaba los niños de la señora Murray, su esposo se cayó al suelo porque estaba teniendo "días malos". -Acercó el vaso de agua de la comoda de __________ para que pudiera tomar algo. -Bueno, eso decía su mujer. Creo que estaba teniendo problemas en el trabajo, o eso escuché. Y el estrés le provocó un desmayo. ¿A qué tipo de estrés te enfrentas tú?

La adolescente se alzó de hombros, desentendida de las palabras de su amiga.

-Yo estoy bien.

-Evidentemente no. -Reconoció Anne. Entonces se incorporó en la cama y la miró a los ojos. -¿Es por Jerry?

Plack; plack; plack.

El sonido de las ramas azotando el vidrio de la ventana desconcentró a la mayor por unos segundos. Su mirada se volvió al cielo. El alba del amanecer, tan tranquilo y sereno, dejaba en su corazón un corto sentimiento de paz, uno que amaba sentir. No quedaban muchas estrellas ya, pues el Sol las opacaba todas. Incluso las nubes, tan suaves, se veían inútiles a su lado. De alguna forma sentía que eso era Jerry en ese momento, opacando cualquier otra cosa en su vida. Siendo él lo primero y lo último que abarcaba sus pensamientos al despertar y al dormir.

𝑴𝒚 𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝑳𝒂𝒅𝒚 | 𝐉𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐘𝐍𝐀𝐑𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora