𝑴𝒚 𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝑳𝒂𝒅𝒚 | 𝐉𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐘𝐍𝐀𝐑𝐃

XXIII┇Fucking Friday

Aviso importante: El siguiente capítulo contiene un smut "suave" (creo), no es necesario de leer así que si no te gusta este contenido puedes saltártelo hasta el próximo "(...)", que es donde termina. Lean bajo su propio cuidado. Y pido perdón si creen que falto el respeto al personaje, o actor o a su propia integridad. Besos y sigan leyendo.

Moody casi siempre estaba solo en el día, hasta la tarde que volviera su madre, y a la noche que volviera su padre. Era algo que a veces agradecía, porque podía hacer lo que quisiera sin supervisión de un adulto. Eso no era algo que preocupara a sus padres, ambos ponían una confianza que no se ponía en cualquier niño, eso era porque confiaban en lo santo de su hijo, que no invitaría a sus amigos o a muchachitas sin ellos haberle dado permiso. Así que él podía estar solo y asegurado por la confianza de sus padres.
De igual forma le gustaba estar solo en casa, aunque a veces se sintiera un poco solo, siempre lograba distraerse, leyendo libros o jugando. Pero esa tarde, después de cerrar la puerta, solo se acostó en su cama, oliendo cada tanto el perfume dónde estaba la chaqueta, en modo de placer.

No lo podía evitar, era para él. Su chica estaba enamorada de él, y había dejado en su puerta su chaqueta, llena de un elixir que no dejaba de inhalar. Sus mejillas estaban completamente rojas, y mordía su labio de forma excitante, reteniendo el cosquilleo de su estómago de alguna forma. Cada vez que inhalaba sentía un hormigueo en su parte baja, algo duro despertándose, algo que ya había sentido. La primera vez fue cuando espió la habitación de sus tíos en la semana que se quedó en Charlottetown; había escuchado ruidos en al noche y asustado fue a ver, era muy pequeño para entender lo que significaba lo que veía a través del agujero de la puerta, dos adultos fornicando, eso no lo entendía. Pero en ese momento sintió el mismo cosquilleo. De más grande lo entendió, y fue horrible. Pero para entonces él se había masturbado al menos cinco veces en distintas ocasiones, así que ya sabía lo que le pasaba.

Volvió a inhalar el perfume, y sintió como si miembro quedó completamente duro. Se miró con nervios y algo de molestia. Jamás le había faltado el respeto a __________, ni con ella enfrente, ni a solas con alguien, ni completamente solo, eso nunca había pasado. Defendía a muerte la pureza de esa chica, y jamás se hubiera atrevido a verla con otros ojos que no fueran los de un digno enamorado. Pero esa vez... No quiso hacerlo, no dañaría su imagen así... Pero fue inevitable.

Al fin y al cabo, el hijo de los Spurgeon no era tan santo como ellos creían.

Tocó su pantalón, dejando un suspiro largo. Recorrió un momento con sus dedos la tela, de arriba para abajo y de abajo para arriba. No se atrevía a apretar todavía, solo sentir el vaivén de los dedos, claro que no era suficiente. Inhaló otra vez el perfume, esta vez clavando sus dedos delicadamente para no lastimarse, con un incentivo en el aroma que le hacía hacer cosas que no quería. Apoyó toda su mano, bajando y subiendo por encima de la tela como con los dedos; apretaba más para si mismo cada vez más fuerte. Mordió su labio inferior más fuerte, se sentía bien lo que hacía para su cuerpo, pero lo mataba su conciencia.
Ineludible fue cuando metió su mano por debajo del pantalón y por encima de la tela más íntima, allí pudo sentir mejor su miembro y esbozó una corta sonrisa de complacencia cuando decidió apretar un poco. Solo apretaba, porque en el fondo quería torturarse un poco por lo que hacía, él sabía que no estaba bien, pero ya era imposible poder parar. Soltó un jadeo apagado, como un resoplido tosco y cerrado.
Cerró sus ojos cuando no aguantó más y apartó la última tela de su camino, para por fin poder tocar su falo. Sus manos frías chocaron con la piel caliente de su... ¿Verga? A veces no quedan definiciones verbalmente correctas para llamar a las cosas, por esa razón en el pueblo se hablaba muy poco de sexualidad con los niños, era una de las razones, asustándolos de que lo que hacían era malo, por eso Moody estaba tan temeroso en ese momento. Por un segundo olvidó que profanaba la pureza de su amada y solo se dejó estar. Sus manos pasaron a entibiarse en segundos, así que rodeó entera su verga.