XLII┇Diana, just the middle sister

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Anne y __________ no paraban de reír en el estanque, y Diana sabía muy bien porqué. Hablaban sobre la cena de anoche, y por las mejillas sonrosadas de su hermana mayor, habían salido como ella quería, lo que hervía la sangre de la más pequeña. Desde la ventana que daba al estanque podía observar desecha a su mejor amiga y a __________ reír con complicidad, casi fingiendo que ella no existía.

Diana pensó en que su hermana se veía muy tonta mientras parloteaba enamorada, cono si Jerry fuera la cosa más increíble del mundo. Y para ella sí lo era, pero solamente Diana podría demostrarlo con tanto fulgor. Debería ser ella quien se secreteara con Anne sobre el francés, no __________.

Ahora ni si quiera podía secretear con Anne, porque ya no se juntaba muy seguido con ella entre clases, ahora toda esa atención era para __________. Su novio, su mejor amiga, todo al final era para ella.

Diana suspiró con rencor, tragándose a regañadientes el sándwich que había llevado. Realmente no tenía ganas de comer nada, pero tenía que aparentar frente al resto de sus amigas. La conversación, por más banal e insulsa que fuera, debía fingir que prestaba un mínimo de atención, porque no tenía ganas de darle explicaciones a nadie sobre su mal humor.

Antes de rodar los ojos al ver cómo su hermana abrazaba a Anne con emoción, una retorcida idea se le creó en la cabeza. Una muy interesante y retorcida. Se paró limpiando un poco su vestido de las migajas y dejando sus cosas en la mesa.

—Diana, ¿dónde vas? —Esbozó Josie.

—Afuera. —Respondió la joven con simpleza y sin esperar algún acote, se dirigió hacia el patio.

Pasó cerca de su hermana y escuchó como esta la llamaba, pero la ignoró por completo. Se acercó a la cabellera castaña de Moody, quien estaba charlando con su amigo Charlie con un poco de entusiasmo. Se había enterado, por boca de Tillie, que el chico estaba muy decaído hace algunos días, y todo empezó desde que Diana le había comentado la información a Moody sobre su hermana y el granjero de los Cuthbert, pero eso Tillie no lo sabía, claramente.

—¿Puedo sentarme contigo? —Le preguntó la joven a Moody. Él, aunque extrañado, asintió. —Charles, ¿podrías dejarnos solos un momento?

Él más alto asintió y saludó a su amigo antes de dirigirse al salón a terminar su almuerzo.

—¿Se te ofrece algo, Diana? —Dijo Moody con algo de resequedad.

Diana esforzó una sonrisa.

—A mí tampoco me sentó muy bien lo de mi hermana, ¿sabes? —El muchacho apartó un poco de su cabello oscuro que le caía en los ojos y la miró con el corazón roto. —Sé que te sientes horrible por perder a alguien que amas. Lo he vivido.

—¿De verdad?

—Sí. —Se acomodó mejor. —También sé que estás fielmente enamorado de ella.

—Como no tienes idea.

—Y es injusto, Moody. Es injusto que haya preferido a un granjero antes que a ti, un chico con futuro, oportunidades, que siempre ha dado todo por ella y ha sido muy atento. —El joven frunció el ceño con molestia. Se sentía derrotado. —Yo quiero ayudarte, Moody.

—¿Ayudarme?

—Ajá. A estar en dónde perteneces, al lado de mi hermana.

Ambos dirigieron una mirada a las amigas que charlaban a un lado del estanque. Moody sonrió con tristeza. Verla a ella, tan dulce y linda, con una sonrisa tan bonita, lo hacía sentir cosas en su estómago, cosas que nunca sintió por nadie más que por __________ Barry. Miró a Diana y sonrió con un poco más de confianza.

𝑴𝒚 𝑩𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝑳𝒂𝒅𝒚 | 𝐉𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐘𝐍𝐀𝐑𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora