Leyendo "La Heredera de Merlín"

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17 "Bajo las patas de Fluffy y Fin del año"

-Bien! Veremos que pasa -dijo Rabastan emocionado.

Todos estábamos nerviosos con lo exámenes (no es cierto, yo no), sin embargo, no sé cómo carajos descubrieron estos que Voldy quería el Elixir de la Piedra Filosofal ¡Malditos críos!

-¡Hey! -se quejaron Ron, Hermione y Harry al ser llamados asi.

-Pero si ella también es una cría, ¿porque les dice asi? -se quejo Lily.

-Recuerda que es una reencarnada, y por lo que se ve en el libro, era bastante adulta cuando murió en su vida anterior, asi que sumas sus dos vidas, tan joven no es -le explicó Annabeth a la pelirroja.

De cualquier forma, con los exámenes teníamos suficiente estrés, los escritos para mí fueron los peores, ya que el calor era asfixiante y me costaba concentrarme.

Los prácticos fueron más fáciles, el profesor Flitwick nos llamaba uno a uno a un aula vacía para ver si podíamos lograr que una piña bailara claqué sobre el escritorio ¡Fácil!

-¿¡Fácil!? -se quejaron varios.

La profesora McGonagall nos observó mientras transformábamos un ratón en una caja de rapé, y las más bonitas ganaban puntos, pero los perdían si tenían bigotes ¡También fácil!

-Ni siquiera voy a protestar -dijo Rabastan al ver lo talentosa que era la niña.

Lo peor para la mayoría (menos Slytherin y yo) fue posiones, me hacía gracia como Snape se colocaba detrás de ellos para vigilar que no cometieran errores y eso era justo lo contrario a lo que pasaba ya que su presencia los ponía nerviosos ¡Súper fácil!

-Esa es mi especialidad -dijo Severus con una sonrisa de orgullo, a Tadeus se le hacía conocida esa sonrisa.

El último examen fue Historia de la Magia, gracias a mi memoria fotográfica (gracias padre), fue sencillo y en 20 minutos lo terminé, pero de igual forma no dejé de celebrar cuando acabamos.

Estábamos sentados en el lago debido al calor, y escuchaba a Hermione volver a repetir los exámenes y a Ron quejarse de que dejara de hablar.

-Eso era molesto, me ponía nervioso -dijo Ron como excusa.

A Harry le dolía la cicatriz, hasta que de un salto se levantó y yo sabía para donde iba.

Comenzó a decir todo sobre el extraño que tenía el huevo de dragón y que Hagrid se lo encontrara, hasta que llegamos frente a su cabaña.

Hagrid nos comenzó a explicar, hasta que se le escapó que Fluffy se calmaba con música, y se enfureció consigo mismo, pero cuando iba a decirnos algo, ya nos habíamos marchado.

-Inteligentes -los halagó Hermes y los tres se sintieron orgullosos, no cualquiera es alabado por un Dios.

Estaban como locos buscando a Dumbledore, cuando escucharon a la profesora McGonagall detrás de ellos, cargada de libros.

-¿Que estáis haciendo aquí ustedes cuatro? -preguntó.

-Queremos ver al profesor Dumbledore -dijo Hermione con aparente valentía.

-La profesora me ponía nerviosa -se justificó la castaña.

-Quieren ver al profesor Dumbledore -repitió- ¿Para que?