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En algún momento de mi vida llegué a creer que si por un momento fuera la única persona en todo el mundo, lo primero que haría sería correr a todas las tiendas de lujo y tomar la ropa que más me gustará, o correría a las dulcerías y agarraría grandes canastas de mis dulces favoritos. Pero no fue así, ahora corría por mi vida con Odín entre mis brazos.
(Esa mañana)
Cuando desperté sentí un bulto cálido y peludo al lado de mi rostro, Odin dormía cómodamente sobre mi cuello y yo sentía una dolorosa tortícolis acercarse, aún así no importa Odin me acompaño durante mis pesadillas nocturnas y el frío mañanero que nos cubría hoy, así que sería muy descarado de mi parte reclamarle por dormir en mi cuello.
Hoy tenemos planes de salir y caminar en lo que queda de la ciudad, quizás podremos conseguir algo de alimento canino que no tenga Moho; no sé se me hace buena idea darle de mis enlatados a Odin, aunque muy probablemente estos últimos meses ha comido solo basura, quiero ser una buena compañera para Odín y cuidar de su salud.
Es escalofriante caminar por las abandonadas calles de lo que un día fue Seattle, los edificios cubiertos de musgo y completamente destruidos solo me hacen pensar en lo miserable que soy al ser la única sobreviviente de este país.
Quiero decir, no sé si sea la única sobreviviente en el mundo, quizás hayan más personas vivas contando con mi misma suerte o quizás y están acompañados por grupos de más sobrevivientes, no lo sé, pero algo que si se es que soy el único ser vivo en todo el país, recorrí condado por condado en diversas camionetas, caminando y algunas veces corriendo; y en ningún momento encontré a alguien más, ni siquiera animales, ni insectos, no había nada, solo era yo y mi esclavizante silencio contra todo.
O bueno eso creía hasta que conocí a Odin, quizás el miedo y la paranoia nublo mi mente por un buen tiempo y me obligué a creer que era la única en todo este mundo post apocalíptico, pero el haber visto a Odin con su rostro inocente me hizo caer de nuevo en la realidad, me hizo ser más consciente de mis pensamientos y de mi alrededor, consciente de una manera que no lo había sido desde que inicio todo esto.
-Que dices Odin, ¿deberíamos entrar? -Su pequeño rostro cayó a un lado mirándome como si quisiera gritarme que no entendía nada de lo que salía de mi boca.
Observamos la tienda de mascotas, los vidrios de la fachada destruidos, cosas en su interior regadas por todo el lugar, lo que me hizo respingar en mi lugar y sentir náuseas, fue el panorama que estaba a un costado.
Animales muertos, putrefactos, algunos mordidos por los que un día fueron sus compañeros, por la falta de alimentos tuvieron que recurrir al canibalismo y no los culpo...
-Odin no mires -Lo levanté del piso para alejarnos del lugar -Mira voy a dejarte aquí amarrado un momento, voy por algunas cosas para ti y luego vuelvo para que volvamos a casa y huyamos de esto, ¿Ok? -Su lengua salió de su hocico y su cuerpo se acostó sobre el asfalto, amarre la improvisada pechera que hice en la noche y corrí dentro del lugar.
No quiero parar a detallar cada jaula, pero mi curiosidad siempre gana sobre mi racionalidad, me detuve frente a una jaula que parecía ser el lugar de algunos gatos persa, una borrosa imagen estaba sobre la jaula, mostrando el serio rostro de uno de los gatos.
Habían varios restos de gatos, algunos parecen de cachorros y otros de unos pocos más grande, huesos casi limpios y unos otros con carne seca y podrida con algunos pelos aún en ella y a un lado había otro gato, con todas sus extremidades intactas, su piel estaba pegada a sus huesos, el gato estaba muerto, no se si murió por desnutrición, deshidratación o alguna infección, pero si se que su muerte fue reciente.
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Exterminio [Saga NK64]
Science FictionLa soledad que en la ciudad habitaba no se comparaba con la soledad de mi alma, caminar por las calles y no ver a nadie no era tan doloroso como saber que en algún momento yo moriría y nadie lo sabría, nadie lloraría por la falta de mi presencia en...