шестнадцать¹⁶

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Creí que despertaría sola en el almacén, con el frío del piso calando en mis huesos, pero fue todo lo contrario desperté en una cama cómoda y enredada entre las sábanas grises de esta misma. Recuerdo lo que pasó anoche y lo bien que la pasé, debo de admitir que estaba un poco nublada por mis inestables emociones pero aún así no me arrepiento de lo que pasó, más sin embargo no puedo decir lo mismo de Ezra. Me levanté en su cama pero él no esta junto a mi, la cama esta fría y solitaria.

Puse mis pies en las frías baldosas, me quedé un buen rato sentada en la orilla de la cama mirando hacia la nada y pensando en nada al mismo tiempo; quiero ver mi cuerpo desnudo frente a un espejo y disfrutar de las marcas que seguramente quedaron en el, pero en este lugar no hay espejos, exceptuando los cristales de algunas sesiones.

Escuché voces, dos hombres discuten fuera de la habitación; me vestí rápidamente y corrí a escuchar con más claridad la charla de estas personas.

-Señor hemos estado haciendo las expediciones tal cual usted lo pidió, hemos ido de ciudad en ciudad, buscando en todos los rincones -Pude escuchar la anodina voz de un chico alegar -Aun así no pudimos encontrar nada, no hay nada similar en ninguna ciudad cercana o lejana de aquí.

-Eso no puede ser posible Marcus, deben de haber más en otras ciudades -Respondío Ezra con la molestia marcada en cada palabra que decía -Asegurense de -Alguien lo interrumpió.

-Ezra, he estado al tanto de cada expedición, fijándome en cada cámara y en cada micrófono en los trajes del grupo blanco y no hay nada, puedo corroborar lo que Marcus está diciendo -Expreso una voz femenina con tranquilidad. -No hay parias en ningún otro lado.

-Es imposible -Manifestó ezra con frustración -¿Por qué habrían solo aquí?.

Sentí que estaba escuchando algo que no debía, lentamente y sin hacer ruido camine devuelta al cuarto.

-¿Qué hay de la chica? -Escuché -Ella debe de saber algo, puede que nos este ocultando cosas -Dijo Marcus con irritación.

-Podemos usarla para que vaya al exterior -Esta vez fue la voz de María la que escuche -Asi no gastamos ningún suministro y será más fácil para ella buscar lo que necesitamos y darnos un informe detallado de la situación allá arriba -Propuso -No tenemos que decirle sobre las parias, hacemos que sepa lo mínimo y así va a cooperar con más facilidad.

¿qué? ¿cooperar con más facilidad mientras me ocultan información? No, yo no ayudo a personas que piensan utilizarme como si yo fuera una tonta y menos ayudo a personas que me dan la espalda y me tratan como si fuera una basura.

-¿Piensas que diciéndome las cosas a medias voy a cooperar? -Espeté molesta entrando a la habitación.

No voy a ayudar, no me importa para que me necesiten allá afuera, pero no los voy a ayudar, no pienso hacerlo no me conviene en nada y tampoco me beneficia en algo. Me despeje de mi ropa y volví a la cama haciendo como si nada hubiera pasado.

Di varias respiraciones profundas para relajar mi cuerpo y parecer que nunca estuve despierta, no espero nada de nadie aquí, mi corazón ha sido lastimado tantas veces en los últimos meses que realmente siento que nada más puede lastimarlo. Aun así siento una pizca de decepción.

Alguien se sentó a mi lado, su pesada mirada quema en mi rostro, luche con las ganas de abrir mis ojos e iniciar una pelea de miradas, me mantuve lo más tranquila que pude; corrió un mechón que caía sobre mi nariz y acaricio con delicadeza mi rostro, como si en algún momento se fuera a romper.

-Se que escuchaste todo -Susurró con su voz ronca -Quiero que sepas que no te voy a obligar a hacer algo que no quieres y tampoco pienso ocultarte nuestras razones del porque te necesitamos -Sus caricias siguieron y su voz se hacía más suave con cada palabra que decía -Solo puedo pedirte que me ayudes, porfavor.

Exterminio [Saga NK64]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora