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Salir del centro comercial fue toda una travesía llena de pánico para mí, la única salida por la cual creía yo no nos caería restos de escombros cuando saliéramos era por el estacionamiento subterráneo que según el mapa del centro comercial daba a la calle contraria donde ocurrió el derrumbe del edificio.

No conté con que el lugar estaría forrado en una oscuridad escalofriante, apesar de saber que no hay nadie en el lugar sentí que en cada paso que daba alguien volteaba a observarme, era como si un millón de ojos estuvieran puestos en mi presencia.

Atribuyo toda esta sugestión a mi fobia a la oscuridad, es tanto el miedo que solo puedo dar pequeños pasos de tortuga.

-Esto no es tan diferente a la oscuridad que hay fuera -Susurré con un leve temblor -Bueno si es diferente, digo afuera por alguna razón se ve más iluminado, pero aquí no veo más que la luz de la salida y ya me estoy poniendo nerviosa -Un enredijo de palabras era lo que lograba gesticular -Lo siento Odin, cuando tengo miedo por alguna razón hablo mucho.

Exitosamente logramos salir del más grande desafío del día y felizmente llegamos a casa donde sin duda alguna estaremos seguros.





(...)






Todas las noches despierto con la misma sensación, me siento observada, en días pasados llegue a ver a un hombre sentado a una orilla de mi cama, no era más que una sombra negra pero con la clara silueta de un hombre adulto, esto obviamente es imposible, quizás y ya hasta empiezo a tener indicios de esquizofrenia; en esos momentos siempre pienso en lo bella que la soledad fue en un pasado, pero desde el momento en el que me vi obligada a vivir en soledad se torno en algo aterrador y enfermizo, haciéndome alucinar muy frecuentemente.

Muchas veces en medio de la noche me levanté gritando como si estuviera siendo torturada de la manera más dolorosa posible, algunas veces cuando despertaba sentía mi cuerpo ardiendo en fuego, otras sentía como si jalaran cada extremidad de mi cuerpo intentando quitarlas de su lugar. Esta noche soñé algo que extrañamente se sintió demasiado real en comparación a las anteriores experiencias.

Dentro del sueño estaba en esta misma habitación, postrada en esta cama sin poder moverme, Odin no estaba sobre mi hombro como usualmente duerme desde que está conmigo, no logré sentir su cálida presencia sobre mi.

Sentí la cama temblar y escuché las cosas sobre mi escritorio moverse por el fuerte temblor, varias luces blancas pasaron por la calle frente a mi casa, escuché varios motores de autos muy grandes e incluso se escuchaba la algarabía de varias personas, pero cuando abrí los ojos no había nada y Odin estaba a mi lado durmiendo plácidamente.

Una pequeña parte de mi quiso creer que si había sido real y que sencillamente estaba muy agotada como para darle la importancia que el momento requería, pero mi lado racional solo me cacheteaba gritándome que era una loca paranoica en busca de compañía humana.

Sentí que no descanse nada durante la noche, me siento agotada con una gran debilidad que nunca había sentido en mi vida, mi cuerpo hierve en lo que seguramente es una fiebre muy alta. Quizás un par de días atrás había estado feliz de morir por mis altas temperaturas corporales, pero hoy eso me hace sentir ansiosa, si muero por culpa de lo que sea que me esté provocando todo esta debilidad ¿Quien cuidaría de Odin?.

Tome fuerzas de donde no las tenía, mi cuerpo me pedía a gritos volver a la cama y perecer en ella, pero no me podía dar por vencida, asi la debilidad no me dejara ponerme de pie, sin importar la pesadez que azotaba mis piernas buscaré la manera de recuperarme y volver a ser la activa y depresiva Nor.

Exterminio [Saga NK64]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora