LEONOR.
No tuve a alguien que me enseñará de afecto excepto mi madre, cuando papá no estaba en casa ella intentaba tratarnos con mucho más amor y delicadeza, buscaba darnos abrazos algunas veces, sin embargo cuando papá llegaba de sus viajes cualquier contacto físico estaba prohibido y más si se trataba de mi; él decía que eso nos volvía débiles y mamá nunca se atrevió a desafiar su palabra.
Aprendí de mis amigas en la secundaria, siempre se abalanzaban sobre mi en un efusivo abrazo y yo me quedaba como estatua porque no sabía que hacer, pero nunca las alejé porque apesar de que me incomodaba algo en mi corazón se sentía cálido.
Mis amigas siempre fueron muy cariñosas con todo pero más con sus parejas, siempre observé lo que ellas hacían cuando ellos se sentían mal, desde las palabras más dulces hasta el más mínimo toque, tomaba nota mental por si en algún momento algún chico se fijaba en mi y yo debía de consolarlo, mi sueño siempre fue ser una novia cariñosa pero nunca supe cómo.
Supongo que estar acariciando el cabello rizado de Ezra en mis piernas es algo así como un acto de cariño a un amigo al que aprecias, esto lo aprendí de ellas ya que siempre lo hacían conmigo cuando me sentía mal, acariciaban mi cabeza hasta que mi cuerpo se relajaba; quiero ser una buena amiga para él y ayudarlo ahora que está tan mal, al final no somos tan distintos como llegue a creer en el pasado.
Su frente está sudorosa y su piel está muy pálida, su aspecto físico empeoro desde esta mañana que lo vi, pensé en ir a buscar a Mili para que lo ayude con algo pero él me pidió quedarme a su lado, aún así algo en mi me gritaba que vaya a buscar la ayuda de alguien experto en el tema.
Ezra empezó a removerse en mis piernas, parece tener una pesadilla, pase mi mano sobre su frente y arde en fiebre, quise levantarlo pero fui arrojada con fuerza a un lado cayendo al piso, me levanté enojada y asustada por lo ocurrido, iba a acercarme para reclamarle por lo que hizo pero puso ambas manos frente a él alejándome.
-Alejate de mi -Susurro, sus labios temblando y en sus ojos puedo ver miedo -No te acerques -Me quedé en mi lugar sin saber que hacer o decir.
Él empezó a dar pasos lentos y temblorosos hacia atrás alejándose de mi e hiperventilando, algo lo esta afectando y yo no puedo hacer nada para ayudarlo, solo estar parada a un lado dándole su espacio; golpeó su espalda contra el librero y se dejó caer al piso, acercó sus rodillas a su pecho y cada vez respira con más velocidad y fuerza, sus sollozos me aturden no por lo ruidosos que son sino porque nunca pensé en ver o escuchar a Ezra llorar.
-Ezra -Hable suave e intente acercarme pero su grito me hizo retroceder.
-NO -Parece que va a entrar en pánico en cualquier momento.
-Ire por Emiliano -No dijo nada, no me pidió que me quedara, al contrario parece más alterado que antes.
Dude en si dejarlo solo, ya que en mi ausencia puede hacerse daño o desmayarse por su respiración errática, pero yo no puedo hacer nada para ayudarlo más que estar ahí parada mirándolo, corrí por los pasillos buscando a alguien que pueda ayudarme a encontrar a Emiliano.
-¡Emiliano! -Corrí a su lado apenas vi su largo cabello al final del pasillo -¡Emiliano! -Volví a gritar, él giro buscándome, a su lado esta Marcus y María -¡Emiliano necesito tu ayuda, ven! -Ambos corrieron a mi lado, vi el rostro molesto de María antes que desapareciera por uno de los pasillos.
-¿Qué te pasó, Nor? -Marcus agarró mis brazos con suavidad y me revisó rápidamente.
-No a mi no -Mire a Emiliano que parece estar preocupado -Es Ezra -Ambos parecieron entenderlo -No se que hacer, está como loco gritando y yo no puedo ayudarlo, porfavor ve con él -Apreté con fuerza los hombros de Emiliano quien no dudó en correr a ayudar a Ezra.
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Exterminio [Saga NK64]
Ciencia FicciónLa soledad que en la ciudad habitaba no se comparaba con la soledad de mi alma, caminar por las calles y no ver a nadie no era tan doloroso como saber que en algún momento yo moriría y nadie lo sabría, nadie lloraría por la falta de mi presencia en...