одиннадцать¹¹

77 16 0
                                    

En algún momento después de haber corrido por varios minutos que se sintieron como interminables horas, logré dar con una habitación de puerta blanca con un vidrio negro que no dejaba paso a ningún ápice de luz. La curiosidad pico en mis manos y sin pensarlo intenté abrir esa puerta un par de veces, pero estaba cerrada con seguro.

-Maldición, no camine todo este puto camino para nada -Me quejé al aire dándole una mirada despectiva a la puerta.

Busque a mis alrededores intentando encontrar algo que me ayude a abrirla, se que no debería de estar aquí y diablos que entiendo que si esa puerta está sellada es por algo, pero hay algo en mi que me pide a gritos entrar en ese lugar y sinceramente quiero hacerle caso a ese algo y no salir Corriendo con la cola entre las patas de vuelta a mi dormitorio.

No hay nada, todo esta pulcramente blanco y sin ningún objeto que me ayude a forzar la cerradura; una gota de sudor cayó sobre mi ojo y una gran ola de calor invadió mi cuerpo.

-¡Puta mierda! -Cegada por el coraje y el dolor que sentía en esa zona tan delicada, empecé a pelear con el aire.

De un momento a otro más emociones empezaron a invadir mi cuerpo, más rabia, más frustración y una indescriptible tristeza; todo esto combinado cegó mi raciocinio.

Como una loca empujé mi cuerpo sobre la puerta y empecé a golpearlo sin medir mi fuerza, descargue todas esas emociones que me tenían amarrada a largas noches de insomnio, lágrimas y dolor. Golpeé con todas mis fuerzas hasta que en un momento salí disparada contra una pared.

-Ugh -Un gemido adolorido recorrió mis labios.

Intenté sentarme pero mi cabeza aún se sentía aturdida por el fuerte golpe de hace un momento, di varios suspiros adoloridos mientras acariciaba mi cien, esto de dejarme llevar por mis emociones e ir por ahí actuando como una loca no le está trayendo nada bueno a mi vida.

-Oye ¿Estás bien? -Una tímida voz me hizo estremecer, se escuchaba débil y muy cansada -Que pregunta más tonta, claro que no estás bien, saliste volando con la puerta -Escuché una tímida risa venir de mi espalda, gire suavemente sobre mi trasero buscando a la dueña de esa voz -Ezra se va a enojar -Su rostro me recibió con una suave sonrisa.

La mire atónita, es una chica realmente hermosa, piel morena, cabello crespo y castaño y unos ojos felinos muy atrayentes, pero su belleza se veía opacada por la palidez que en ella vive, sus ojos sin ningún brillo y el cansancio marcado en su bello rostro. Quedé hipnotizada con su mera existencia.

-Ey -Acercó su rostro al mío y con clara curiosidad giro su rostro a un lado examinando todo mi cuerpo en busca de algo -No te ves herida, pero ¿Por qué no hablas, te comieron la lengua los ratones? -Una pequeña sonrisa iluminó su rostro.

-Estoy bien -Intimidada con su presencia retrocedí un poco.

Ella encogió sus hombros y volvió a su cama, con gran dificultad se sentó sobre esta misma y vi como acomodaba todas las sondas que estaban escondidas en su espalda, no me había fijado de la naricera que claramente la ayudaba a respirar sin tanta dificultad. La sentí carraspear su garganta con incomodidad.

-¿Quién eres? -Pregunté.

-Me llamo Catrina y no soy nadie -Respondío acostada sobre la camilla, la vi cerrar sus ojos agotada y su respiración es fuerte y pausada -¿Tú cómo te llamas? -Preguntó suavemente.

-Soy Nor, ¿Por qué estás aquí? -No me contuve y me fui sin ningún rodeo.

-Eso debería de preguntarlo yo -Su voz se cortó como si tuviera la garganta seca.

Mire la habitación, es exactamente igual a ese lugar donde me metieron el primer día que me trajeron aquí, solo que aquí no hay vidrios, y tiene un par de cosas más, como un bidón de agua, las máquinas que miden sus signos vitales y una mesita con dos sillas. Con cautela camine hasta el bidón y saqué un poco de agua para dársela.

Exterminio [Saga NK64]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora