21. Todo iba demasiado bien

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La tranquilidad imperaba en la pequeña cabaña del Valle de Godric donde vivían Albus y Gellert, un tiempo después de la visita a Hogsmeade. La pareja estaba feliz, no faltaba mucho para la semana de Pascua, lo cual significaba que tendrían una semana para estar juntos sin interrupciones, ya que no habría clase en Hogwarts; hasta entonces, disfrutaban de todos los momentos posibles. La única nube de oscuridad en sus vidas era que los aurores del Ministerio y de la Confederación de Magos, no habían logrado encontrar a Vinda Rosier. Sin embargo, la francesa no había dado señales de vida; lo que a algunos optimistas de la familia de Albus les hacía pensar, que o bien estaba escondida y sin atreverse a salir al haberse quedado totalmente sola o bien, estaba muerta.
Albus y Gellert sabían que no podían relajarse, Vinda seguía por ahí y, sola o no, buscaría la forma de vengarse.

- Prométeme que no saldrás de casa hoy, Gellert - le pidió Albus, aquel día, antes de marcharse a trabajar. No quería hacerlo, tenía un mal presentimiento, pero también tenía que fingir normalidad, no podía dejar su puesto en Hogwarts; sin contar que no quería hacerlo. Siempre había querido educar a los jóvenes magos y brujas, para ayudarles a controlar sus poderes y a ser mejores personas.
- Me lo has repetido como catorce veces, Albus - repuso Gellert, exasperado. - No voy a salir de casa, tranquilo...

El profesor dio un pequeño beso en los labios de su pareja, antes de ejecutar una desaparición para ir hasta Hogwarts. No podía evitar tener una sensación extraña, como la tensión de saber que va a pasar algo y no saber cuándo.

***

Gellert esperó unos minutos para asegurarse de que su amado se había marchado definitivamente y no iba a regresar. Una vez pasó aquel tiempo prudencial, el búlgaro salió de la pequeña cabaña y se desapareció hasta un punto no muy alejado del Valle; allí le esperaba una figura alta, cubierta con una capa oscura.

- No sabía si acudirías a mi llamada, querido Percival - sonrió Gellert, acercándose a Percival Graves, que tras volver a estar activo, trabajaba como auror en la Confederación Internacional de Magos.

Percival lo observó de arriba a abajo, con el semblante serio que siempre tenía, antes de volver a hablar.

- Estuve a punto de no hacerlo, Grindelwald - contestó, atravesándole con una mirada. - Y menos en secreto, a espaldas de Theseus y Albus...

El búlgaro asintió, sabía que no estaba bien ocultarle a su prometido lo que iba a hacer, pero  sabía que Albus no se lo iba a permitir, como mínimo, no le iba a dejar hacerlo solo.

- No me gusta hacerlo a sus espaldas - repuso Gellert, inspirando muy hondo. - Pero es la única manera de arreglar todo esto, debo enfrentarme a Vinda Rosier... yo sólo. Sin embargo, antes tengo que encontrarla y tú eres el único al que puedo acudir.

- No tengo ningún motivo para ayudarte, Grindelwald - sentenció el americano, mirándole con rabia. - Debería aprovechar esta oportunidad para arrestarte y terminar con esto de una vez por todas. 

- No tienes ningún motivo para ayudarme, es cierto, querido Percival - coincidió Grindelwald, con gesto serio, había perdido su arrogancia y su tono burlón de voz habitual. - Y por supuesto, deberías aprovechar la oportunidad y arrestarme, sería un gran éxito para tu carrera...  pero, no eres estúpido: sabes, igual que yo, que aunque yo salga de circulación, eso no hará que esto termine, no hasta que vuelva a meter a esa mujer en el calabozo más profundo que encuentre y tire la llave.

El auror lo observó de arriba a abajo. Como muchos de los que sabían la verdad sobre la nueva vida de Gellert Grindelwald, no confiaban en él, ni creían en el cambio que el búlgaro había dado. Sin embargo, veía la decisión en los ojos de Grindelwald: estaba más que dispuesto a arriesgar la propia vida para proteger al hombre que amaba y eso podía respetarlo. Además, aunque le fastidiara admitirlo, sabía que tenía razón: atrapar a Gellert Grindelwald no solucionaría nada.

4. Animales Fantásticos: la fuerza del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora