01 - Editado

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Cuidado...

La gente Calmada no siempre lo es.


Hoy era otro lunes más, primer día de la semana en el cual debía dejar de dormir hasta las ocho para tener que madrugar e ir al instituto.

Estaba agradecida por el clima de hoy, no parecía ser ni tan frio ni tan caluroso, y era raro considerando el tiempo en el que estábamos. Estar a mediados de Septiembre es como para que hiciera un frío del demonio, pero en realidad, hoy Dios quiso bendecirme con un buen clima.

Gracias, Dios.

Me alisté rápido para ir al instituto, poniéndome un vestido veraniego blanco con estampado de margaritas que me llegaba solo un poco más arriba de la rodilla—nada atrevido—junto a unos zapatos del mismo color ya algo viejos.

Estuve mirándome al espejo muchas veces antes de irme. Analicé mi rostro, mi vestimenta, mi cabello. Detallaba cualquier cosa o defecto que pudiera tener y todo por una sola razón con nombre y apellido.

Ryan Weather.

El galán del instituto y, cómo es de esperarse, el que me mueve el piso, el “amor de mi vida”, en pocas palabras: el chico que me gusta.

Desde que llegué a este pueblo —hace tres años para ser exactos— he sentido un fuerte sentimiento hacia él, la verdad, la primera vez que lo ví fue como amor a primera vista.

Bueno, casi “amor a primera vista”. Pero recuerdo ese día cómo si fuera ayer...

«Era mi primer día de clases en el instituto. Al entrar al salón me sentía tan ajena a lo que hablaban cada una de las personas que se encontraban ahí, no sabía que podía hacer. A la hora de socializar era algo lenta, no sabía cómo sacar una conversación rápida. Todos estaban esperando a que la profesora de Cálculo llegara mientras que yo me debatía entre sí entablaba una conversación o si me quedaba ahí esperando hasta que alguien lo hiciera.

Pero claro, si me quedaba esperando nadie lo iba a hacer.

¿Por qué carajos soy tan antisocial?

En caso de que se me ofreciera hablar con alguien ¿Sobre que hablaría?.

¡Agh!, ¡Las consecuencias de no salir de casa!

Mientras me insultaba mentalmente por no ser lo mínima mente sociable como los demás, alguien me tocó el hombro. Me gire lentamente —con algo de miedo para serles sinceros —para ver de quién sería víctima ahora.

Entonces, en ese momento, me encontré con el rostro de el chico más guapo que pude haber visto nunca. Y que mucho menos creí ver en este pueblucho.

Ojos azules grisáceos, cabello castaño, facciones perfectas...

Me le quede mirando a los ojos con tanta atención y fascinación que de seguro parecía rara, mientras que él solo preguntaba con una voz que se oía como el mismísimo canto de los angeles:

—¿Tienes algún lápiz de sobra?.

Yo asentí mientras que mi cerebro procesaba la situación y procedía a actuar, sacando de mi cartuchera un lápiz—el único que tenía —para dárselo.

Me mostró una sonrisa. Sentí que se me iluminaba el alma al ver eso.

—Gracias, me salvaste, te lo devolveré después —dijo en tono encantador. Su ceño se frunció un poco al detallar mi rostro —Eres nueva, ¿Verdad?.

—S-si —asentí mientras que respondía con un tartamudeo irreconocible en mi persona.

Su sonrisa se torció un poco dándole un toque arrebatador.

After Dark (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora