24 - Editado

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El monstruo es inofensivo...

... Pero el Caballero no lo es.

Quizás veías mal el camino...

...Y si no lo entiendes, pues lee otra vez.

—Todo lo que te voy a contar no va a tener sentido teniendo en cuenta en el mundo fantasioso en el que estabas viviendo.

Fruncí el ceño, analizando sus palabras.

—Una fantasía es mejor que una realidad podrida. —reflexione, y él asintió pero se apresuró a decir:

—¿Y que piensas hacer cuando esa fantasía se te destruya?. Es mejor vivir en la realidad que en una fantasía, Megan. Solo así sabrás cuando te caerás,  y cuánto dolerá.

Bueno, tenía razón en eso. Pero no sabía si apoyar en concreto sus palabras. Supongo que ambos pensamientos tenían votos a favor.

—Bueno... —respondí sin ganas de seguir opinando en ese tema.

—Prosigo: ya te dije, Vivimos en un mundo muy desconocido ante ojos de otros.—explicó, yo me acomode a su lado. Muy cerca. Sintiendo como su pecho subía y bajaba.

Era relajante estar así.

—¿O sea que existen los vampiros, y los hombres lobos, y las hadas, y las sirenas? —inquirí divertida, enumerando cada criatura mágica o mística. Desmond lucía serio pero una pequeña sonrisa se esparció en su rostro.

—Los vampiros no existen, ni los hombres lobos, menos las hadas.—Respondió negando —Las sirenas sí.

Creí que estaba bromeando, en verdad lo creí pero había mucha sinceridad en lo que había dicho al final.

—¿Qué dijiste?—me ví en la obligación de confirmar si había oído bien.

—Que las sirenas existen.

Lo mire pasmada. Incluso mi boca se abrió un poco. Él continúo:

—Pero no son como las pintan. Al menos no dentro del agua, esas cosas son realmente peligrosas.

Parpadee dos veces, atónita.

—Pero eso no es importante ahora. Si me quedé es para contarte de mí. Sobre mí raza —explicó con detenimiento.

—¿Qué son?.

—Te dije que éramos demonios... Aunque ese no sería el termino correcto, según lo que dice Valentine. Yo nos denomino así porque supongo que es lo que somos.

—¿Y qué son exactamente?. —pregunte atenta.

—Hunters, Así nos llamamos—Hizo una breve pausa—Somos Cazadores de Demonios, Megan.

Cazadores.

De demonios.

Cazadores. Ok. Permítanme un momento para que pueda hacerme la idea. Procesarlo y...

Sentía que mi cabeza iba a estallar, pero debía centrarme y tener la mente abierta. Al menos ya entramos a una pequeña parte de la historia.

—¿De dónde provienen?, Es decir, ¿Cuál es su origen? —cuestione después de salir de mi mente a punto de ser chamuscada.

—Bueno, nuestro origen proviene de una historia que no se cuenta desde hace un siglo.

—¿Qué historia? —Lo mire a los ojos.

After Dark (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora