13 - Editado

10 6 0
                                    

‘Los buenos suelen ser los malos, los malos suelen ser los buenos’, Dijo alguien con tremendas experiencias en la vida.

O quizás un loco que no sabía lo que decía...


¿Yo les había comentado ya que las películas de terror con una extraña frecuencia suelen aburrirme?.

En especial esas en dónde un muñeco es poseido o algo parecido. Lo cierto es que prefiero leerlas en vez de verlas, supongo que mi mente es la que hace el trabajo de hacerme imaginar cosas que al final van a darme insomnio por una semana. Me aburría con algunas porque eran bastante predecibles. Sí, me asustaba, no podía decir que no daba respingos cuando aparecían las escenas de miedo, pero eran aburridas porque era lo mismo en cada película.

Por esa razón cuando llegamos al cine casi bufé cuando eligieron una de terror, yo prefería la de acción y misterio que estaba justo al lado de la que habían escogido. Y cuando entramos a la sala me dediqué solo a dos cosas:

Acabarme el pote de palomitas y pensar en Desmond y el clan Monster, aunque me quedaba bien claro que ahora Desmond formaba parte de aquel grupo.

Me pregunte por qué y a qué iba Desmond al bosque, y a esas horas sobre todo. Al final la única respuesta a todo es fue una que respondió mi propia consciencia: no seas metiche.

Al volver a casa trate a salir al patio trasero y mirar hacia la ventana de Desmond pero no podía ver absolutamente nada. Me fuí a mi habitación sin siquiera poder dormir por la falta del sueño. No tenía nada que hacer hasta que se me ocurrió en que matar el aburrimiento.

El libro estaba a solo unos pasos de mí, me levanté de mi cama y tome ese libro decidida a leerlo.

Quería que aquellos sueños que retumbaban en mi cabeza acabaran, sentía en el fondo que tal vez si averiguaba más de este pueblo eso iba a parar, aunque no podía estar tan segura.

Abrí el libro y continué mi lectura en dónde me había quedado. Hablaban de las historias de miedo, pero como antes había visto, la mayoría eran leyendas conocidas. Por otro lado estaba eso del bosque rojo pero no decían más nada referente a eso. Había comenzado a aburrirme para cuando llegue hasta la última página, ojeando nada más. Fue ahí donde encontré algo peculiar en la última parte.

Era un trozo de una hoja con un número en él.

10. 3110 - E. S.

Giré el trocito para ver la parte de atrás pero no tenían nada. Volví a ver los números, habían sido escritos ahí era en una letra fina y bonita pero parecía ser escrito con rapidez.

¿Era un código? ¿Una dirección? ¿Algún tipo de clave?. Quizás era algo sin importancia, tal vez alguien leyó ese libro antes y dejo ese papelito ahí sin querer.

Pero ¿Y si no fue así?. No pude sacar más conclusiones ya que me quedé dormida un tiempo después de eso. Caí en las profundidades de mi conciencia, sumida en mis sueños...

***


Debía correr, todo lo que sabía en ese momento era que debía correr.

Me perseguían, dentro de aquel bosque me perseguían. Yo había corrido tanto que mis pies dolían, mi respiración era agitada, pero no podía parar. Porque si lo hacía, no iba a volver.

Ellos soltaban risas estruendosas y perversas, dándome a entender que lo que hacían era un entretenimiento, que era su vocación. Temí de mis cazadores aunque no podía verlos.

Las hojas de los árboles caían lentamente por el otoño, todo el suelo estaba lleno de hojas entre tonos rojizos que iban del más claro al más oscuro. Las ramas de los árboles se veían tan filosas que fácilmente podrían apuñalar a alguien, me topaba con ellas a medida que corría y a pesar de que mi piel era ligeramente cortada no me importaba.

After Dark (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora