12 - Editado

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Si no puedes con el enemigo, únete. Así dicen ¿No?.

Desmond Hall.

Alias: (creo que es ilegal decir esto hasta en mi conciencia)

Todavía estaba en mi casillero procesando la situación y eso solo me hacía ir recolectando más rabia en mi organismo.

Me dirigí a clases, queriendo no pensar en el maldi... idiota de Desmond pero como por alguna razón de la vida, el universo y no sé que más, lo único que hacían eran restregarme el nombre de él en la cabeza a cada clase que iba.

Solo escuchaba comentarios como: ¿Ese es, Hall, Desmond Hall?, ¿Viste como iba? ¿Ahora sí ve?, Oh están guapo, anda como quiere ehh...

¿Y a mi me tiene que importar como anda él o qué?.

Iba a cada clase hecha una furia, no iba a negarlo simplemente porque no. Todo iba bien, hasta que tocó la hora del almuerzo. Yo me dirigí al comedor, buscando mi comida como los demás, iba muy concentrada en lo que hacía. Tan concentrada que pude sentir el silencio, se sentía agradable ese silencio.

Esperen, ¿Era yo o en verdad había silencio?.

Me gire sobre mi talones para ver porque nadie hablaba y con tan solo echar una mirada a la puerta de entrada lo comprendí.

Claro, el mismo clan Monster, normal, sí. Valentine con su porte de liderazgo, Sienna luciendo como un Ángel, Gaspar todo un galán extrovertido, Meredith y su rudeza despampanante y Finnick semblante insípido pero a la vez atractivo. Aquí lo importante era con quién venían.

Tan solo me basto con ver ese estúpido cabello negro de su estúpida cabeza para entenderlo todo. Desmond iba con ellos, caminando al mismo paso que ellos, con el mismo estilo que ellos.

¿Con que así iba a ser, ehh?.

Estaba tan centrada en ellos que no me había dando cuenta que me estaba mordiendo el labio tan fuerte que probablemente iba a sangrar. Desmond tenía la misma expresión fría de cuando lo ví hace un rato. Ellos se acercaron a su mesa de siempre, haciendo un espacio para Desmond y se sentaron en ella.

Entonces de pronto todo el mundo volvió a lo suyo cuando aquella escena terminó. Yo tenía mis ojos puestos en Desmond, se los clavaba sin piedad. Sabía la fuerza que podía tener una mirada, claro que ese concepto no haría mucha diferencia. Lo que yo deseaba en este instante era tener los ojos de Superman.

Lo mire tanto que no me había fijado que Amanda estaba detrás de mí.

—¿Por qué lo miras como si quisieras castrarlo?, Desmond se ve increíble —me dijo la castaña, sonriendo hacia la mesa.

Ah... no seré grosera por cortesía.

—Yo lo veo igual de idiota que siempre.

Buen intento, pero casi.

—¿Está molesta con él?—pareció sorprendida. Me límite a negar con la cabeza, mintiendo.

—No..., solo que... no dormí bien anoche.

—Bueno, ven siéntate con nosotros—ofreció, llevándome a la mesa de los populares, por así decirlo. Al estar ahí, Ryan me lanzó una extraña mirada de picardía. Le sonreí olvidando a Desmond y su cambio repentino para concentrarme en él.

After Dark (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora