07 - Editado

18 8 0
                                    

Por aquí hay leyendas que ni siquiera sabíamos que existían.

Me levanté a las siete de la mañana al día siguiente. Pasé casi toda la noche pensando hasta que llegue a la conclusión de lo obvio.

La biblioteca. Era, quizás, el único que lugar en el que iba a poder obtener respuestas en cuanto a todo, bueno, tenía la esperanza de que fuera el lugar con las respuestas que necesitaba.

Tome mi bolso con las cosas que probablemente iba a necesitar y salí de casa despidiéndome de mi mamá antes, aunque esa despedida tardó más de lo normal ya que ella fácilmente notó las vendas en mis manos— tuve que hacer un vendaje improvisado porque no paraban de sangrar de manera extraña— Le dije que me había caído de la bicicleta junto a Desmond, fue lo más rápido que se me ocurrió. Salí de casa y tome el primer autobús que ví con dirección al pueblo.

En lo que llegue me dirigí a la biblioteca rápidamente. El clima de hoy era frío, ya se notaba que el invierno empezaba a hacer efecto, por esa razón yo había optado por usar mi típica chaqueta beige, bajo esta misma tenía una camisa manga larga negra con rayas blancas, unos vaqueros anchos y las mismas botas de invierno de siempre.

El pueblo se veía activo el día de hoy, ya todos los negocios estaban abiertos. Divisé la biblioteca a lo lejos, me apresure para entrar pero entonces un fuerte choque contra una persona me hizo parar.

—Lo siento, perdón —me disculpé con la chica que tenía al frente, pero en lo que la detallé quedé impactada y avergonzada.

Ella me miró y me sonrió con esos dientes perfectos.

—Descuida, estoy bien—vaya, sentía que su mirada escudriñaba toda mi alma, aunque sé que no lo hacía de mal modo—¿Tu estás bien?.

Sienna era un ángel no solo en físico, sino que también en actitud y personalidad.

Su voz era realmente afable y me miraba con una cara que demostraba lo mismo. Tenía su cabello dorado suelto y cayendo por su espalda. Ella lucía a la moda, parecía que la ropa que vestía era de marca.

—Yo estoy bien —respondí al salir de mi ensueño, devolviéndole la sonrisa. Sienna me escaneo con sus ojos azules y su sonrisa se intensificó.

Jamás había cruzado palabra con un miembro del clan Monster, jamás.

—¿Eres Megan, no?.

Y... *Colapsa*

—Ehh... ¿Qué?—inquirí, solo para confirmar si había oído con claridad.

—¿Que si eres Megan?.

Ella me reconoció, sabe mi nombre. Pero ¿Cómo este semejante monumento de mujer va a reconocerme si en mi vida e hablado con ella?.

Torpemente asentí ante sus palabras.

—Vaya, que sorpresa verte por aquí.

Mi lengua desapareció de la nada.

—Quiero decir, de camino a la biblioteca. Ibas hacia allá ¿Verdad?—continuó.

Mi lengua volvió a aparecer.

—Ah, sí, sí, es que quería buscar algo...—murmuré, bajando la cabeza.

—Oh, ya veo, siendo responsable ¿No?—comentó divertida. Asentí lentamente queriendo acabar con la conversación pero mi curiosidad era más fuerte y tuve que preguntar.

—¿Cómo sabes mi nombre?—Esa pregunta salió realmente rápido de mis labios. Sienna me miró con algo de incredulidad y una expresión divertida.

—Pues vemos a clases juntas, a veces oigo tu nombre cuando lo dice el profesor—explicó riendo, solo tenía dos clases con ella en la semana— además eres amiga de Desmond.

After Dark (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora