Capítulo 6: Ricardo

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POV Elizabeth

No he podido sacarme de la cabeza a Alex , es como tenerla en un espacio reservado en mi mente durante todo día, en cualquier momento estoy pensando en ella, me hace feliz pero me asusta demasiado. Llevo mucho tiempo sin salir con alguien y estaba bien, estaba tranquila pero ahora tengo esta necesidad de querer pasar al menos un poco de tiempo con ella, escucharla reír, ver como se preocupa por Alice y ver sus ojos, esos ojos que me tiene a sus pies si lo quisiera. Las he visto unas cuantas veces más a petición de Alice aunque me imagino que Alex también tiene algo que ver en ello, cuando me ve lo hace de una manera muy particular, con un brillo y solo es conmigo lo cual me tiene más cautivada.

Hoy no pude ir a verles, salgo muy tarde hoy de trabajar, fue un día bastante agitado y extraño, he tenido la sensación de que algo iba a suceder, pensé que sería por el accidente múltiple pero no se ha ido el presentimiento y también he vuelto a ver a ese hombre extraño del estacionamiento pero esta vez lo vi como buscando a alguien en el hospital, al verme volvió a sonreír de manera un poco macabra y se fue, me dejó mucho más intranquila. Le conté a Sam al respecto, pareció bastante curiosa y sería al respecto, después de darle una descripción se puso excesivamente sería, dio una excusa y se fue del lugar, yo no entendía nada.

Estaba por fin yendo a mi coche para poder simplemente irme a acostar a mi cama, eran como las 11 de la noche, Lara debe estar dormida ya. Mientras buscaba mis llaves me sentí observada, volteé a todos lados pero esta vez vi a un hombre detrás de un árbol mirándome, no apartaba la vista y eso me aterró demasiado, empecé a buscar las llaves más rápido y cuando iba a abrir la puerta del coche una mano se interpone para no dejarme abrirla.

-Pareces asustada, ¿necesitas ayuda?- era ese hombre extraño, me veía de una manera perversa, mierda.

-No, quita tu mano de mi auto- lo dije lo más tranquila posible, pero él no se movía, esto no terminará bien.

-Lo haré en cuanto respondas algo querida- eso lo dijo acercándose un poco más a mi y apartando un mechón de cabello de mi cara.

-No tengo que responderte nada.- le di un manotazo y aparté tu mano de mi rostro.

-Una chiquilla con carácter, esto es interesante. No quieres hacerlo por las buenas, será por las malas.- él hombre como de 40 años chasqueó los dedos y llegaron caminado otros tres hombres más, estoy bastante jodida. Mientras pensaba como salir de esta jodida situación uno de esos hombre me tomó de la muñeca haciéndome daño, pero sólo duró unos segundo ya que fue apartado rápidamente.

-¿No les enseñaron a cómo tratar una dama?- se puso delante de mí otro hombre, vestia bastante elegante, creo haberlo visto pero no lo recuerdo. -Ricardo, no se que mierdas haces aquí, estás bastante lejos de tu territorio, deberías irte con tus perritos falderos.- al parecer el hombre mayor se llama Ricardo, no parecía nada intimidado por el chico delante de él, parecía más bien divertido.

-Hola Nicolás , hasta que por fin te encuentro, ¿No estará contigo esa bastarda de casualidad?- vi como el chico frente a mí se tensaba un poco pero lo disimuló de inmediato. Creo recordar ese nombre, joder, ¡Es el amigo de Alex! - La he buscado por mucho tiempo, es una perra escurridiza.- lo decía con gracia, sin ningún pelo en la legua, era asqueroso.

-No se dónde está y a ti no te debería de importar un mierda, lárgate, estás muy lejos de tu cueva.- tenía una pose muy segura, aunque algo me decía que estaba un poco nervioso. No se qué mierda estaba pasando, yo era una mera espectadora esperando que se ataquen, parecían querer asesinar con la mirada.

-¿Crees que podrás salir de esta tan fácil mocoso? Me la quiero llevar a ella, así que apartate. Todavía no es tu turno para morir.- le hizo una seña a los otros tipos y empezaron a caminar en nuestra dirección.

-Te recomiendo que no se te ocurra tocarla- Nicolás le advirtió pero el otro hombre lo ignoró y intentó tomarme de la muñeca pero antes de si quiera rozarme de un momento a otro el tipo había salido volando a un árbol. Abrí mucho los ojos, ¿Qué mierda había pasado? Veo que Nicolás se quitaba la chaqueta, la puso encima de mí auto y se arregló las mangas de la camisa blanca que tenía debajo. -Te lo advertí imbécil.- soltó una pequeña risa cabreando a los otros hombres.

Los dos otros hombres empezaron a rugir de la nada, eso me asustó y di unos pasos hacia atrás, los ojos de esas personas cambiaron a azul, le crecieron colmillos y unas garras, ¡¿En qué mierda me metí?!

Empezaron a correr hacia Nicolás uno de ellos saltó en nuestra dirección mientras el pelinegro suspiraba y decía algo que no alcancé a escuchar. Alzó uno de sus brazos y el que había saltado a atacarle se quedó suspendido en el aire y después lo lanzó contra el otro tipo. Volvió Nicolás a susurrar cosas, no se qué idioma era pero empezaron a salir bolas de fuego, se las lanzó a los hombres que intentaban levantarse se empezaron a quemar por algunas partes, estaba escuchando sus gritos y no podía creer nada. Después de unos segundos volvieron a levantarse, pero está vez eran los tres, el primero en ser derribado había despertado, se veían muy enojados.

Atacaron los tres a la vez y está vez fue más complicado para Nicolás , hizo un barrera enfrente de ellos pero no creo que dure demasiado por los gestos de Nicolás , uno de ellos logró romper un pedazo después de unos cuantos golpes y le rasguño el abdomen a Nicolás , vi la sangre salir a Nicolás quejarse de dolor.

-Parece que todavía te gusta mandar a otras personas a hacer tu trabajo sucio- lo decía mientras con una onda de energía mandaba a volar de nuevo a los tres tipos, rápidamente hizo unas especies de dagas de hielo y se las clavó en la garganta de cada uno. Yo estaba simplemente en shock, acaba de matarlos, aunque nos intentaron asesinar primero pero joder... ¡Acaba de matarlos!Ricardo se mantenía al margen hasta que los vio morir y suspiró

-Que imbéciles, dejándose matar por unos cuantos hechizos de un mocoso- se acercó al cuerpo de uno que estaba apunto de morir ahogado con su sangre. -Me han dejado bastante mal.- mientras lo decía su mano parecía más una garra y prácticamente le arrancó la garganta. Llevé mis manos a la boca sorprendida y aterrada. -Bueno, tendré que ensuciarme las manos está vez- sus ojos se pusieron rojos, eran como el color de la sangre misma, quería vomitar. Se abalanzó contra nosotros pero se detuvo, Nicolás hizo un círculo con su dedos y una barrera se alzó alrededor de Ricardo. -Sabes que esto no podrá detenerme- empezó a transformarse en un lobo gigante, era extraño, sus extremidades eran más alargadas y delgadas de uno normal, se veía algo deforme ¡Que mierda está pasando! Empezó a dar rasguños a la barrera y empezó a quebrarse.

-Vale, es tiempo de irnos, eso no durará mucho. Ahora sígueme y corre.- ni siquiera terminé de procesar lo sucedido cuando vi que Nicolás me tomaba de la mano y salíamos corriendo. Susurraba algo mientras presionaba la herida en su abdomen. Corrimos hacia la parte nueva del hospital, jamás la había visto y verla en estas circunstancias no era lo mejor. Al parecer estaba algo desolado, entramos a una habitación y nos paramos en frente de una pared.


-¿Porqué nos detenemos? ¡Estamos encerrados!- estaba apunto de tener una crisis, Nicolás hizo un gesto para que me callara y así lo hice. Nicolás susurró unas cosas y apareció enfrente de nosotros una puerta, la abrió y cruzamos. Aparecimos en la entrada del hospital, ¡Estábamos en la otra punta del edificio! El estacionamiento queda atrás. Nicolás volvió a tomar de mi mano y corrimos hacia un auto negro convertible que estaba estacionado al frente, al parecer era suyo, entramos y empezó a conducir rápidamente lejos del lugar.

-¿Qué mierda acaba de suceder? ¿Qué era eso? ¿Qué eres tú?- necesitaba respuestas y que mejor que hacer ahora en su auto donde no puede ignorarme.

-Mierda, Alex va a matarme- lo dijo susurrando pero lo escuché y eso me puso más intrigada. -Mmmm vale, esos eran licántropos, intentaron asesinarte. Fui en tu ayuda como un gran y valiente brujo a tu rescate- él trataba de hacerse el gracioso pero no podía, se veía nervioso y precionaba su herida mientras conducía, su mano brillaba.

-¿Estás de broma cierto? ¿Me derogaron o algo? No puede ser posible nada de esto.- pasé mis manos por mi rostro en signo de frustración hasta que caí en cuenta de algo. -¿A donde mierda me llevas?- estaba cansada y no entendía una mierda, no pueden ser reales nada eso, son simplemente cuentos, historias y folclor. Cosas que la gente se inventa para entretener.

-Iremos a un lugar seguro, no te preocupes.- quería golpearle por decir que no me preocupe, obviamente lo haré, pero estaba tan cansada que me quedé en silencio pensando hasta que se detuvo enfrente de una casa a las afueras de la cuidad. Bajamos del auto y fuimos a la entrada, en medio de la noche y las luces estaban apagadas, creo que era su casa porque tenía unas llaves para abrir la puerta, entramos pero al segundo siguiente alguien tenía a Nicolás acorralado contra la pared, con el brazo presionaba su cuello. No veía mucho quién era porque estaba oscuro, pero la escuché hablar y esa voz puedo reconocerla en cualquier lugar.

-¿Porqué la trajiste contigo?- lo decía bastante mordaz, todavía no lo soltaba mientras lo miraba como con ganas de golpearle.

-Relájate, no es lo que estás pensando, tuvimos un pequeño problemita- lo decía con un tono de inocencia pero ella no le soltaba. Volteo a verme de arriba hacia abajo, parecía preocupada y examinando si estaba bien, me miró a los ojos como haciéndome la pregunta y yo asentí, vi como aflojaba un poco el agarre hasta que empezó como a olfatear el aire y se paralizó, sus ojos cambiaron de color, a un rojo brillante, pero este era diferente, me sorprendí pero no me asusté.

-Me encontró- ese susurro me sacó de mis pensamientos de golpe.


SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora