Capítulo 23: Amigos

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POV ALEX

-Al parecer alguien está muy feliz. - Nicolás me dio un codazo y yo solo pude reírme y asentir.

- Lo estoy. - Sebastián me veía con un pequeña sonrisa. - Gracias por cuidar de ella. - le devolví una sonrisa agradecida.

- No hay problema, ella es tú Luna y la protegeré. - abrí los ojos sorprendida y el solo soltó una risita. - Ella olía a ti, era casi imperceptible pero estuve cerca de ella y lo noté después de un tiempo. - me rasqué la nuca avergonzada mientras Nicolás se reía.

- Es hora de verificar cómo están todos. - ambos asintieron, entramos al hospital para luego separarnos a buscar algún herido.

Encontré escondida a una pareja de licántropos, los saqué de ahí para seguir buscando y encontré a hora doctora, amiga de Sam, ella se veía muy herida y hasta ahora recobraba la conciencia.

-Tranquila, te sacaré de aquí. -la tomé en mis brazos para después llevar a los heridos al consultorio de Megan donde me vería con el resto. Al entrar me encontré con Sebastián al lado de una hombre y Nicolás al lado de otra chica.

- Paul, Clair y Olivia están aquí, pero no encuentro a Lucas. - Nicolás se veía con el ceño fruncido y empezó a curar las heridas de los tres magos.

- Voy a buscarlo. - me alejé rápidamente de ahí, Lucas es un buen amigo pero es imprudente, me preocupa su estupidez. Después de pasar varios pasillos hasta la casi entrada encontré en cuerpo en medio de la puerta principal, llegué a él con mi velocidad de vampiro y logré moverlo para ver su rostro.

-Déjame en paz, ¿no vez que duele? - fue un susurro pero fue suficiente para hacerme soltar un suspiro de alivio.

- Idiota, me asustaste. - escuché una pequeña risa de su parte, iba a reírme con él hasta que noté que uno de sus brazos había sido arrancado.

- Lo sé, creo que de esta no podría salir entero. - sacudí la cabeza negando y intentando calmar mi enojo, él no merecía esto. - No te preocupes y tampoco te culpes, estaré bien. - le di una sonrisa incómoda y lo tomé en mis brazos para llevarlo a que lo sanen. - Soy una princesa. - la falta de sangre lo estaba haciendo delirar hasta desmayarse, me di prisa para llevarlo con el resto.

Nicolás intentó curar las heridas de todos lo mejor que pudo, después Ama tendría que revisar cómo estaban. Tomé mi teléfono y llamé a Marie que me contestó al segundo.

-¿Cómo se encuentra? - la preocupación se notaba en mi voz.

- Está estable, ahora duerme y me he asegurado de curar sus heridas con mi sangre. - escuché un suspiro salir de su boca. - No las cura por completo pero es mejor que nada, terminé de vendar sus heridas también. - solté un suspiro de alivio.

- Me alegro por oír eso, aquí intentamos curar las heridas de los otros cuatro brujos. - Nicolás había empezado a sudar por la energía gastada. - Les daré un poco de mi sangre, esperaremos a que despierten y los llevaremos a cada uno a su casa. - escuché un gruñido al fondo y solté una risa. - No la dejes venir, nos haremos cargo. - escuché el suspiro de Marie y una pequeña risa.

- Tranquila, no se irá a ningún lado. - solté una risa y colgué.

Llevamos a cada brujo a su casa después de que despertarán y habláramos un poco de los sucedido. Cada uno tenía todavía varias heridas pero no graves, cada uno necesitaba descansar. Arreglamos el desorden y Nicolás se encargó con magia de dejar todo como antes, Sebastián tuvo que tomarlo en brazos antes de que desmayara. De ahí todos nos fuimos a mi casa y encontramos a una Marie intentando contener a una Sam cansada pero molesta.

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