POV Elizabeth
-¿Ya nos dirás qué hay entre ustedes? - vi a Megan subir y bajar las cejas, mi hermana intentaba controlar la risa.
-No hay nada. -me encogí de hombros con una pequeña sonrisa.
-Eso no te lo crees ni tú pero te dejaremos en paz por ahora. -Esa fue Lara, le agradecí mentalmente porque no tenía ganas de responder las preguntas de Megan.
Estábamos apunto de salir hasta que noté que alguien nos miraba al fondo, nada y nada menos que era nuestra madre. Lara siguió mi mirada y la sentí estremecerse hasta dar con la mirada algo fría de nuestra madre. Pensé que seguiría de largo sin topar con nosotras, pero me equivoqué, al parecer Grace tenía otros planes.
-¿Qué hacen aquí? - tan dulce como siempre. Se veía sería y elegante con su bata del hospital, los pantalones bien planchados y una camisa que costaba más que lo que muchas personas tenían.
-Hola a ti también madre. -Esa palabra salió de mi boca más ruda de lo que creía, mi hermana no decía nada y por instinto la atraje más a mi.
-Eso no responde a mi pregunta Elizabeth. - su voz ahora sonaba irritada lo que hacía que la mía fuera igual.
-Por si lo habías olvidado trabajo aquí. - fruncí el ceño por lo estúpida de la conversación. - Ya nos iremos. - Tomé la mano de mi hermana y empecé a caminar con Megan siguiéndonos mientras miraba mal a mi madre.
-Eso espero Elizabeth. - alcancé a escuchar eso último y estuve apunto de darme la vuelta para terminar de discutir pero un apretón en mi mano me hizo dejarlo como estaba.
Di la vuelta con molestia y salimos por la puerta principal del hospital, sentí un ligero tirón en mi corazón, fue extraño, débil pero lo suficientemente intenso para hacerme mirar hacia una de las esquinas notando como la figura de Alex desaparecía por la esquina. Fruncí el ceño pero decidí no darle tanta importancia. Lo que sea que pasa me lo dirá después, eso espero.
Subimos al auto de Megan y salimos a mi casa, necesitaba un ducha y cambiar mi ropa. Después de eso nos dirigimos a un día de chicas, fuimos por centro de comprar y también estuvimos un rato en un Spa, fue bastante divertido y más con Megan que parecía en su elemento. Lara y yo solo reíamos de todo, no estábamos acostumbradas a hacer aquello, pero fue divertido despejar mis preocupaciones con los recientes acontecimientos.
Al salir íbamos muy entretenidas hablando de costras triviales con varias bolsas con cosas que compramos, estaba apunto de decir algo pero me detuve de repente, volví a sentir ese tirón y tuve que seguirlo de nuevo. Volteé hacia los lados intentando ubicarme, escucha a Megan y Lara llamarme pero no me importaba hasta que ubiqué de donde venía. A unos menos en la calle de enfrente estaba Alex junto con la pequeña Alice y Nicolás. Una sonrisa se extendió por mi rostro, no pude controlarlo y solo me dejé ir, estaba encantada con poder verlas.
-Que casualidad.- vi como Lara veía con sorpresa a la misma dirección. Megan me veía curiosa, era diferente esa mirada pero decidí ignorarla, quería estar cerca de Alex y Alice.
-Bueno, ya que estamos aquí vamos a saludar. - les dí una mirada inocente y fui a cruzar la calle para acercarme a ellas. Estaba a unos metros de ellas cuando vi como Alex volteó a verme con una sonrisa y mi corazón empezó a palpitar con más fuerza. No pude evitar devolverle la misma.
-¡Eli! - ahí estaba la cosita más adorable que existe, una Alice emocionada corrió a mis brazos, no pude corresponder correctamente por las bolsas que tenía, le di unos besos en la mejilla para compensar.
-Estás preciosa. - era cierto, Alice llevaba un vestido celeste, parecía una princesa. Casi me había olvidado de mi hermana y Megan, estaban detrás de mi mirándonos con una sonrisa. -Cariño, ¿Recuerdas a mi hermana? - Alice se quedó pensando hasta que asintió más efusivamente, se puso en frente de Lara y extendió su mano, al parecer su timidez ya no estaba tan presente y me alegraba por ello.
-Hola, me llamo Alice. - mi hermana la veía con cariño, tomó su mano con una sonrisa.
-Un gusto volver a verte Alice. - Alice se veía feliz, volteo a ver a Alex que tenía ambos pulgares arriba junto con Nicolás, era gracioso de ver.
-¿Para mí no hay saludo enana? - Megan se hizo la ofendida y Alice soltó una risa.-No. - todos soltamos una risa ante ello. - Hola Megan. - la aludida puso los ojos en blanco.
-De tal palo, tal astilla. - Alex veía todo con gracia. - ¿Qué hacen por aquí? - me acerqué más a ellos con Alice, le di un beso en la mejilla como saludo a Alex y un abrazo a Nicolás, no pasé desapercibido su risa al hacerlo.
-Vinimos a comprar ropa para Alice y algunas cosas para la escuela. - vi con curiosidad a Alex haciéndole una pregunta silenciosa, eso era nuevo. La vi asentir, así que entendí que lo hablaríamos luego. -Lara, esté es mi mejor amigo Nicolás. Nicolás, ella es Lara, la hermana de Elizabeth. - ambos se estrecharon la mano con una sonrisa.
-Nosotros ya nos íbamos a casa, pero sería divertido que nos acompañarán, sería una especie de fiesta. - Ese fue Nicolás subiendo y bajando la cejas para intentar convencernos. Alex lo que vía consternada. -No pongas esa cara, te encanta la idea. - le sacó la lengua y Alex puso los ojos en blanco, parecían niños.
-¿Ustedes que dicen?- volteé a ver a mi hermana y Megan, ambas se encogieron de hombros y aceptaron. -Pero no será demasiado tarde, tengo que trabajar mañana y Lara tiene clase. - hice una mueca y ambos anfitriones asintieron.
Empezamos a caminar rumbo a los autos, tenía a Alice en mis brazos que me contaba lo que había hecho en el día, Alex cargaba mis bolsas hasta que recordé con vergüenza que fui a una tienda de lencería. Intenté verla disimuladamente pero fui cachada por una Alex risueña que me veía con una ceja levantada, maldigo el día que acepté lo que Megan decía. Cada quien después de un rato se fue en sus autos, después de varios minutos siguiendo el auto de Alex pudimos llegar a su casa. Entramos todos juntos, Nicolás trajo bebidas y empezamos a charlar entre todos.
Me senté junto a Alex, necesitaba abrazarla o besarla, desde que lo hice por primera vez me hice adicta a esos labios y verla hace poco vestida casi toda de negro exceptuando la gabardina café fue muy excitante. Aparte de que ella no ayudaba porque me veía de la misma manera y más después de notas esa bolsa. No habíamos hablado sobre nosotras, todavía hay muchas cosas que desconozco de todo su mundo, cada día estoy más intrigada, es fascinante. Puse mi cabeza en su hombro intentando escuchar lo que decían los demás pero solo podía concentrarme en su olor, olía a bosque, a pinos. Olía a la naturaleza y me encantaba, me sentía en casa. Alice estaba recordada en mi cuerpo bostezando un poco, estaba a punto de quedarse dormida hasta que escuchamos un ruido en la puerta. Le eché un vistazo a Alex y ella tenía una sonrisa nerviosa, se dio un golpe en la frente. Se puso de pie para abrir la puerta antes que Nicolás.
-No esperaba verlas aquí hoy. - se escuchaba sería al pronunciar esas palabras, lo cual me inquietaba más.
-Claro que estoy aquí, sabes que no puedo quedarme quieta. - reconocí esa voz, es Marie. Le dio un abrazo a Alex que seguía un tanto nerviosa. - ¿Porqué tienes esa cara? Escuché tu mini fiesta a un kilómetro de distancia, yo también quiero celebrar. - su voz sonaba muy animada pero Alex la cortó con un suspiro.
-Intenté detenerla, pero es una molestia obstinada. - Sam cruzó la puerta ignorando a las otras dos y se detuvo enfrente de todos. Nos dio una sonrisa a todos hasta que se quedó viendo a Megan con sorpresa. - Mierda. - ninguno entendía nada, la vi darse la vuelta pero se detuvo en seco al ver a Marie cruzar la puerta y examinar a todos en la habitación.
-Un gusto, me presento yo porque al parecer este par está bastante callado. - todos le dieron una sonrisa, exceptuando los dos brujos y la loba. Yo miraba sin entender a Alex, sus sentimientos eran preocupados, podía sentirlo y me confundía. -Soy Marie Evans. - se acercó a mi hermana y Megan, ambas tenían una sonrisa.
-Soy Lara Collins, hermana de Elizabeth. - La pelirroja me dio una sonrisa, estaba algo nerviosa con sus ojos pero parecía que Megan y Lara no lo notaban.
-Un gusto, conocí a tu hermana hoy, tú eres también un encanto. - Marie era muy divertida y amable, eso me agradaba. - ¿Y esta hermosura quien es?-eso fue para Megan que soltó una carcajada.
-Para ti soy inalcanzable. - no lo decía con mala intención, al parecer solo jugaba hasta que vi como cambió su semblante a uno confundido al darle la mano. - Tus ojos... - la atmosfera del lugar se volvió tensa. Vi como Alex se acercaba lentamente a las chicas separando el contacto de ellas, confundiendo más a Megan. Estaba sería, jamás la había visto tan seria en la vida, puso una mano en su espalda lo cual me dejó confundida.
-Detente Megan. -La voz ronca de Alex hizo acto de presencia haciendo a todos temblar.- No en mi casa. - miraba fijamente a ambas, retando las a hacer un movimiento. Pensé que no podría estar más confundida, pero al parecer este día no podía terminar normal.
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Sangre
FantasyVivir no es algo que nosotros escogemos, simplemente sucede. Depende de nosotros el que haremos, el como lo afrontaremos pero no es algo sencillo. Los humanos no son fáciles, cada persona es un mundo por explorar, emociones diferentes que están en...