Capítulo 14: Ashley

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POV Elizabeth

-¿Alex?- acaricié su rostro lo que la hizo cerrar los ojos unos segundos pero al volver a abrirlos no eran su color café normal, eran rojos con el fondo negro pero con destellos dorados junto al rojo. Solté un jadeo sorpresivo, si sus ojos rojos de loba ya eran asombrosos esto es otro nivel, no tengo palabras para demostrar mi asombro. Toqué su rostro cerca de sus ojos, su boca se abrió un poco dejándome ver cuatro pares de colmillos, tanto abajo como arriba. Toqué sus labios y pasé sin querer uno de mis dedos por su colmillo inferior lo que hizo que me cortará y una gota de sangre cayera en su boca. Se apartó asustada y me sostuvo la mano con fuerza pero sin hacerme daño, sus respiración estaba agitada y cerró los ojos para calmarse por unos segundos.

-No hagas eso.- su voz sonaba ronca y un poco agitada, volvió a abrir sus ojos y eran cafés nuevamente.

-¿Hacer qué?- creo que tenía una ligera idea del problema.

-No puedo beber tu sangre.- aflojó el agarre de sus manos en las mías, yo seguía sentada todavía en sus piernas.

-¿Porqué no?- volvió a desviar la mirada, algo me oculta todavía y es desesperante. -Alex, habla.- lo dije de forma sería pero ahora era yo la que sostenía sus manos mientras jugaba con ellas.

-Eres mi Luna.- la miré confundida y ella se puso más nerviosa. -Eres como la persona que está destinada a mi vida, mi otra mitad y todas esas cursilerías.-ahora sí me veía a los ojos mientras yo la veía incrédula. -Solo que esto es cierto, tú estas destinada de cierta manera a estar conmigo.- solté sus manos y me levanté para alejarme de ella.

-¿Qué? ¿Qué estupidez es esa?- ahora me encontraba de pie y ella seguía en el suelo solo que ahora sus rodillas estaban en su pecho, me miraba un poco herida.

-Selena, nuestra diosa cuida a todos los licántropos y a sus destinados, pero ella no los escoge, es algo que siempre ha pasado. Algunos seres sobrenaturales están destinados a alguien ya sea en esta vida o en la siguiente.- puso su cabeza en sus brazos pero ahora no me veía. -No sucede con todos, pero mayormente pasa con los licántropos. Aunque puedes rechazarme.- eso último lo dijo en un susurro, la vi suspirar y levantarse. -Solo que tendrás que esperar hasta la luna llena en una semana.- no dijo nada más, seguía sin verme a los ojos y ese brillo de antes se apagó, tenía las manos metidas en los bolsillos y se veía tensa.

Resistí el impulso de tocarla, no sabía cómo reaccionar en esta situación, no todo el tiempo te das cuánta que tu vida está ligada con la de otra persona. Cada una estuvo en sus pensamientos durante algunos minutos, tenía frío y no me había dado cuenta antes porque Alex me estaba abrazando dando su calor y ahora no lo hace, se siente extraño, todo esto se siente extraño. Quiero tenerla cerca, pero lo que siento me está dando miedo y soy un descontrol ahora mismo. Sentí algo pasar por mi cabeza, cuando me di cuenta Alex me había puesto su sudadera, olía a ella y cuando me di la vuelta ella tenía solo una camiseta básica blanca puesta.

-Te dará frío.- se encogió de hombros mientras terminaba de colocarme la sudadera.

-El frío no me afecta demasiado, mi temperatura corporal usualmente es alta.- seguía sin mirarme y eso me mataba, quería que sus ojos se posaron en mi y tuvieran ese brillo. Antes de que se alejara la tomé de la camisa para impedir que se moviera, ahora la que esquivaba la mirada era yo porque mis mejillas estaban sonrojadas.

-No te muevas.- no respondió y yo simplemente recosté mi cabeza en su pecho, ahora sí me siento mejor. -Todo esto es mucho.- dije suavemente sin sepárame. -Y el saber esto último me ha dejado en shock.- su mano se apretaba y se movía un poco ansiosa, la tomé entre las mías para calmarla. -No eres tú, soy yo y lo sé, suena súper cliché y todo lo que quieras.- podía sentir su ansiedad aunque tratará de controlarla. -Me gustas, sé que me gustas.- me separé de ella y ahora veía un pequeño brillo en sus ojos que me hizo darle una pequeña sonrisa. -Pero me da miedo, hace mucho que nadie me interesa y contigo todo es bastante intenso.- le solté las manos. -Pero si lo que dices es cierto, ¿Estos son mis sentimientos o fue decisión de alguien? ¿Son míos?- me sentí insegura así que me abracé a mi misma.

-Son tuyos.- no se movió, la veía insegura y al mismo tiempo determinada. -El lazo no inflige en como te sientes, al final del día tú decides, siempre puedes decidir.- sus manos sentían erráticas aunque tratara de calmarse.

-Te contaré algo.- me veía ahora con atención. -Algo que marco mi vida de cierta manera y es la razón de mi miedo.- la vi asentir levemente y empecé a relatar ese día.

Flash Back 

Hace 2 años 

-Te dije que no puedes irte de aquí!- me tomó del brazo con fuerza, me estaba haciendo daño y yo no podía hacer nada. 

-Voy a ver a mi padre, está en el hospital, solo serán un par de horas- lo decía en un susurro mirando al suelo, tenía mucho miedo.

-Me importa una mierda tu padre, tú no sales de aquí, ya vi como te estaba viendo ese doctor en el hospital y no me ha gustado para nada!- me tomó con más fuerza del brazo mientras me jalaba y me ponía contra una puerta. Mi brazo dolía demasiado, estaba mordiendo mi labio tan fuerte para no gritar que sentí la sangre en mi boca.-Eres mía y no saldrás de aquí, estás de puta de aquí para allá, siempre me toca estar vigilando te.-  clavó sus uñas más fuerte en mi brazo.

-Me estás haciendo daño Ashley, suéltame. Tengo que ir a ver a mi padre, tal vez sea la última vez que lo vea, tengo que ver a mi familia- mientras lo decía logré sacarme del agarre y separarme un poco, me distraje un segundo mirando las marcas en mi brazo por sus uñas clavadas en mi piel.

Fue un grave error distraerme y me di cuenta de ello cuando estaba en el suelo aturdida por el golpe en la cabeza, después me faltó el aire por el golpe en el estómago. Lo único que podía ver es a ella gritando cosas que no entendía mientras me golpeaba el abdomen. Se pudo encima de mí y trato de estrangular me.

-Eres solo mía, no estuve ahí de gratis cuando todos esos tipos babeaban por ti y yo no podía hacer nada porque solo éramos amigas y tenía que controlarme.- intenté rasguñarle la cara pero Ashley siempre era más fuerte que yo, no era más alta pero estaba en entrenamiento en la policía.-Esperé años a que me dieras una oportunidad, a que me vieras, ¿Es que no puedes ver qué te amo?- Ella lo decía llorando pero no paraba de estrangular me, sentí algo en la palma de mi mano, era una botella de champaña y la estrelle en su cabeza. Cayó al suelo junto a mi, estaba aturdida, en shock, mientras permitía que mis pulmones se llenarán de oxígeno miré su cuerpo y me aterré, “¿La he matado?” pero no, suspiré cuando vi que respiraba, lentamente pero lo hacía. 

Me levanté como pude, tomé mi teléfono para llamar a la policía y una ambulancia, no podía moverme demasiado, sentía un dolor electrizante por todo mi cuerpo, tenía un poco de sangre en mi boca, estaba aterrada y me senté lo mejor que pude lejos del cuerpo de Ashley hasta que llegó la policía. Cuando vi como derriban mi puerta me siento muy cansada, veo como se me acerca una oficial y por instinto me retiro un poco de su toque, ella lo capta y deja de intentar tocarme. Veo como mueve tus labios pero no puedo escuchar nada, de un momento para otro dejé de sentir y oír algo a mi alrededor, solo veía como tomaban el cuerpo de Ashley y lo subían a una camilla. Conmigo hicieron lo mismo, no dije nada durante las siguientes 10 horas cuando estuve en el hospital.

Todo pasó tan rápido, estaba tratando de procesar lo que acababa de pasar en mi vida, me sentía rota y muy idiota, sabía que no me traería nada bueno estar con ella cuando vi que se empezaba a comportar muy demandante, me quería con ella todo el tiempo, casi no podía salir de casa porque ella me convencía de pasar el rato con ella. Soy una completa idiota, tan inteligente soy que no me di cuenta de que me estaban manipulando, que me usaban a su placer, ni siquiera la amaba, solo trataba de no quedarme sola, no quería quedarme sola. “Joder, que excusa tan patética Elizabeth” 

Empecé simplemente a gritar y llorar, estaba arañando mis brazos, no sentía dolor, simplemente seguía y seguía hasta unos brazos me detuvieron, eran dos enfermeras, vi como me inyectaron un sedante y caí dormida mientras seguía llorando.

Pasaron 5 días para que me dieran el alta, tenía moretones en el cuello y los brazos, ya no estaban tan feos pero seguían siendo notorios. Fui a mi departamento, todo seguía siendo un completo desastre. Recordé cuando fueron unos oficiales al hospital, querían que declarara y lo hice, dije todo lo que sucedió sin verles a la cara, me dijeron que con toda la evidencia Ashley iría a la cárcel y a mi poco me importaba, seguí mirando la ventana hasta que escuché la puerta cerrarse. Desde entonces no sé nada, mi teléfono estaba apagado, no me ha interesado encenderlo hasta hoy.

Limpié un poco las cosas mientras mi teléfono encendía, me di cuenta que tenía llamadas perdidas de mi madre así que la llamé, mi corazón terminó de romperse al momento de escucharla.

-Tu padre murió en la mañana, deberías de haber estado aquí hace mucho.- su voz era helada, no reconocía que en verdad era mi madre, parecía una desconocida. Mi teléfono resbaló de mis manos y yo simplemente salí corriendo.

Después de tomar un taxi y llegar al centro médico de cáncer donde tenían a mi padre en cuidados constantes, corrí hasta que llegué a la habitación 208, mi madre estaba ahí sentaba en un sofá con la vista pérdida, mi Padre estaba acostado, parecía que dormía pero no era así, no se movía, estaba pálido y al momento de tocarle estaba frío. Solo pude llorar y lloré más al escuchar la voz de la persona que solía ser mi madre.

-No se que mierda de excusa pondrás, no me interesa donde mierdas estuviste o si estabas con la tipa esa que llamas novia- volteé a verla, me veía como si quisiera que desapareciera de su vista.- ¡Debiste estar aquí con tu padre! ¡Tu hermana estuvo aquí y no estuviste con ella cuando vio morir a su padre!- no era capaz de responderle, desvíe la mirada hacia la mano que había tomado de mi padre, de la persona que me enseñó a montar la bicicleta, a jugar baloncesto, la persona que me tomaba en sus brazos y me decía que era su niña, que estaba orgulloso de mí. Solo pide llorar hasta que se sentí como me tomaban del brazo lastimado, era mi madre sacudiendo me.

-¡Quiero que te largues de aquí! No quiero verte maldita sea, larga te ahora mismo!- me sacó de la habitación y cerró la puerta en mi cara, yo me quedé ahí viendo el número 208 de la puerta, no podía moverme hasta que escuché la voz de mi hermana.

-Liz?- vi su rostro lleno de lágrimas, era tan pequeña, se veía asustada y yo era un desastre, me alejé de ella, corrí mientras la escuchaba gritar mi nombre.

Fin del flash back

SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora