Capítulo 25: Manadas

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POV ALEX

Mi Loba estaba muy contenta, no era capaz de separarme de Elizabeth aunque quisiera y ese no era el caso. Ahora mismo estábamos sentados en el patio después de haber traído unas sillas y una mesa para poder comer con tranquilidad. Mientras esperábamos tomé asiento y atraje a la rubia a qué se sentará en mis piernas, la tomé por sorpresa pero no se movió aunque tenía las mejillas sonrojadas lo cual me parecía más adorable. Puse mi cabeza en su hombro y rodee su cintura con mis brazos mientras ella ponía sus manos sobre las mías, me siento tranquila y feliz.

Marie estaba al frente de nosotras jugando con Alice que estaba posada en sus hombros, Sam estaba a su lado riéndose de ambas junto con Lara que charlaba de vez en cuando con todos y Sebastián seguía discutiendo con Nicolás en el asador. Nadie sabía concretamente que planeaba Ricardo pero nos sentíamos bien estando juntos, cuando unos de otros y algo que sabía muy bien es que iba a proteger a cada persona en este lugar.

Un beso en mi mejilla me sacó de mis pensamientos, Elizabeth me veía con una sonrisa tierna y no dude en devolverse la junto con un beso en su cuello que para mí deleite estaba a mi disposición.

-Relájate y disfruta, puedo sentirte inquieta. – se recostó más en mi cuerpo y yo puse mi nariz en su cuello para disfrutar de su olor a vainilla que era bastante relajante para mí.

-Consíganse una habitación par de tórtolas. – Y ahí estaba Marie, se estaba tardando.

- Cállate, lo que sientes es envidia. – la vi ponerme los ojos en blanco.

- No, habrán más chicas para mí ahora cuando salgamos de fiesta. – la vi subir y bajar las cejas con una sonrisa sugerente. Iba a seguir hablando pero le di una patada por debajo de la mesa, me vio con una mueca en el rostro por el dolor causado.

- ¿Alguien quiere algo de beber? – Sam se puso de pie mientras preguntaba a los que Elizabeth también se levantó y ambas se fueron a por bebidas.

- Enserio necesitas aprender a callarte. – me vio confundida mientras bajaba a Alice de sus hombros y mi pequeña lobita corría a mis brazos.

- ¿De que hablas? – Hasta Lara dio un suspiro de exasperación.

- Para ser un vampiro de miles de años eres bastante lenta. – Lara soltó una risa por mi comentario y Alice se acurrucó en mi cuello ajena a nuestra conversaciones. – Hiciste que Sam se molestara. – me quedé un momento pensando en los sentimientos de Elizabeth y reconocí una pizca de celos. – Hasta molestaste a Elizabeth.- mi pelirroja amiga abrió los ojos de forma cómica.

- Pero si ella ya ha dejado en varias ocasiones que no quiere nada conmigo. – puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos como una niña.

- Porque eres idiota y no confía en ti como para arriesgarse a que no le rompas el corazón. – me miró de forma ofendida y Lara solo asintió a mi comentario.

- Hasta yo que llevo poco tiempo aquí pude notarlo. – Marie seguía cruzada de brazos como una niña pequeña. – Esos ojos azules podrán conquistar a cualquiera pero abres la boca y lo arruinas.- Marie le mostró  los ojos negros a Lara que se sorprendió pero parecía más emocionada que asustada. – Eso es genial. – Marie le dio una sonrisa y volvió a su estado normal.

- ¿Entonces que se supone que haga? – se veía su desesperación y me causaba pena, lleva pillada de Sam desde siempre pero Sam la ignora después de la última vez que lo arruinó.

- Yo te sugiero que te calles comentarios como esos. – la voz de Elizabeth nos sacó de la burbuja de ansiedad de Marie. -  llevaré a Alice a que tome una siesta. – asentí y mi rubia tomó a la pequeña en brazos para entrar a la casa.

- Aclara lo que quieres y sientes. – ahora era Nicolás llegando con una bandeja de comida. – Y mientras haces eso no digas estupideces, después ve por ti chica. – le dio  un giño y Marie le sonrió con cariño por el consejo.

Sam y Elizabeth volvieron con bebidas para todos mientras empezábamos a comer, estábamos pasando un muy buen momento todo juntos, éramos comuna familia y mi corazón se llenó de esperanza. Esto era lo que yo quería desde que perdí a mi familia y ahora estoy sentada con todas personas más importantes para mi.

Sentí un beso en mi mejilla sacándome de mi mente y una mano tomando la mía por debajo de la mesa. Volteé a ver a la responsable de mi corazón se agitara y ella me respondió con una sonrisa para después recostarse en mi hombro. Nos sobresaltamos al escuchar un grito proveniente de la casa y sin siquiera pensarlo en segundos estaba abriendo la puerta de la habitación de Alice para encontrar a mi pequeña llorando acurrucada con su conejo de peluche.

-Alice. – apenas me escuchó decir su nombre saltó a mía brazos y me abrazó con fuerza mientras seguía llorando.

Me estaba angustiando terriblemente, no entiendo que sucede y unos pasos en la puerta me mostraron a Elizabeth que se acercó a ambas. Se veía preocupada y confundida, no entendíamos nada, nos preocupamos más cuando Alice reconoció a Elizabeth y la acercó para que ambas la abrazáramos. Cosa que hicimos con gusto mientras el resto nos miraban desde la puerta, con un gesto hice que se fueran y nos dieran un momento, Nicolás entendió y salieron cerrando la puerta.

-Cariño. – Elizabeth frotaba la espalda de Alice intentando calmarla. - ¿Qué pasa? – Alice ya no lloraba tan fuerte y alzo su rostro de su escondite en mi cuello.

- Estamos aquí, no te preocupes. – le di un beso en su frente y un puchero se formó en sus labios.

- No quiero que se vayan. – sus lágrimas volvieron a asomar por sus ojos y me rompió el corazón. – No quiero quedarme sola. – Elizabeth secó las lágrimas que bajaban por sus mejillas.

- ¿Porqué piensas eso Cariño? – Alice fijó sus coloridos ojos en Elizabeth que le daba una sonrisa para calmarla.

- Tuve una pesadilla. – nos sentamos en la cama de Alice. – Un hombre se llevaba a todos, el tío Nick se iba primero con Sebastián. – seguimos acariciando su espalda para reconfortar la. – Después se llevaban a la tía Sam que tenía a Marie en brazos. – Elizabeth y yo estábamos sorprendidas. – Al final solo estabas tú y Eli a mi lado. – nuestra pequeña empezaba a llorar de nuevo. – Nos sonreíste a ambas y te llevaron, al final quedamos Eli y yo. Desperté cuando se llevaban a Eli. – se lanzó a los brazos de Elizabeth que con gustó la sostuvo y la dejó llorar hasta que se quedó dormida del cansancio. Acostamos a la pequeña en su cama con el conejito y llamamos a Sam.

- ¿Podrías hacer que sueñe algo que la tranquilice y la deje dormir? – Elizabeth preguntó y Sam asintió y con un movimiento de manos Alice tenía una sonrisa en el rostro mientras dormía, salimos de la habitación y la dejamos descansar un poco más.

Encontramos a los demás en la sala esperando por nosotras y cuando nos vieron se pusieron de pie.

-Tuvo una pesadilla. – todos se veían preocupados. – Al parecer nos vio a cada uno desaparecer, siendo alejados de ella. – Nicolás abrió los ojos con sorpresa mientras todos estaban preocupados.

-¿Crees que lo sea? – tuvimos nuestra miradas conectadas y por la ansiedad empecé a mover mis dedos pero la mano de Elizabeth tomó la mía y empezó a dejar caricias.

- Espero que no sea eso. – el resto nos veían confundidos excepto Marie que parecía muy sumida en sus pensamientos hasta que hizo la pregunta.

- ¿De qué manada pertenece Alice?- los ojos de Marie no se apartaban de los míos buscando una respuesta.

- Pensamos que es de los Errantes. – todos ahí abrieron los ojos con sorpresa. – No estamos seguros, no pudimos rastrear más allá de una teoría por la edad que tiene pero esto que sucedió es algo que solo un Errante podría hacer. – Elizabeth  se sentía confundida.

- Necesito que alguien explique que sucede. – suspiré  y la llevé conmigo al sofá, me senté y antes de que ella lo hiciera a mi lado la senté en mis piernas mientras escondía de rostro en su cuello y escuchaba a todos tomar asiento.

- En los lobos a cuatro familias principales, las primeras que comenzaron todo lo que son ahora los lobos. – Marie empezó a narrar mientras yo rodeaba a Elizabeth con mis brazos para tenerla abrazada. – Son los Suturs, Bestlas, Arkes y Errantes. Cada familia tiene por así decirlo dones o se diferencian por ciertas habilidades. – se acomoda mejor en sofá al lado de Sam. – Fueron cuatro humanos escogidos por la Diosa Luna, Selene para traer la paz en la tierra, se suponía que ellos compartirían sus dones y ayudarían al mundo sobrenatural a sobrellevar el caos que había en ese momento dado al desequilibro que hubo con la llegada de nosotros, los vampiros. – Saque mi rostro de mi escondite para ver a Marie hacer una mueca y poner los ojos en blanco.

- Dos hermanos y dos hermanas, cada uno con características diferentes pero unidos por sangre. Eran todos considerados hijos de la luna, hijos de Selene. – ahora todos prestaban su atención en mi mientras yo evadía mi vista de todos. - Sutur era el mayor, estratega y protector con los otros, su don consistía en ser casi invulnerable, se decía que su piel era de acero, pero podrías cortarlo aunque tenías que tener más fuerza que él lo cual lo hacía casi imposible. – Sebastián lo confirmaba asintiendo junto a Marie. – Bestla, se dice que era calculador, muy correcto con todos sus hermanos. Su poder consistía en que podía leer tu mente, tus intenciones ya sean buenas o malas el podía saberlas con solo verte. – me abracé más a Elizabeth, respirar su aroma me encantaba. – Arkes era la siguiente, muy aventurera, valiente en todos los sentidos de la palabra y buscaba siempre hacer justicia. Su poder era poder envolver su cuerpo en llamas tan caliente como la lava, la apodaban el sabueso del infierno. Siempre la confundían con uno así que se quedó de esa manera. – solté  un suspiro molesto. – Y  Errante era la más vivaz, enérgica y un poco problemática, se dice que su don era de visiones, en ellas veía el futuro más probable aunque a veces podría cambiarlo, la mayoría de las veces no era algo posible. – todos nos quedamos callados pensando en la información.

- Pero hasta para nosotros era una simple leyenda, esos escritos lo saben cada manada principal pero nadie vivo ha sido testigo de ello así que quedó como una leyenda. – Sebastián se veía muy incrédulo.

- No es tan descabellado dado que ya tenemos al primer elegido por Selene desde hace 100 años. – Nicolás me señaló y yo solo fruncí el seño.

- No soy ninguna elegida por nadie. – vi a Nicolás poner los ojos en blanco. – Soy un alfa por voluntad pero no soy ninguna elegida. – me estaba empezando a molestar.

- ¿Conoces a algún otro alfa por voluntad? – me miraba con una ceja alzada que empezaba a irritarme. 

- Mejor cállate, tú no lo sabes y yo tampoco. – Elizabeth me dio  un beso en la mejilla mientras Nicolás me sacaba la lengua como un niño pequeño. – Si el sueño de Alice es lo que creo que es tenemos que estar listo para lo que venga. – dejando las bromas de lado todos asentimos de forma sería.  -Aunque sería una locura que pudiera hacerlo, sería la primera con vida, nadie más ha heredado algo parecido. – puse una mano en mi rostro con frustración.

- Entonces Alice es de los Errantes y puede tener visiones. – la voz de Sam se escuchó cortando el silencio. – Eso explica porqué Ricardo la busca, solo piensa. Si él tenía la ligera sospecha de que alguien de los Errantes podría heredar lo del primer lobo pudo haberlo estado buscando y a su vez haber destruido la manada completa por ello. – todos abrimos los ojos con sorpresa. – No sé para qué exactamente pero no importa, al final busca a Alice y a Elizabeth. – mi rubia estaba un poco silenciosa desde que empezamos y cuando la vi tenía el ceño fruncido.

- ¿Cuándo fue que la manada fue masacrada? – nadie entendía a donde quería llegar. 

- Hace 6 años más o menos. – su rostro pasó a uno de preocupación.

- Mierda, necesitamos a Megan. – nadie entendía las razones pero todos estuvimos de acuerdo de volver a llamar a Megan, sentía que ella tenía algunas respuestas y que no me iban a gustar.

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