Capítulo 7: Familia

9 3 0
                                    

POV Alex

Furia, es la única palabra que tengo ahora mismo para representar como me siento. Todo mi cuerpo está enfurecido, la sangre me hierve y solo quiero salir corriendo y despedazar algo con mis manos. No puedes ser que me haya encontrado, es absurdo, ¿porqué ahora? El maldito bastardo me lleva siguiendo desde hace años hasta que perdió mi rastro hace tres años, creí que me dejaría en paz, pero no es así, no se cansa de querer mi cabeza como trofeo. 

La ira recorre todo mi cuerpo, mis ojos se vuelven rojos, mis colmillos salen un poco junto con mis garras, me intento alejar de Nicolás  y todo empeora cuando recuerdo que Elizabeth también está aquí observándome, esto no puede ser peor. Me doy la vuelta para tratar de salir de ahí pero siento como alguien me toma del hombro, de un movimiento inmovilizó a Nicolás  de nuevo contra la pared, pero lo suelto rápidamente dando unos pasos hacia atrás, lo miro arrepentida y él me mira comprensivo.

-Tengo que salir de aquí, nada está bien conmigo ahora mismo y me niego a hacerles daño- mi respiración está cada vez más pesada, mi voz está más ronca. No me queda mucho control. -Te quedarás aquí, harás una barrera en el momento en el que yo salga, nada puede entrar o salir, ni siquiera yo debo poder entrar.- El asiente ante mi petición mirándome preocupado, le gustaría replicar pero sabe que no ganará. – Cuida de Alice y Elizabeth, volveré pero ahora soy un peligro- siento como mis garras perforan mi piel por contenerme, mi loba quiere tomar el control total para ir a despedazar a Ricardo.

Me doy la vuelta de nuevo intentando salir por una ventana de la sala que da al bosque, antes de poder saltar una mano toma la mía, me congelo al saber quién. 

-No se que mierda está pasando, pero no te vayas.- se ve preocupada, asustada y muy nerviosa, parece que hace un esfuerzo enorme para no enloquecer. La veo a los ojos y me dan un poco de calma, la suficiente como para que mis garras y colmillos desaparezcan, pero no el color de mis ojos, apartó la mirada porque no quiero que vea mis ojos demasiado, siento vergüenza al saber que me vio de esta manera. 

-Volveré- le susurro antes de saltar y empezar a correr, cuando estoy lo bastante lejos me transformo.

Ahora soy un lobo con el pelaje negro como la noche, todos mis sentidos se intensifican y con ello mi enojo pero solo empiezo a correr hasta el cansancio. Mi mente es un torbellino ahora mismo, solo se repite una y otra vez ese día, la sangre, la muerte, sus cuerpos siendo masacrados. Puedo sentir la culpa por no haberlas protegido y ser el monstruo que ellas no querían que fuera.

Flash Back 

Hoy es mi cumpleaños número 15, es una fecha especial porque hoy por fin puedo ingresar a hacer las prácticas como Beta del Alfa. Estoy muy emocionada al respecto, puedo brincar de la felicidad.
Salí rápido de mi habitación para un desayuno exprés y llegar a las pruebas, antes de si quiera poner un paso afuera de mi casa un brazo me detiene de golpe haciendo que me caiga hacia atrás.

-Hey! ¿Qué mierda?- estaba aturdida y enojada por el golpe, iba a seguir diciendo algo hasta que escuché la risa de mi hermana mayor Rebecca .

- Enana, ¿A donde crees que vas?.- me miraba con los brazos cruzados y una ceja alzada mientras se reía. Yo solo volteo los ojos, es una idiota.

- Ya puedo presentarme a las pruebas para ser tu Beta, así que quítate que me tengo que ir. – me estaba levantando con ayuda de Beca.

- Relájate, todavía no soy Alfa y tú todavía no serás mi Beta. Te queda un largo camino por recorrer hermanita. – me revolvió el cabello mientras lo decía, empezó a caminar hacia la puerta.

- Serás la Alfa de la manada en poco tiempo, lo sabemos. Quiero estar lista para ser tu Beta y protegerte. – lo decía orgullosa.

- Soy tu hermana mayor, yo te protejo a ti, no al revés. – volteé  los ojos por su comentario. – Pero estarás bien, eres alguien especial Lexa. Tienes algo en tu interior que te hace especial, harás cosas impresionantes en el futuro, hasta podrías ser alfa algún día, ¿Quién sabe?. – lo decía muy relajada y yo estaba espantada.

- No, para que yo lo sea tú tienes que morir y eso no sucederá – lo dije muy seria y ahora fue turno de Beca de voltear los ojos mientras caminamos por las cabañas en el bosque de la montaña. Nos quedamos en silencio observando la zona, apreciando la naturaleza, los olores, la tranquilidad del lugar y las risas de los niños  que corretean por el sitio.

- Estarás bien en tus pruebas, estaré orgullosa junto con Nicolás , nuestra madre y aunque no lo creas, también Sara. – me veía con un brillo en los ojos al mencionar a nuestra madre , suspiré tratando de controlarme. Me hubiera gustado conocerle, ella murió al darme a luz. Beca decía que me parezco bastante a ella en temperamento, relajada pero a la vez temeraria y valiente. 

-Gracias Beca.- me acerque a darle un pequeño abrazo rápido y me fui a mis prácticas.

SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora