Capítulo 8: Volverás a mi

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POV Elizabeth

¿Alguna vez pensaron estar en esta situación? Pensar que acaban de ver a alguien hacer magia y otras personas transformándose en lobos gigantes. Parece un mal chiste, una broma de mal gusto de algún imbécil obsesionado con lo sobre natural, yo era una chica normal trabajando en un hospital y ahora estoy en una casa viendo como un chico empieza a hacer rituales en medio de la habitación.

Nicolás recitaba unas palabras en latín, reconocí el idioma después de haber procesado lo sucedido. Estaba preocupada tanto por mi como por Alex, ella se había ido hace unos pocos minutos, todo pasó tan rápido, no sabía qué hacer, algo en mi interior quería que la buscara pero mi parte racional estaba en que mejor me quedara aquí.

-Sé lo que debes estar pensando, Alex estará bien- me sacó de mis pensamientos, estaba en el suelo con las piernas cruzadas, las manos juntas y los ojos cerrados. - Volverá, siempre cumple lo que dice. Lamento que te hayas visto envuelta en esto.- suspiró un poco al decir lo último pero no se movió más.

-No sé que es esto, no sé nada, no entiendo nada.- suspiré y pasé mis manos por mi rostro en signo de frustración. Me acerqué a la ventana por la cual Alex había salido, observé que se generaba una barrera por los lados de la casa. -De lo único que estoy segura es que Alex no está bien, no se cómo explicarlo. -lleve una mano a mi pecho.

-También estoy preocupado hace mucho que no la veo de esa manera, no después de aquella noche...- casi no logro escuchar lo último que dijo pero lo hice, quería preguntar pero siguió hablando. -Ella estará bien, tiene que estarlo, ya no está sola.- hacía referencia a Alice que estaba durmiendo ahora mismo, ajena a lo que sucedía. En estos momentos la envidiaba por ello.

-No me importa lo que digas, iré por ella.- estábamos en el primer piso, así que la ventana no estaba lejos del suelo, por esta ventana se había ido Alex. Me subí a ella lista para irme también.

-¿Qué? No, te tienes que quedar aquí, la barrera casi está lista, no puedes irte, ¡Alex va a matarme si te dejo ir!- seguía en la misma pose pero se le escuchaba angustiado.

-Volveré, pero lo haré con ella. Me debe una buena explicación pero ahora tiene que volver a mí.- no sé de dónde salió tanta seguridad pero algo es cierto, ella tiene que volver a mí.

La barrera estaba apunto de cerrarse así que corrí rápidamente y pude pasar antes de que se cerrara. Vi a Nicolás de pie al otro lado de la barrera, estaba angustiado y cansado. Seguí mi camino por el bosque, estaba un poco oscuro pero podía ver el camino por la luz de la luna. No sabía hacia donde iba solo seguí corriendo siguiendo mi instinto.

Después de unos minutos de esquivar árboles estaba muy en lo profundo del bosque, me tuve que detener por el cansancio de mi cuerpo, miré hacia todos lados pero el silencio era aterrador, no se escuchaba nada, solo el viento. Ningún animal, absolutamente nada, me senté a descansar un momento pero sentí mis emociones descontroladas, caí en cuenta de lo que estaba haciendo, estoy en la mitad del bosque, sin saber en dónde estoy y cualquier cosa puede atacarme. No pensé muy bien nada de esto, a fin de cuentas, ¿Qué hago aquí?

Estaba entrando en pánico, intentaba controlarlo pero no podía tenía mucho miedo. Escuché un ruido y subí la mirada para encontrarme un par de ojos rojos a unos metros de mi observándome, no sabía que era lo que me observaba pero no me moví. Vi como se acercaba lentamente y por fin pude verlo completamente, era un lobo gigante de pelaje negro como la noche, me miraba profundamente como si pudiera ver mi alma, no podía despegar mi mirada de ese lobo hasta que estuvo frente a mí. Ahora se veía preocupado al detallar mi rostro, se agachó para poner su cabeza en mis piernas, cuando lo hizo dejé salir el aire que estaba conteniendo y suspiré, me relajé y acaricie su cabeza, escuché un pequeño ronroneo y sonreí un poco mientras me limpiaba las lágrimas.

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