Capítulo 32: Hora de hablar

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POV MARIE

Nos encontrábamos paradas una en frente de la otra, su postura era rígida y sus ojos azules que en cualquier momento me podrían poner de rodillas ahora me miraban con dolor y nerviosismo. Yo no sabía que decir, había esperado este momento tanto tiempo que ahora que la tenia a ella dispuesta a escucharme y yo no era capaz de hablar.

-Habla. – sus latidos iban bastante rápido, se notaba nerviosa y yo estaba igual o peor, me tomó por sorpresa que quisiera hablar ahora.

- Tenía un discurso preparado para cuando me dejaras acercarme de nuevo, lo practiqué tantas veces que podría hasta decirlo dormida. – solté una risa sin gracia. – Cuando nos vimos por primera vez quedé cautivada, no podía para de mirarte y hice lo que mejor sabia hacer, coquetearte. – puso los ojos en blanco mientras hacia una mueca. – Escucharte reír después de que Alex me golpeara fue música para mí, pasar el tiempo a tu lado era todo lo que yo esperaba en el día. – la vi cerrar los ojos y una lagrima bajar por su rostro, yo simplemente volteé a vista, me mordí el labio para aguantar y seguir. - Estabas tan metida en mi corazón que me asustaba horriblemente el como me estaba siento contigo, intentaba apartarme, pero todo al final me llevaba a ti. – seguía sin mirarla, no tenía, lo había perdido hace tiempo.

- Entonces ¿Por qué? – Sus palabras sonaban duras y lo merecía. – No tiene sentido lo que dices, no tiene sentido entonces lo que hiciste. – se escuchaba rota y yo trataba de mantener la compostura y no romperme.

- Lo sé, no vengo aquí a redimirme. – cerré los ojos y seguí hablando. – Ese día te vi con el chico, recordé lo que me contaste sobre él. Al principió iba a intervenir, pero escucharlo hablar sobre lo bien que se verían juntos me hizo detenerme. – Me enfrenté a sus ojos que me veían sorprendida y confusa.

- ¿Por eso te fuiste de fiesta? ¿Por celos de algo que no pasó? – no apartaba la vista de ella, se veía ahora molesta.

- Empecé a pensar en el futuro, en tú futuro. – ella me veía cada vez más confusa. – Daria lo que fuera por ti, haría lo que sea con tal de pasar la noche a tu lado y eso me asustó terriblemente. – mi cuerpo estaba tenso, sabia lo que tenía que hacer, pero no quería. – No sabia lo que era tenerte completamente, lo poco que me diste lo atesoraba como lo mas preciado. Lo mas cercano que llegué a sentir a eso fue con Dante antes de su muerte. – El recuerdo de Dante solo me trajo escalofríos. – No puedo dejar que él te haga daño, no pedo dejar que te mate. – Lagrimas salían sin control alguno.

- No entiendo, ¿Quién me haría daño? – su mirada se suavizó un poco, pero seguía molesta. – Por si no te has dado cuenta soy una bruja, sé lo que es estar en peligro, me he defendido muy bien todos estos años sin ti. – Se secó una lagrima que rápidamente se secó.

- Dante no puede encontrarte, no puede saber quien eres y lo que significas para mí. – di unos pasos hacia adelante, ella no retrocedió, solo me veía confundida y aguantando las lágrimas. – Lo que hice esa noche en el bar fue estúpido, los recuerdos y posibilidades me abrumaron, debí hablar contigo, pero no sabia como sin exponerte, así que tomé una decisión estúpida. – le di una sonrisa triste aguantando las lagrimas. – Lo eres todo para mí, me arrepentí al segundo de verte irte del bar. – estaba tan cerca de ella que con las manos temblando toqué su mejilla. – Mis sentimientos por ti eran reales. – Ella me miraba angustiada aguantando las lágrimas.

- No entiendo. – ahora se permitía llorar mientras recargaba su rostro en mi mano. – No te atrevas a despedirte. – estaba siendo mandona de nuevo, eso me sacó una risa pequeña.

- Lo siento tanto, siento haber roto tu corazón. – le di un beso en la frente. – Lo eres todo para mí, por eso tengo que dejarte ir. – Me alejé unos pasos. – Siempre estaré cerca si me necesitas, pero te estoy dejando vivir tu vida, sé que era lo que querías. – le di una sonrisa triste y antes de que hiciera cualquier cosa desaparecí de su vista o eso creí.

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