Capítulo 4

823 78 1
                                    

El segundo día en la isla estaba comenzando y sigo sin creer que realmente estoy aquí, incluso anoche creí que despertaría y estaría en el suelo del departamento sin ningún propósito por delante, pero no, aquí estoy y no cambiaría la decisión que tome por nada.

Me levanté de la cama colocándome los lentes y activando nuevamente los pupilentes junto al audífono. La pantalla marcaba las 9:21 horas, una buena hora para comenzar a construir el resto de la casa.

Mientras comía dibuje los planos de la casa, aunque si alguien viera lo que dibuje pensaría que solo son garabatos sin sentido, pero en mi cabeza ya estaba planteada la idea y eso era suficiente. Era una construcción algo ambiciosa que tal vez me tome algunos días terminar pero valdrá totalmente la pena hacerlo.

Termine de comer y abrí la caja que tenía la ropa que me dejaron de regalo. Me sorprendió el hecho de que me quedara perfecto, no sé cómo si nunca tomaron mis medidas pero vaya que la ropa era bonita y bastante cómoda. Un conjunto café oscuro de pantalón corto arriba de la rodilla, una blusa con tirantes que se ceñia dándome total movilidad en el cuerpo; además unas botas tipo militar de un café más oscuro que la ropa y que llegaban a la mitad de la pantorrilla en altura.

Termine de vestirme y me pare frente al espejo para acomodar mi cabello en una coleta. Tome el hacha junto a un pico, unas antorchas y fui a conseguir el material que necesitaría para la construcción de mi casa.

Tale árboles algo lejos de las casas ya que no quería irme con los cercanos y dejar la zona sin árboles. Estuve alrededor de tres horas talando obteniendo alrededor de ocho stacks de madera. Me detuve para comer y descansar sentándome debajo de la sombra de un árbol. En lo que comía sonó el audífono con una llamada entrante, revise la pantalla y era de Roier.

-¡Que onda mi Luni la tomati!-. Sonreí negando con la cabeza y tragando el bocado que tenía en la boca.

-Vuelveme a llamar así y está noche no estarás con vida-. Amenace dando el último bocado a uno de los sandwiches que lleve para comer en todo el día.

-¿Estás en tu casa? Quiero darte una noticia acerca de una idea que será revolucionaria-. Dijo con cierta emoción en su voz. Empecé a guardar el material y me levanté del suelo.

-No estoy, ando consiguiendo materiales para la construcción de mi casa y tal vez me tomé todo el día, pero puedes decírmelo por llamada-. Camine en busca de alguna entrada a una mina para buscar la pizarra profunda.

-Oh.. ¿Sabes que? Mejor te lo diré cuando tenga todo listo, aún no consigo varias cosas que necesito pero cuando lo tenga, te lo enseñaré-. Lo escuché mientras seguía caminando y recolectaba algunas semillas para la cosecha.

-Me parece gran día. Nos vemos después, Roier-. Dije logrando visibilizar una entrada de mina que parecía prometedora.

-Claro, adiós Luni la tomati-. Y antes que me quejara por el apodo, colgó la llamada. Cómo lo quiero al idiota, sin duda un gran y estúpido amigo es.

Empecé a iluminar la mina en la que entre logrando llegar a la profundidad donde estaba la pizarra profunda. Comencé a picar cuidando de no morir mientras mataba algunos mobs que estaban en el lugar.

El estar en la mina picando me tomo más tiempo del que creí, en algún momento me di cuenta que la pantalla marcaba las 21:47 horas; definitivo no me arriesgaría a regresar a la casa de noche.

Ya que estaba en la mina aproveche sacando minerales y encontrando uno que otro diamante. Cuando me sentí con hambre y cansada, me encerré en un hueco de la mina cubriendo e iluminando para que ningún mob entre.

Cené uno de los sandwiches que llevaba y terminando de cenar, acomode la mochila como una almohada y me recosté en el suelo que a pesar de ser incómodo no fue tan complicado dormir debido al cansancio que tenía.

𝐖𝐄𝐋𝐂𝐎𝐌𝐄 𝐓𝐎 𝐓𝐇𝐄 𝐐𝐒𝐌𝐏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora