Capítulo 26

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Un vistazo. Otro vistazo. Y uno más. Me había probado ropa por alrededor de veinte minutos, al no saber dónde era el lugar de Maxo, tampoco sabía que ropa era la adecuada para el lugar.

Pero justo ahora la ropa que llevaba me estaba convenciendo. Unos jeans ajustados y un corset negro con simples botas tipo militar, ¿Casual y elegante? Supongo.

—¡Oh! Te ves hermosa —. La voz de mi amado llamó mi atención y sonreí al tiempo que hacía una pose.

—¿Te gusta? —. Cambié de pose. Lo vi asomarse por la puerta del baño por si alguien venía, y se acercó dándome un beso.

Me gusta, pero me gustaría más en el suelo —. Su voz grave volvió a hacerse presente. ¡Mierda! No voy a caer ante de sus encantos. No hoy.

¡Hey! No es momento para eso—. Supongo que al ver mi rostro sonrojado le dio tanta gracia que comenzó a reír.

Es broma, ¿Ya casi es lo de Maximus? —. Asentí a su pregunta y me giré al espejo para peinar mi cabello.

Is brimi.

¿Te enojaste? —. No respondí y simplemente me encogí de hombros. Su próximo movimiento fue tomarme de la cintura y dejar un beso en mi hombro. —Si quieres podemos aprovechar los pocos minutos que tenemos..

—¿Es otra de tus bromas? —. Dejé mi cabello listo y lo miré a través del espejo. Negó y me giré pegando mi cuerpo al suyo.

Sonrió y atacó mis labios en milésimas bajando una de sus manos a mi trasero.

Cuando lo creí indicado, lo detuve.

—¡Whoops! Me tengo que ir, que lástima —. Lo alejé de mí y salí del baño sonriendo triunfante.

¿Luna? ¿Qué fue eso? —. Me giré viéndolo y sonreí.

Una broma, por supuesto —. Cuando su mirada cambio de confusión a seriedad, comencé a reír. —Es lo que te has ganado, mi amor.

Wilbur soltó una leve risa entendiendo lo que había hecho.

Te odio —. Mientras lo decía negó con su cabeza lentamente, aceptando su destino.

Me amas y lo sabes —. Le lancé un beso al aire y salí de la habitación yendo a la planta baja donde estaban los dos pequeños jugando.

—¡Pequeños saltamontes! Me tengo que ir, tal vez llegue cuando estén dormidos —. Los dos se acercaron y yo me coloque hasta su altura.

—¿Vas con mi papá? —. Tommy preguntó y yo asentí a su cuestionamiento.

—¿Quieres que le diga algo? —. Lo vi negar pero rápido cambio su respuesta y asintió.

Corrió a su mochila que estaba en la sala y sacando algo, se volvió a acercar a mí.

—Es un dibujo que hice ¿Se lo puedes dar? —. Lo tomé viendo el dibujo de Tommy, Maxo, Bad y Dapper en la noche de las linternas flotantes.

—Por supuesto, cariño —. Le sonreí y lo guardé en mi inventario.

Me despedí de ambos con un beso en sus frentes y salí de la casa guiandome con el mapa. Era obvio que aún no tenía el Waystone de aquel lugar, así que tenía que ir caminando.

Como las coordenadas eran cerca a la muralla, primero fui por el camino conocido para luego cambiar el rumbo a la izquierda de la muralla.

308 metros.. 257 metros.. 132 metros. Cada vez iba más cerca y aún no lograba ver algo que diera señal de que estaba cerca.

𝐖𝐄𝐋𝐂𝐎𝐌𝐄 𝐓𝐎 𝐓𝐇𝐄 𝐐𝐒𝐌𝐏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora