𝐖𝐄𝐋𝐂𝐎𝐌𝐄 𝐓𝐎 𝐓𝐇𝐄 𝐐𝐒𝐌𝐏

Capítulo 8

Copito de nieve terminó de hacer preguntas y cerró su libreta donde estuvo apuntando todo lo del informe. Nos preguntó acerca de los cuidados que teníamos, sobre la seguridad de la casa y como éramos con ella.

—Listo, hemos terminado el informe ¿Tienen alguna duda? —. Cuestionó copito y asentí.

—Es acerca de Tallulah, no pasa nada malo, pero nos dimos cuenta que ella es más pequeña que los otros y al parecer le cuesta hablar ¿Hay algún informe que tengan ustedes sobre a qué se deba? —. La mencionada ya no estaba con nosotros, estaba jugando por la cocina así que no podía escucharnos.

—Claro, tenemos información de eso y me alegra que pregunten. Respecto a su tamaño, sí, es más pequeña que los demás pero no es debido a nada, es simplemente la genética, le hicimos estudios y todo está perfecto con su salud y desarrollo —. Copito nos informó causando una sensación de alivio en mí. —Y respecto a su habla tampoco hay ningún problema, según sus hermanos suele ser así cuando está con desconocidos; solo es cuestión de que confíe en ustedes y visitar a sus hermanos también podría ayudar.

—Me alivia mucho saber eso, gracias —. Sonreí y copito se levantó de su sofá para irse, poniéndome de pie también.

—Nos vamos ahora, les trajimos un pay como regalo y espero que lo disfruten. Muchas gracias por su cooperación al informe. —. Nos despedimos y cerré la puerta.

—Se ve muy bien ese pay, deberíamos desayunar eso —. Tomé el pay colocándolo sobre la mesa y yendo por platos y cubiertos haciendo lo mismo. —¿Quieren leche? —. Los escuché afirmar y tome vasos junto a la leche que estaba en el refrigerador.

Se acercaron sentandose en las sillas del comedor y partí el pay sirviendo una rebanada a cada quien con su vaso de leche.

—Desayunemos primero y luego les quito la pintura del marcador, tengo algo para que sea fácil de quitar —. Les comenté y empezamos a desayunar tranquilamente.

Estábamos en el baño de mi habitación. Ya nos habíamos arreglado el cabello, y a pesar que el de Wilbur era un desastre logramos desenredarlo. Ahora estábamos con lo de la pintura del marcador, le había quitado la pintura a Tallulah y ahora estaba con Wilbur que se me estaba complicando quitarle la pintura.

—¿Estás segura de que se está quitando? No quiero vivir mi vida con una bolsa en la cabeza —. Era la cuarta vez que repetía eso y ganas de pegarle no me faltaban.

—¡Ay! pinche morro como chingas —Me expresé amablemente y Tallulah me miró con el ceño fruncido.  —Se está quitando, ten paciencia, Roma no se construyó en un día.

Llevaba apenas diez minutos limpiando la pintura, ya le había quitado lo del labial y gran parte del antifaz.

—¿Ya casi? —. Me detuve mirándolo con fastidio. —Bueno, perdón por preocuparme por mi bello rostro, ya no molesto.

—Tu rostro es bello.. cuando llevas una bolsa cubriéndolo —. Dije y Wilbur me miró haciendo una mueca de molestia. —Estamos a mano. Ya terminé, ya puedes dejar de fastidiarme.

Me alejé soltando aire ya que tenía demasiado calor al estar dentro del baño.

—Por fin veo otra vez mi cara ¿Quieres que limpie la tuya? —. Preguntó y asentí sentándome en la encimera para estar a la altura y que le fuera fácil quitar la pintura.

—¿Ya sabes cómo hacerlo? Usa este trapo, mojalo un poco y le pones el líquido encima, no mucho porque luego me va a irritar la piel —Le explique y asintió tomando el trapo para iniciar. Hizo todo y empezó a limpiarme; debo decir que me limpiaba con delicadeza así que terminé por cerrar los ojos totalmente relajada.