Cuidado con lo que deseas [COMPLETA]

CAPÍTULO 10

Capítulo 10: La marca

─Está todo cubierto de su olor, joder ─zanjó Pontianak mientras revisaba mi habitación.

Apenas Electra me había dejado allí no había tenido otra alternativa que llamar a Nak, era la única persona que podía entenderme y ayudarme y no hacer un escándalo.

Yo estaba sentada en la cama con los nervios de punta, casi hiperventilando.

Pontianak había llegado casi de inmediato, incluso antes de que yo pudiese cortar la llamada llorosa.

─Okay, repasemos ─me dijo, sentándose a mi lado mientras negaba con la cabeza─. ¿Qué fue lo que dijo exactamente?

Suspiré tratando de aclarar mi mente lo más posible.

─Dijo que ellos sabían que yo tenía la marca, que debía ocultarme ─respondí.

Él frunció el ceño.

─Pero, ¿quiénes son ellos?

─No tengo idea, Electra jamás hablaba conmigo excepto cuando quería molestarme, no entiendo porque acudió a mi.

─Ellos le hicieron daño, eso es lo que creo, y se vio acorralada y acudió a ti para advertirte.

Eso sonaba lógico. Electra había llegado en un estado deplorable, cubierta de sangre que a ciencia cierta no sabía si era de ella o de alguien más, y se notaba que estaba herida, tanto por su apariencia como por su forma de gemir y dificultad para hablar.

─A pesar de estar en el mismo aquelarre, no era muy cercano a ella...

─No hables como si estuviera muerta ─le reclamé.

─Joder, tienes razón. Pero Sienna no ha sabido de ella desde hace 4 días, eso es extraño, incluso para Electra.

Sentía como la angustia me invadía. Cerraba los ojos y veía a la vampyr en aquel estado que me había perturbado hasta las entrañas.

─Quizá se relacionó con la gente equivocada ─dije.

─Pero, ¿qué tiene que ver contigo? ¿A qué marca se refería Electra?

Tragué con dificultad. Yo si sabía, y joder, llevaba toda mi vida ocultandola. No imaginaba que una vampyr que apenas conocía sabría mi secreto. Tenía que decirle a Nak, por mi bien y para poder resolver aquel problema, para encontrar a Electra.

─Hay algo que tienes que saber ─le dije, volviéndome para mirarlo.

Me miró con extrañeza, intrigado.

─Cuando nací, pasó algo muy extraño, que dejó atónitos a mis padres.

Joder, nunca había hablado de aquello de forma libre, de hecho, intuía que mi padre ya se había olvidado del tema, ya que nunca más se había vuelto a tocar.