CAPÍTULO 19

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Capítulo 19: Un muerto no tan muerto

Mi madre dió la vuelta y corrió hacia el bosque, mientras lanzaba algunas carcajadas

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Mi madre dió la vuelta y corrió hacia el bosque, mientras lanzaba algunas carcajadas. No sabía a que estaba jugando esa bendita mujer, pero tenía que seguirla.

Maldita sea, estaba siguiendo a mi mamá.

La mujer que había muerto en un accidente de auto y de la cual no había rastros del cuerpo. Esa misma mujer corría delante de mí.

Su velocidad era inhumana sin duda, y mientras mis torpes pisadas recorrían el sendero irregular del bosque, no pude evitar preguntarme a mi misma si no sería un producto de mi imaginación.

Pero no podía serlo, porque la veía correr, su cabello rojo empapado, tan igual al mío, se mecía con el viento.

Los pulmones comenzaron a fallarme. Mi poca costumbre en el atletismo comenzaba a pasarme la cuenta en aquella travesía.

Mamá reía, y yo jadeaba luchando con las ganas de tirarme al suelo por el dolor intenso que sentía en mis piernas.

Pronto comencé a marearme y mis extremidades se fatigaron, impidiéndome seguir. Me tropecé con una raíz, o una piedra,y caí de bruces al suelo.

Arrugué las cejas y apreté la mandíbula por el dolor que me atravesó el brazo con el que caí.

─Mierda ─musité.

Poco a poco me incorporé hasta quedar sentada en el fango, y levanté la mirada para buscar a mi madre, pero claramente ella ya había continuado su camino sin esperarme.

Lancé un gruñido de frustración y me levanté torpemente. No tenía idea de a donde se había ido mi madre, y con mi mal humor no estaba dispuesta a continuar con aquella locura.

Emprendí el camino hacia la salida del bosque, y noté que una sombra oscilaba entre los árboles oscuros. Era posible que fuese mi madre, así como también era posible que fuese un desconocido.

"El asesino", pensé aterrada, y apresuré lo más que pude el paso para salir de allí lo antes posible.

─Que inusual es ver a una jovencita como tú en este bosque, y más con la lluvia espantosa que está cayendo ─oí a una voz masculina tras de mí.

Me giré alterada y me encontré con la figura de un hombre alto y delgado, que vestía una camisa blanca y un pantalón negro. Instintivamente miré sus ojos y confirmé mis sospechas: era un vampyr.

No le respondí y seguí directo hacia la salida. El miedo me había cubierto por completo. Antes de los Stoker, mi convivencia con vampyr en general había sido casi nula, solo saludos por cortesía, nada más.

Pero ahora encontrarme directamente con un vampyr desconocido, en un área peligrosa, era algo muy diferente.

─¿No tendrás frío, criaturita? ─siguió hablando mientras caminaba tras de mí.

Cuidado con lo que deseas [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora