Cuidado con lo que deseas [COMPLETA]

CAPÍTULO 16

Capítulo 16: Nuevas compañías

Me senté en el último asiento de la última fila, siempre siendo observada por los alumnos que cuchicheaban sobre cómo la nueva maestra vampyr sabía mi nombre.

Con la prisa, ni siquiera había mirado el nombre de la clase, que se titulaba "Vampyr: nacimiento y evolución" la cual básicamente sería una clase obligatoria para todas las carreras, en las cuales nos contarían el origen y los detalles de los vampyr, sus creencias, su estilo de vida y de más. Todo esto para poder asimilar que ahora compartiríamos el horario diurno con ellos.

En el salón había varios vampyr y yo no conocía a ninguno, aunque eso me tenía sin cuidado. Mi historial con los vampyr, aunque bastante corto, había sido bastante intenso.

Salí de la clase y volé al próximo salón. Cuando llegué había solo un asiento vacío, al lado de un moreno de cabello largo, el cual había visto antes pero no habíamos intercambiado palabra.

─¿Puedo sentarme aquí? ─pregunté avergonzada.

─Oh, claro ─me indicó.

Puse mis cosas en el respaldo de la silla y saqué mi computador para poder tomar apuntes.

Noté como iban entrando más vampyr, algunos me miraban y continuaban su camino, situándose en asientos que ya habían apartado.

─Dan miedo, ¿no crees? ─me preguntó el chico amablemente.

─Un poco ─respondí casi en un susurro.

El maestro, esta vez humano, ingresó y comenzó a dar su clase. Nos presentó el plan anual de la asignatura y el proyecto de investigación de salud que tendríamos que realizar a lo largo del año.

─Lo ideal es que trabajen en parejas, ya que este proyecto es largo y requiere de mucho trabajo ─exclamó el profesor mientras anotaba en el pizarrón los puntos importantes.

─¿Ya tienes pareja? ─inquirió el chico moreno.

─No ─respondí.

─Si quieres trabajamos juntos ─me indicó, y asentí entusiasmada y agradecida de no tener que socializar con nadie más.

Le tendí mi teléfono.

─Anota aquí tu número ─se lo tendí, y él me pasó el suyo para que yo hiciera lo mismo.

Me di cuenta de que todavía no sabía su nombre.

─Hey, ¿cómo te llamas? Disculpa pero, te he visto en los otros años pero nunca supe tu nombre ─le dije, avergonzada.

─No te preocupes, me llamo Demothi ─me respondió esbozando una amable sonrisa que mostraba unos dientes perfectos.

─Gracias ─dije─. Mi nombre es Nayla por cierto, y que interesante tu nombre.