Cuidado con lo que deseas [COMPLETA]

EPÍLOGO

Epílogo

Hay algo que uno como hijo jamás se imagina, y vivirlo es desgarrador: el entierro de su padre.

Es la ley de la vida, algo que todos sabemos, pero experimentarlo es diferente. Es doloroso.

Jamás fui buena con las despedidas. Ni siquiera cuando mi madre murió la primera vez. Me dolió, eso era seguro, me había partido el corazón en dos, pero era demasiado pequeña para entender realmente la muerte.

Después de ver a mi papá morir en mis brazos, todo aquello había cambiado. Mi alma se quebró, se desgarró, y quedó un hueco vacío que jamás se podría llenar.

Me puse el vestido negro que usé en el funeral de Bibi. Nak me acompañaba, tomando mi mano de forma suave, pero queriendo decir que no me soltaría a pesar de todo.

Penny, con Lyana en brazos, iban también vestidas de negro. Los Stoker, al menos los que quedaban iban vestidos formales, listos para despedir a Peter Brekker.

El camino al cementerio fue como viajar en una nube, sin percatarme mucho del ambiente, pero sabiendo que ese día sería el último que le regalaría a mi papá.

La cremación estaba lista, Ekimmu llevaba la urna en sus manos, en la camioneta, en donde Valak conducía, y viajaba Sienna, Christian y Demothi.

Pontianak decidió que me llevaría a Penny, a mi hermana y a mí, para que fuésemos tranquilas.

No sentía ganas de llorar, al contrario, sentía una paz que no sentía hace mucho, algo más allá de todo.

La ceremonia sería privada, así lo había querido Penny y yo respeté su decisión. Todo lo que pasamos era demasiado, y mi papá necesitaba irse en paz.

Nak no me contó cómo encontraron el cuerpo, la condición en la que estaba, y la verdad es que yo no quería detalles.

Al llegar al cementerio, ya nos esperaba un sacerdote y ministro de Nyx, listo para bendecir el alma de mi padre para que emprendiese el viaje al más allá.

Christian y Demothi estaban allí. Ambos desechos, pero me estaban acompañando. Mi amigo no soltaba la mano de Valak, y me alegré de que algo bueno saliera de todo el caos. Ellos se acompañarían.

La escena me pareció tan familiar, casi como un deja vú. Recordé a Bibi, a Valak destrozado, a Ekimmu. Mi mente fue hasta el entierro de Lucien, al de Elektra.

Tanta muerte.

Pero ese día se detuvo todo.

Ya nadie más moriría.

─Queridos familiares, esposa, e hijas de Peter Brekker ─comenzó a hablar el sacerdote─. Hoy celebramos el fin de la vida de un hombre sacrificado, que siempre lo dio todo por su familia. Peter era un ser divino, bendecido por Nyx con una familia hermosa que lo amaba, tanto como él la amaba.

»La tragedia es algo que no podemos evitar, y la tristeza en nuestros corazones es algo que no podemos ignorar. Pero hoy, recordemos a Peter como el hombre feliz y orgulloso que fue, y vivamos el resto de nuestros días para honrar su valiosa presencia en la tierra, que aunque corta, fue maravillosa.

Sonreí al oír sus palabras. Sí, mi papá había sido el papá más increible del universo entero.

Terminó su discurso y vertió agua bendita por la diosa al rededor de la urna. El sepulturero bajó el frasco de cerámica y lo cubrió con tierra.

Alguien ten+ia que decir algo. Miré a Penny y noté que sus condiciones no eran favorables para decir nada, y menos con Lyana en brazos, que no entendía nada.

Supe que era yo la última que se despediría de él.

Me aclaré la garganta y empecé.

─Mi papá fue el mejor hombre que conocí en la vida ─dije, sintiendo las lágrimas asomarse─. Jamás me regañó, ni siquiera cuando traté mal a Penny las primeras veces que la llevó a casa. Siempre conté con su apoyo, incluso en los peores momentos, cuando la agonía era la dueña de nuestra casa, cuando no contábamos con nadie más que con la soledad.

»Mi papá fue mi ejemplo a seguir en todos los aspectos. Hubo muvchas cosas que quise mostrarle, muchas cosas que él no podrá ver, como ver crecer a su nueva hija, la cual fue un sorpresa pero que desde el primer momento nos hizo feliz.

Pontianak tomó con fuerza mi mano, y sentí que en cualquier momento me desvanecería.

─Estuve con él en sus últimos momentos, y siempre, hasta su último aliento me repitió lo mucho que nos amaba, y es con eso con lo que me quedaré.

»Mi papá nos amó, y estoy segura de que en la eternidad lo seguirá haciendo ─mi voz se quebró─. Y nosotros aquí, aunque tristes y perdidos, seguiremos honrando su memoria, porque él merece que lo hagamos, merece que lo recordemos con amor y con cariño, como el hombre increíble que fue.

No pude decir más, las palabras no me salían. Habría dicho tanto, por la diosa que lo hubiese hecho.

Todos los presentes asintieron. Oí sollozar a Penny y me acerqué para abrazarla por la espalda.

Miré a Lyana, que sonreía y miraba el cielo. Luego miré a quienes nos acompañaban.

Éramos libres.

La tristeza era algo que no íbamos a arrancarnos nunca del todo, pero en ese instante elegíamos vivir, porque de no hacerlo, el recuerdo de los que ya partieron se haría invisible.

Miré hacia el bosque, en donde alguna vez volví a ver a mi madre. Y le agradecí a su recuerdo. Arruinó de mil maneras mi vida, pero me enseñó a valorar aquellas pequeñas cosas que realmente valían la pena.

Nak me dedicó una sonrisa conciliadora, llena de esperanza, y yo le respondí igual.

Estábamos vivos, lo estaríamos por mucho tiempo más.

Elevé mi mirada hacia el cielo, mirando las nubes grises que comenzaban a alejarse dando paso al sol más brillante que había visto en semanas.

Sería fuerte, tenía que serlo.

Tantas noches que lloré y supliqué a Nyx para que me diera una oportunidad más.

Y ella escuchó mis plegarias.

Miré a mi pequeña hermana y a su madre. A mi vampyr y a sus hermanos, y sonreí, sonreí desde lo más profundo de mi alma.

"Valió la pena", pensé. "Por supuesto que valió la pena."

***

Y LLEGAMOS AL FINAL.

Espero les haya gustado esta historia tanto como a mí me gustó escribirla.

Besos <3