Thirteen

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Qué? -pregunté, parpadeando un par de veces seguidas.

Pero Mr. Mafia solo se quedó en silencio, mirándome como solo él me miraba, hasta que, como si nada, continuó revisando la carta.

-¿Cuál fue ese problema que te ha enfadado tanto? -me preguntó entonces-. Por el que has tenido que ir a un bar y arriesgarte a que me enfadara mucho contigo...

-Ah, emh... sí. Fue culpa del director, Thomas, el que me llamó el domingo -empecé a decir, y, cuando tomé carrerilla, no pude parar-. Verás...

Se lo conté todo desde el principio, desde el momento en el que había descubierto la famosa saga adolescente, había comprado los derechos y había encargado el guión. Solo frené en las breves interrupciones en las que el camarero llegó para anotar la comanda, cuando volvió con el vino que Mr. Mafia le había pedido, y cuando, finalmente, nos trajo la comida y nos deseó «bon apetite».

Il mio capo escuchó todas mis quejas en silencio, sin interrumpirme, mientras yo le explicaba como había terminado conmigo despidiendo a Thomas por todo lo alto. Incluso llegué a adornar un poco la historia, solo para darle un toque más dramático y efectivo.

-Le puse en la lista negra, así que, si quiere volver a trabajar en Corea va a tener que comer muchas, muchísimas pollas por el camino -y sonreí.

Mr. Mafia terminó de masticar el pedazo de bistec que se había llevado a la boca y, tras beber un trago de vino, me preguntó:

-Esa saga no será Medianoche, ¿verdad?

Me quede unos segundos en silencio y entonces se me escapó una pequeña sonrisa.

-Sí... ¿por qué? ¿Eres fan de las novelas...? -ahí me mordí el labio inferior porque no necesité verle la cara para saber que no le haría ni puta gracia.

Mr. Mafia se tomó un buen momento para intimidarme con sus ojos de pantera antes de volver a preguntar:

-¿Conoces a la escritora?

-No personalmente.

-¿Podrías conseguir un libro firmado y dedicado?

Fruncí el ceño y ladeé un poco el rostro, quedando con mi tenedor a medio camino de la boca.

-Sí, podría... -afirmé-. ¿Quieres uno?

Il mio capo no respondió al momento, por supuesto, sino que cortó otro trozo de la jugosa carne poco hecha y se la llevó a los labios. Tras masticar y tragar, respondió:

-Sí.

-Oh... Pues, mañana mismo busco su número y hablo con ella. ¿Lo quieres dedicado a Il mio capo, signore o padrino? -había algo en todo aquello, en la idea de que Mr. Mafia fuera fan de una saga de vampiros adolescentes, que me resultaba terriblemente gracioso.

Grazie, Amore.(Jikook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora