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-¡Padre!, ¡madre!, ¿dónde está padre?- pregunto asustada a mi madre mientras intentamos evitar y ocultarnos de los soldados que nos atacan

-No lo sé pero debes esconderte, vete, escondete bien, yo te buscaré, no te preocupes- asiento no muy segura y voy en busca de un refugio y encuentro un carruaje derribado y vacío, me meto en lo más profundo con la esperanza de no ser descubierta, pasa el tiempo y los gritos han cesado, de repente empieza a hacer calor y el techo que me cubre se cae sobre mí y comienzo a gritar

-¡Ayuda por favor!- grito lo más alto posible mientras toso por el humo- ¡socorro, por favor!-

-¡Aquí hay alguien!- dice alguien desde fuera y sigo pidiendo auxilio, veo que alguien entra y consigue liberarme y tomarme en brazos mientras me saca de ahí, me aferro a sus brazos con temor

-¿Quién es?- veo que pregunta un hombre de cabello color blanco, de piel blanca y que no me gusta su presencia

-Es una niña, mi señor, es la única superviviente- informa el que me ha salvado-¿ quiere que me deshaga de ella?- ante eso empiezo a temblar de miedo por mi vida

-No por favor, mi señor, haré lo que sea, seré lo que desee, pero por favor no me mate, se lo ruego- suplico en un mar de lágrimas, creo que eso le ha conmovido

-Dadmela, la llevaré con mi Reina, que ella decida qué hacer con la niña- me carga sin ningún cuidado frente a él sobre su caballo y siento que me cubren con algo cálido y veo una capa bastante grande- seguro que tendréis frío- dice de forma indiferente

-Gracias, mi señor- consigo pronunciar

El corcel comienza la marcha sobre los restos de los que una vez formaron parte del pueblo en el que estaba viviendo con mis padres y nos alejamos de la zona recientemente atacada.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que nos alejamos de ahí y nos acercamos a un imponente y oscuro castillo de altas murallas. El hombre que me lleva se baja y ayuda a hacerlo y en cuanto toco el suelo me percato que estoy descalza y me he hecho daño y parece darse cuenta de esto ya que vuelve a cargarme en brazos y entra en el enorme castillo, recorre largos pasillos hasta llegar a lo que parece el salón del trono y se detiene al entrar.

-Mi reina- dice con suavidad antes de avanzar

-¿Qué traes contigo Finn?- la voz de la mujer me hace estremecer

-He traído a la única superviviente de la aldea del reino que hemos conquistado, ha rogado por su vida y ha dicho que está dispuesta a hacer lo que sea, la he traído para que decidas qué hacer con ella- comunica dejándome en el suelo y agacho la cabeza con timidez

-Acercaos pequeña- muy insegura camino hacia ella y me detengo a una distancia prudente- ¿cómo te llamas?-

-Calíope, mi reina- contesto con un hilo de voz mientras juego con mis dedos con la cabeza agachada

-¿Cuántos años tienes?-

-10, mi reina-

-¿Sabes algo de tus padres?- niego con tristeza- ¿a qué se dedicaban?-

-Madre era bailarina del rey, me enseñó y sé todo lo que ella sabía, también en el pueblo decían que era una bruja, y padre era un soldado cazador, él decía eso y me enseñó un poco- digo lo que recuerdo

-¿A sí que sabes luchar?-

-Un poco, mi reina-

-Instruidla con los mejores soldados de todo tipo de armas- le comunica al peliblanco- quiero que viva con los criados y que esté dotada de estudios-

-Como ordenes, mi reina- habla por fin

-Gracias, mi reina- le agradezco al perdonarme la vida antes de irme junto al hombre que me ha traído

Desde ese entonces me he criado así, ahora mismo soy la única mujer y la mejor que sabe dominar cualquier arma. He ido siempre a cada reino que he ayudado a conquistar desde ese entonces y me he ganado el respeto de todos en base a lo que he demostrado. Ahora mismo me estoy preparando para un gran momento de mi vida, puesto que voy a ser nombrada con un alto cargo, me coloco mi armadura que yo misma he hecho y diseñado a mi gusto. Camino hasta el patio principal donde están algunos soldados importantes y me quedo en primera fila con mirada al frente a la espera de que mi reina haga acto de presencia sin decir nada.Comienza a hacerse el silencio y se escuchan unos pasos y se detienen frente a todos.

-Dad un paso al frente Calíope- dice la mujer y obedezco, me paro frente a ella y pongo una rodilla al suelo con la cabeza agachada- por tus 9 años bajo mi orden, siempre fiel y obediente, yo te nombro capitana y mi guardia personal, velarás por mi seguridad y obedecerás mis órdenes , ¿estás dispuesta a tomar este cargo?-

-Sí mi Reina, os protegeré hasta el final de vuestro reinado o hasta que mi vida se acabe protegiéndoos- hablo con firmeza, toma una espada y la posa sobre mi hombro y en el otro

-Poneos en pie, mi fiel capitana- eso hago y me giro frente a todos que celebran mi nombramiento- acompañadme, os quedaréis en otro lugar- asiento con la cabeza, desde que me permitió vivir no he tenido la osadía de alzar mi vista para verle el rostro

Mi ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora