11

1.2K 113 4
                                    

-¡Largo de aquí!- ordena y el hombre sale corriendo del cuarto, consigo ver que camina de un lado a otro pensando lo que puede hacer- ya sé- se acerca al espejo dorado que tiene a un lado del cuarto- espejo, espejo mágico, dime una cosa, ¿qué le ocurre a mi guardiana?- no me creo lo que estoy viendo, es como si una masa dorada descendiera del espejo y comience a tomar forma de un hombre encapuchado

-Me temo mi señora, que vuestra guardiana se agota, a cada momento que pasa su vida se acorta puesto que su fuerza necesita de otras, para seguir con vida debe consumir la fuerza de tantos seres de gran fortaleza encuentre más poderosa será, mi reina- dice con voz profunda

-Eso quiere decir que debe arrebatarle su fuerza a otros, ¿pero cómo?- se pregunta a sí misma

-Eso bien conocéis vos mi señora- le aclara el espejo y parece que entiende lo que quiere decir

-¡Guardia!- prácticamente grita y aparece un soldado- tráeme de inmediato a los hombres más fuertes que dispongas de inmediato- asiente y se va casi corriendo, se acerca a mí y toma mi mano- te pondrás bien, ya lo verás- intenta tocarme pero consigo evitarlo

-N-no qu-quiero qu-quitaros vu-vuestra fu-fuerza- logro pronunciar

-No lo harás porque no es lo que deseas, tienes que desearlo para conseguirlo- al poco tiempo entran varios hombres musculosos y fuertes que nos ven confundidos, con fuerza logra sostenerme en sus brazos y me acerca a ellos- cierra la puerta con seguro- el soldado confundido asiente y obedece- que uno se acerque y tome su mano, es una orden- dice demandante, uno de ellos se acerca y toma mi mano y ante mi anhelo de conseguir fuerza veo que se va debilitando y envejeciendo de forma muy rápida mientras que yo me encuentro mucho mejor, el hombre se queda muy débil, casi como un anciano flacucho y en los huesos, me pongo en pie y los tres que quedan me ven con temor, intentan tirar la puerta abajo pero me adelanto y tomo del cuello o por donde entre directamente en contacto con su piel y absorbo toda su fuerza hasta dejarlos a todos como al primero de ellos, una vez hecho esto me encuentro mucho mejor- ¿cómo te sientes?-

-Mejor, mucho mejor, incluso más de lo que recuerdo- digo fascinada y me asombro al verme al reflejo del espejo y verme más tonificada y definida que antes, incluso diría que hasta más bella

-Veo que hasta afecta tu belleza, te ha hecho mucho más hermosa de lo que ya lo eras antes- ese comentario me toma de sorpresa haciendo que me sonroje bastante pero algo pasa por mi cabeza

-Pero si ahora, según has dicho, soy más hermosa, tendrías que consumir mi belleza para tener más poder, si así lo necesitas, no dudaré en sacrificar hasta mi última gota de vida- digo decidida y me ve con gran asombro

-Eso jamás, no lo hice en su momento y no lo haré nunca, tú eres intocable Calíope, jamás te pediría algo semejante- me ve a los ojos para que vea que es verdad

-Mi oferta y mi entrega sigue en pie hasta el último de mis días- declaro decidida

-Es por eso que eres mi mejor soldado y la única a la que pondría mi vida en sus manos, junto con mi hermana- vuelvo a sonrojarme bastante y eso parece divertirle un poco- vamos a prepararnos para el día de hoy y recuerda que esta noche ponemos en práctica tu magia-asiento mientras me vuelvo a vestir con la ropa de anoche-

-Gracias por lo que estás haciendo por mí, de verdad- le confieso poniéndome las botas

-Es lo menos que podría hacer por mi guardiana y la mujer que daría la vida por mí sin dudar en ningún momento- sonríe y vuelvo a notar que me sonrojo por lo que me apuro a terminar de vestirme y una vez ya estoy lista me acerco a los cuerpos ya inertes de los que antes eran soldados fuertes

-Voy a encargarme de ellos- asiente y como si nada los agarro por sus ropajes más grandes que ellos y los arrastro fuera del cuarto, se cierra la puerta y le encargo a un soldado que se encargue de deshacerse de ellos y confundido obedece, sigo mi camino y veo a unas sirvientas en la puerta de mis aposentos por lo que me acerco y se sorprenden al verme- ¿qué ocurre?-

-Su majestad ha ordenado que vuestras cosas sean llevadas a los aposentos que se encuentran al lado del suyo, entonces le estábamos esperando, mi señora- hace una reverencia

-Esperad un momento a que recoja mis cosas y podéis llevaros la ropa que tengo- asienten y entro en mi cuarto, recojo tanto mis materiales como mis armas y las guardo en sacos o en cajas antes de sacarlas como si nada ya que a mi parecer no pesan nada en absoluto- ya pueden llevarse la ropa, yo llevaré esto al cuarto- vuelven a asentir y hago lo dicho, después cuando ya han traído mi ropa me doy un baño rápido antes de cambiarme y bajar a desayunar algo antes de hacer lo mismo que hacíamos en el otro castillo hasta el anochecer, cenamos y esta vez me hace esperarle en el establo, cosa que hago confundida, no sé qué hora puede ser, pero sólo sé que es algo tarde y muchos deben de estar durmiendo o a punto de caer dormidos, escucho pasos acercarse y agarro la empuñadura de mi espada por si acaso pero me relajo al ver que es mi reina quien se acerca- buenas noches- hago una leve reverencia y la veo algo molesta

-¿Qué he dicho de lo que debes hacer cuando estemos solas?- suspiro dejando caer mis hombros

-Lo siento, es la costumbre- trato de justificarme- ¿por qué hemos venido a aquí?- trato de cambiar de tema

Mi ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora