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Seguimos hablando de otras cosas hasta que se hace tarde. Van pasando los días y nos llega la noticia de la declaración de guerra, el informante nos ha dicho que planean atacar en tres días, así que yo de inmediato preparo a todos los soldados tal y como lo habíamos planeado y cuando llega el momento de marcharnos lo hacemos bajo la esperanza de victoria de todo el reino, obviamente he tenido que partir con ellos al ser capitana por mucho que no me guste la idea de tener que dejar sola a Ravenna pero esto es por ella y por todos. Llegamos al bosque y al desfiladero y acordamos que en cuanto nos vean y el último de todos en pasar por la zona de una señal que todos sabemos empiezan a disparar flechas y después en el bosque comienza la verdadera batalla y yo usaré mi magia. Yo iré con el escuadrón de señuelo para poder absorber la fuerza de algunos enemigos para una vez llegados a la zona del bosque poder usar mi magia. Como lo había visto venir están en su territorio con el general del ejército del rey Edward esperándonos y cuando creen que nos van a tomar por sorpresa doy la señal de retirada cuando han salido los escuadrones de los francos y yo soy la última en entrar en el desfiladero para así de forma discreta tomar la fuerza de un par de ellos, doy la señal y me cubro con mi escudo para no recibir ningún daño. Llegamos a la zona de los árboles y bajo de mi caballo para dejarlo suelto, me escondo entre los árboles y cuando se acercan comenzamos a defendernos y acabar con ellos sin piedad alguna, también uso mi magia haciendo que las ramas y raíces de los árboles ataquen a los humanos enemigos, algunos llegan hasta mí pero acabo con ellos de inmediato recibiendo algunos golpes y heridas pero nada de gravedad. Pasan las horas y sólo quedan algunos con vida y decido dejar sólo uno con vida para que le de el mensaje al rey de que no podrá con nosotros, tras celebrar nuestra victoria atendemos a los heridos antes de ponernos en marcha hacia el castillo. Tardamos desde que salimos una semana más o menos puesto que está lejos el reino pero ha valido la pena. Llegamos al castillo bajo los vítores de alegría por nuestra victoria y aunque cansada y herida voy donde está mi reina, llego al salón del trono y hago una reverencia.

-Hemos ganado esta batalla, ya no nos volverán a desafiar, mi reina, habéis ganado- le anuncio con seriedad

-Bien hecho, sabía que me haríais sentir orgullosa, ahora descansad y volved con vuestras familias- le dice a los demás que me acompañan y se retiran hasta dejarnos solas, en cuanto cierran la puerta y los guardias se han retirado yo me dejo caer agotada a un lado, ella se acerca y me rodea con sus brazos- me tenías muy preocupada, menos mal que has vuelto-

-Te dije que ganaríamos y que volvería contigo y una promesa es una promesa que se debe de cumplir y yo siempre cumplo mi palabra- sonrío levemente

-Debes estar agotada, vamos para que te tomes un baño y atender como es debido tus heridas- me ayuda a ponerme en pie

-Gracias por decir que huelo mal- aprovecho para molestarle un poco y pone los ojos en blanco mientras niega divertida, me acompaña a donde están nuestros cuartos pero cuando voy a entrar al mío me detiene y me lleva al suyo- ¿qué pretendes hacer?- pregunto divertida

-Pues atender a mi guerrera como se merece- contesta con obviedad y entramos en el cuarto de baño donde veo que la bañera ya está preparada con agua caliente

-Veo que ya lo tenías todo preparado- me ayuda a quitarme la armadura y la deja a un lado, después hace lo mismo con mi ropa hasta dejar expuesto mi magullado cuerpo con heridas y algunos hematomas al igual que en la cara, me ayuda a entrar puesto que me duele todo el cuerpo y al entrar en contacto con el agua caliente siento mis músculos relajarse y hago mi cabeza hacia atrás aprovechando con la misma para mojar mi melena

-Hazte un poco para delante- le miro confundida hasta que la veo desnuda y entiendo su intención por lo que hago lo que ha dicho y ella se sienta tras de mí y hace que mi espalda se apoye en ella- lo he pensado y me has demostrado que mereces un puesto mejor al que tienes ahora, ¿qué te parece?- me giro para verla

-Mientras pueda estar a tu lado me conformo,me da igual lo demás- alzo un poco mis hombros y cierro los ojos por las caricias que me está dando en los brazos 

-¿Qué te parece mi general y mi mano derecha, la mano derecha de la reina?- abro un ojo para verla

-¿Mano derecha de la reina?, ¿eso existe?, además, ¿qué sería en sí ese puesto?-

-Sí existe pero no había encontrado a nadie con la capacidad de ese puesto hasta ahora y lo que tienes que hacer es básicamente permanecer a mi lado y aconsejarme y ayudarme en algunas cosas referentes al reino- acaricia con cuidado mi rostro y al tener la mano mojada un par de gotas de agua caen en las heridas que tengo, una de ellas es en el labio superior y otra es justo por encima de la ceja izquierda y termina en la mejilla- esos brutos te han hecho mucho daño-

-No te preocupes querida, me he encargado de ellos, están más que muertos- le resto importancia y me ve con sorpresa- ¿he dicho algo malo?-

-En absoluto, es sólo que me ha sorprendido que me llames así-

-Si no te gusta puedo no decirlo más- me encojo de hombros

-No, no es eso, es sólo que me tomó por sorpresa y me parece muy dulce que me hayas llamado así, nada más y me ha gustado- sonríe y siento mis mejillas arder- ahora deja que curo esas heridas de tu hermoso rostro- posa uno de sus dedos sobre mis dos heridas y siento cómo se curan pero la veo fruncir el ceño- qué raro, han dejado cicatriz-

-No pasa nada, así me hacen ver más dura e intimidante- digo lo primero que se me pasa por la cabeza

-Supongo que sí, pero yo no te vería así nunca- me da un beso en la frente y sonrío- venga, vamos a terminar de bañarnos para que te acuestes a descansar- entre las dos terminamos de lavarnos y una vez hemos terminado ella se envuelve con una bata blanca y a mí me deja una grisácea antes de salir del cuarto de baño y hacerme sentar en su tocador- deja que te cepille el cabello- sin yo decir algo comienza a cepillar con cuidado mi larga melena y quitar los nudos que se me han creado- ¿no has pensado en cortarte el pelo?-

-Sí, últimamente sí, lo tengo demasiado largo y en la batalla me estuvo estorbando bastante, tal vez ya sea hora de cambiar un poco las cosas, si quieres puedes cortarlo como quieras- me ve sorprendida

-¿Estás segura de querer que lo haga yo?-

-Claro, confío en ti y sé que no me dejarás horrible como seguramente me habría dejado yo sola- se ríe un poco antes de sacar de unos cajones unas tijeras

-De acuerdo, pero cierra los ojos- asiento y hago caso, siento cómo tira levemente de mechones antes de escuchar cómo corta el cabello y no puedo evitar pensar en los años que he estado sin cortarme la melena hasta ahora y en todo lo que he vivido hasta el momento y creo que esto es un cambio importante para mi vida, sigo metida en mis pensamientos sin percatarme de lo que está haciendo- creo que ya está, no soy profesional, pero creo que me ha quedado bien, ya puedes abrir los ojos- los abro poco a poco para verme ahora con el pelo muchísimo más corto que antes, parece como el corte de hombre pero con una mata de cabello corto que cae hacia la izquierda y que está en la zona central de mi cabeza dejando toda mi nuca y parte trasera con el pelo moderadamente corto y los lados también están igual de cortos, veo en el suelo el resto de mi cabello- ¿Y bien?, ¿qué te parece?-

Mi ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora