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-Veré lo que hay dentro, tal vez incluso hay un cuervo y una rosa, ¿quién sabe?- alzo mis hombros antes de comenzar con mi labor, llega Finn y se sienta frente a nosotras, a pesar de estar entretenida tallando presto atención a todo lo que se habla y doy mi opinión, se trata de que ya va siendo hora de irnos a otro reino y por lo que significa tener que seducir a otro rey y esa idea no me gusta, pero no me queda de otra que aceptarla

-Esta vez seremos nosotras siendo esclavas, acabaremos con el ejército antes de que el ejército del rey Leopold llegue y nos encuentre, nosotras nos encargaremos de conseguir su confianza y yo de su corazón para así quedarme con su reino- explica mi reina y me mira en busca de aprobación y yo un poco molesta asiento para confirmarle mi apoyo mientras sigo con lo mío hasta que se termina la reunión y yo con mi pieza finalizada

-Si me disculpan, he de retirarme ya que me pidieron ayuda con los nuevos reclutas y di mi palabra de ayudarles- les hago una leve reverencia antes de salir de allí e ir al patio de entrenamiento que hay en las caballerizas, cojo varias cosas y las preparo para los novatos, me quito el chaleco que llevo sobre el corsé que tengo y sin camisa debajo puesto que tengo calor y llegan los nuevos, no sé cuánto tiempo paso instruyéndolos y presionándolos para que sean mejor pero sin llegar a enseñar todo lo que sé hacer, cuando termino con ellos decido quedarme con los muñecos de entrenamiento mientras le doy golpes con una lanza distrayendo así mi mente para no pensar mucho las cosas, una vez me encuentro un poco cansada paro y me percato de que ya ha anochecido

-¿Mi señora?- miro a un lado para ver a uno de los criados intimidados por mi figura imponente, le hago una seña para que hable- su majestad solicita de vuestra presencia en sus aposentos de inmediato, dice que no podéis deteneros en ninguna parte, sólo id a allí- 

-Está bien, gracias- asiente y se va casi corriendo, recojo todo lo que he usado y tomo una toalla para mientras me dirijo a mi destino me seco el sudor no sólo del rostro sino también del cuello y algunas partes del cuerpo, llego frente a la puerta y antes de mis nudillos rozar la madera esta es abierta y entro para ser cerrada con la misma, intento hacer algún movimiento cuando soy sorprendida al ser estampada de espaldas contra la pared, abro los ojos puesto que los cerré de la sorpresa y grande es la mía al ver que quien me tiene en esta situación es Ravenna bastante cerca a mi rostro haciendo que me ponga otra vez nerviosa- ¿Ravenna?-

-He notado que antes estabas molesta por algo que dije, ¿por qué ha sido?- pregunta directamente mientras presiona mi cuerpo contra la pared con el suyo

-No es por nada, no te preocupes- trato de restarle importancia e intento separarme pero me retiene esta vez sujetando mis muñecas y alzándolas sobre mi cabeza

-¿Me vas a hacer sonsacarlo de tus labios?- su mano libre se posa en mi cintura y se me ocurre la idea de usar mi fuerza para alejarla, se acerca a mi oído y siento sus labios rozar mi piel- ni te atrevas a usar tu fuerza contra mí, lo lamentarás si lo haces- suspiro frustrada por ello y sonríe con satisfacción- ¿no me vas a decir todavía el porqué estabas así?- niego con la cabeza

-He sido preparada para no decir nada por mucha tortura que me hagan, no soltaré prenda- arquea una ceja con diversión

-Ya, pero ¿te han preparado para todo tipo de tortura?- su mano asciende de mi cintura por mi costado, marcando con la misma la forma de mi busto hasta quedar a mitad del corsé y sigue subiendo hasta entrar en contacto con mi piel- veamos qué es lo que pasa cuando tu coraza empieza a derrumbarse dejando descubierta la carne bajo esta- se acerca mucho más y pasa a dejar besos por mi cuello al igual que su mano libre pasa ahora a mi espalda y se dirige a las ataduras del corsé- ¿aún te me resistes?, veo que eres dura, pero sé cómo derribarte- noto que tira de la cuerda y mi prenda se afloja y comienza a aflojarse cada vez más, con cada movimiento su mirada va descendiendo y ascendiendo de mi piel a mi rostro y yo sigo con la mirada y las facciones iguales aunque sigo nerviosa- ¿así que esto no consigue que sueltes la lengua?, tendré que usar otro método- dice cuando se ve mucho más de mi busto, piensa algo mientras sigue reteniéndome así y parece que se le ha ocurrido algo, suelta mi cintura y escucho el sonido de la puerta ser cerrada con llave y después sacada de la cerradura- pues hasta que no digas nada no saldrás de aquí bajo ningún concepto- se aleja mientras me muestra la llave, alzo mis hombros sin restarle importancia, vuelvo a ajustarme el corsé y me dispongo a entrar a mi cuarto por la puerta que conecta nuestros aposentos pero cuando se supone que estoy delante veo que no está y que sólo están los ladrillos- ¿qué te creías?, ¿que iba a ser tan fácil?- escucho que se ríe y yo suelto un bufido frustrada- ¿te rindes?-

-En absoluto- sonrío con orgullo y termino de ajustarme el corsé- si me disculpas me voy a poner cómoda- me siento en el diván casi acaparándolo entero al estirarme en él para ponerme cómoda, cierro los ojos mientras pongo mis brazos tras mi cabeza, pero los vuelvo a abrir un poco un ojo y ver que me está mirando-¿ocurre algo?- 

Mi ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora