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-Otra cosa que quiero hablar contigo, tu magia, me interesa saber qué precio requiere para usarla, la mía como bien sabrás requiere de la belleza y mi fuerza, pero en ti no he visto ningún cambio físico, ¿las pocas veces que has usado tu magia has sentido algo diferente en tu cuerpo?- trato de hacer memoria 

-Creo que no, supongo que el tener más hambre y estar cansada es algo normal pero no he tenido la necesidad salvo lo básico para poder reponerme, supongo que tendré que ponerme a prueba para ver qué es lo que necesito para ello- argumento mientras poso una mano en mi barbilla pensando en voz alta

-Tal vez eso pueda funcionar, ¿te parece si mañana por la noche empezamos con tu entrenamiento?, esta noche sólo quiero comprobar una cosa-

-Está bien, es mejor así para no llamar la atención de nadie- digo antes de ver que se levanta y se acerca a mí con su mirada azulada sobre la mía, me pongo cada vez más nerviosa al ver cómo se acerca cada vez más y más y cuando menos me lo espero la encuentro sentada sobre mi regazo- ¿m-mi señora?- pregunto confundida y siento mi rostro arder hasta las orejas

-¿Por qué tan nerviosa querida?- su voz suena un poco más grave y posa su mano sobre mi mejilla, no puedo evitar que mi respiración se acelere al igual que los latidos de mi corazón-¿ acaso es por mí?- no sé qué contestarle, tengo un nudo en la garganta que me impide pronunciar palabra- si tu magia viene de tus emociones, si yo acabo herida, ¿usarías tus sentimientos para poder curar cualquier herida?-

-M-mi señora, usaría hasta la última gota de mi magia si pudiera por salvaros- consigo pronunciar sin apartar la mirada de sus cautivadores ojos, se acerca cada vez más hasta estar a escasos centímetros de mi rostro y su otra mano pasa a mi cintura

-Veamos si es verdad- dice antes de yo verlo venir y coge una daga de mi cinturón y se levanta de encima dejándome ver el arma en su mano- a ver si es verdad lo que dices- sin verlo venir se clava en su abdomen la daga y la veo quejarse, ella flaquea y se va a caer pero la sostengo antes de que su cuerpo caiga al suelo

-Por los dioses, ¿en qué estabas pensando Ravenna?- digo preocupada mientras veo que su vestido blanco comienza a aparecer una mancha roja- ¿no has consumido belleza desde la última vez?, con razón no puedes curarte- me aparto como puedo las lágrimas

-Un motivo más para que uses tu poder- sonríe levemente

-Déjame que diga una grosería, pero estás loca- consigo levantarme con ella en brazos y la recuesto sobre la cama con cuidado, paso mis manos sobre la zona herida- vale, vale, yo puedo hacerlo- trato de animarme a mí misma, posa sus manos sobre las mías y la miro a los ojos

-Tú puedes hacerlo, cree en ti, como yo lo hago- asiento y cierro los ojos y me centro en su herida, siento mi ojo izquierdo comenzar a arder pero no de forma dolorosa, los vuelvo a abrir y un brillo dorado comienza a salir de mis manos y veo su herida comenzar a cerrarse hasta que su piel queda como nueva, me separo cansada y apoyo la cabeza sobre el borde de la cama ya que a todo esto he estado agachada- lo has conseguido Calíope- sonríe mientras se levanta

-T-todo porque estés bien- digo cansada- ¿estás bien?- alzo la mirada como puedo ya que me siento débil y casi sin fuerzas

-Eso debería preguntarlo yo, ¿qué es lo que sientes ahora?- pregunta mientras me ayuda a sentarme a su lado

-M-me siento cansada, débil y sin fuerzas, es muy raro- digo intentando mantenerme despierta

-Creo que es porque este tipo de magia absorbe tu fuerza, creo que lo mejor será que descanses- asiento y me pongo en pie pero me mareo y necesito sentarme otra vez- será mejor que te quedes aquí por esta noche, tu cuarto está lejos de este y aún no han preparado el que conecta con este-

-N-no hace f-falta, intentaré ir yo so-sola- consigo decir y cuando trato de levantarme ella vuelve a detenerme

-Sí hace falta, como tu reina te ordeno que te quedes aquí- le miro con gran asombro- ¿te vas a atrever a desobedecer mi orden?- me mira desafiante pero a la vez segura de que no lo haré, me trago mi orgullo y agacho la cabeza

-No, jamás lo haría, majestad- 

-Sabia decisión- sonríe con satisfacción, se acerca otra vez y la veo comenzar a quitarme la gabardina

-¿Qu-qué hace?- pregunto avergonzada mientras me alejo

-Pues ayudarte a ponerte cómoda, por supuesto, no pienso permitir que duermas incómoda, no sería lo justo para quien me ha salvado- dice como si fuera lo más obvio- déjate ayudar por una vez- vuelvo a tragarme mi orgullo y me ayuda a quitarme la gabardina, el corsé, las botas y el cinturón con mis armas, después me hace acomodarme a un lado de la cama y apaga las velas a excepción del fuego de la chimenea, después se acerca y se recuesta a mi lado y se queda mirándome, menos mal que hay más oscuridad y mi sonrojo no se ve mucho- buenas noches, Calíope- sonríe levemente

-Buenas noches, Ravenna- cierro los ojos y hago mi mayor esfuerzo por quedarme dormida, cosa que consigo casi de inmediato, cuando vuelvo a abrir los ojos es por una voz que me llama  y trato de abrir los ojos pero me cuesta

-Vamos Cali, tienes que despertar- hago mi mayor esfuerzo por abrir los ojos hasta que lo consigo, al hacerlo veo levemente a mi reina preocupada- vamos, no cierres los ojos, mírame Cali, estás demasiado débil, he pedido ayuda para ver a un médico y nos diga qué te está pasando, estás más débil de lo que estabas anoche- llaman a la puerta y ella abre con rapidez, se acerca un hombre mayor 

-¿Cuándo empezó a estar así, majestad?- pregunta mirándome

-Anoche le ordené que se quedara aquí porque la vi demasiado débil, pensé que al descansar se encontraría mejor, pero cuando desperté la encontré así y he conseguido hace poco que mantenga los ojos abiertos- explica apresurada

-Veré cómo tiene el pulso- posa su mano sobre mi muñeca donde encuentra los latidos y lo veo preocupado- sus latidos van muy lentos, más de lo normal, me temo que no puedo hacer nada, majestad, lo siento mucho- agacha la cabeza disgustado

Mi ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora