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-Ya va siendo hora de ir hacia otro reino, este está pereciendo muy rápidamente y ya llevo aquí por mucho tiempo, os necesitaré conmigo esta vez para conseguir mi próximo reino, ¿me ayudaréis?- pregunta mientras se acerca a mí

-Si vos lo ordenáis yo obedeceré- sigo con la mirada al suelo

-Es curioso, desde que os trajeron hasta mí nunca habéis alzado la mirada y observarme, ¿porqué?- esa pregunta me toma por sorpresa

-Siempre he pensado que sería una falta de respeto ante vos puesto que vos sois la reina y no pretendo haceros pensar que no os respeto o que os desafío, yo sólo soy una simple capitana bajo vuestro mando y que no tiene el derecho de contemplaros- juego un poco con mis dedos con timidez

-Supongo que eres la primera en hacerlo, todos me observan sin mi permiso a excepción de ti, así que dada la situación de que pasaréis más tiempo a mi lado os doy permiso de alzar la mirada y mirarme, además, tengo curiosidad de veros a los ojos, nunca he podido observarlos bien- con timidez obedezco pero por inercia cierro los ojos- abrid los ojos- con muchos nervios lo hago para observar a una hermosa mujer de cabellos largos y rubios, piel blanca, figura bien marcada, rasgos bien definidos y acentuados y unos atrayentes ojos aguamarina, es más alta que yo, intento decir algo pero tengo un nudo en la garganta y me ve con curiosidad- sorprendente, sois la primera persona que veo con ojos diferentes, ¿se trata de alguna enfermedad?-

-No mi señora, según recuerdo que dijo mi madre una vez, su abuela también tenía los ojos como yo, pero no pudo conocerla puesto que la quemaron por ser bruja, es un signo de brujería el tener los ojos diferentes, por eso mis padres no me permitían salir con otros niños, por temor a ser juzgada y condenada a la hoguera, por eso también trato de que no se vea el ojo izquierdo- le relato lo que recuerdo de las palabras de mi madre y me encojo un poco de hombros

-A parte de tener los ojos diferentes, ¿tu madre te contó algo más por lo que le quemaron en la hoguera?- trato de hacer memoria 

-Creo que dijo que según los aldeanos ella hacía pociones o podía cambiar los cambios del tiempo o lo que es la naturaleza, mi madre recuerda verle cuando era pequeña antes de que la descubrieran y según me ha contado la vió caminando por un campo de cultivo y a su paso comenzaron a crecer plantas, ahí fue cuando la pillaron y la condenaron, eso es lo que recuerdo- 

-Es curioso, ¿tu madre tenía alguna de esas cualidades?- niego con la cabeza

-No, pero recuerdo que su abuela le contó que algún día alguien nacerá igual que ella y creo que esa soy yo, pero no he manifestado nada de esas capacidades- le resto importancia al tema

-Nunca es tarde para nada- no entiendo lo que ha querido decir- bueno, lo que se hará para conseguir el próximo reino es que gracias a un espía que he mandado al reino vecino me ha comunicado que pronto conquistarán a una tribu que se les resiste, nos adelantaremos junto a mi hermana y atacaremos a esa tribu y quiero que finjas ser una campesina que necesita ayuda porque tus hermanas están atrapadas, esas seremos mi hermana y yo, sé que irá el rey y captaré su atención por lo que nos llevará a su reino, después haremos lo de siempre a excepción de que permanecerás a mi lado y cuando lo indique irás a por el resto del ejército y lo llevarás al nuevo reino, ¿lo has entendido?- me explica todo lo que se hará con claridad

-Perfectamente, ¿cuándo se hará el plan?- 

-Dentro de cuatro días, partiremos al alba, ellos atacarán por la tarde, iremos al noroeste- asiento confirmando mi comprensión- quiero que supliques permanecer a mi lado pero siendo mi guardiana, tendrás que demostrar tu valor y capacidades en el campo de batalla- 

-Así haré, mi reina- agacho un poco la cabeza- a propósito, no sé cómo lo habéis hecho, pero quiero agradeceros el haber sanado mi herida- hago una reverencia

-No ha sido nada- le resta importancia- ahora quiero que lleves a mi sala del espejo a las dos prisioneras- asiento antes de retirarme y dirigirme a los calabozos a por la muchacha de antes y a por otra joven que según tengo entendido ha intentado robarnos, ambas jóvenes son hermosas pero nada comparado con mi reina ahora que la he visto por fin después de 9 casi 10 años, llego frente a los guardias y me detengo

-La reina quiere a las dos muchachas, vengo a llevárselas- asiente y me entrega la llave maestra y dos pares de grilletes conectados por una cadena, cojo una antorcha puesto que aquí está oscuro y me acerco a las celdas que están una al lado de la otra- la reina os quiere ver, o vienen a las buenas o será a las malas- les digo a ambas, la primera, la que intentó robar con temor se deja poner los grilletes y me sigue y abro la celda de la última que está al fondo de esta- sal de ahí o te irá peor que a tu hermano, no has visto de lo que soy capaz de hacer por lo que mejor que salgas ya- le aconsejo medio amenazo y acaba cediendo,le coloco los grilletes en las muñecas y tiro del extremo de las cadenas para que me sigan- intentad escapar y lo último que verán será el filo de mi espada en vuestras gargantas- asienten con temor y seguimos caminando por los pasillo hasta llegar hasta el lugar indicado, abro un poco la puerta tras haber llamado dos veces- majestad, aquí os traigo a las muchachas- hago una reverencia tras ellas haber entrado

-Bien hecho Calíope, ahora quiero que cerréis con llave la puerta y pase lo que pase, veas lo que veas, obedecedme ante todo y después si tenéis alguna duda yo la aclararé, ¿entendido?-

-Sí, majestad- algo me dice que esto es importante y que me haya permitido seguir aquí presenciar lo que sea que va a hacer es porque confía en mí, cierro la puerta con llave

-Sueltalas- vuelvo a asentir y lo hago, me quedo a un lado de la puerta atenta a todo movimiento, mi reina se acerca a la primera que saqué y le toma el cuello y como si no pesara nada la alza del suelo y su boca se abre más de lo normal y me asombro al ver cómo el joven aspecto de la chica va envejeciendo más y más mientras que el rostro de la reina se va rejuveneciendo cada vez más, la chica de antes horrorizada trata de escapar de algún modo- no dejes que escape, atrápala- obedezco y la inmovilizo desde la espalda dejándola expuesta, la toma del cuello y le hace lo mismo que a la otra y las dos, ahora ancianas no paran de temblar por temor a lo que les pueda pasar- sácalas de aquí- tomo a cada una del brazo y las arrastro fuera de la habitación y le ordeno a un soldado que pasa por aquí que las devuelva al calabozo, en cuanto lo hace entro y le miro con asombro y necesito apoyarme en la pared- sé que tienes preguntas, puedes hacerlas-

-No quiero faltaros el respeto, majestad, pero ¿qué ha sido eso que habéis hecho?- paso mi mano por mi cabello

Mi ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora