-Si eso es lo que quieres no tengo nada que decir, pero tened mucho cuidado por favor- asiento con la cabeza, hablamos un poco más hasta que las dos se retiran, preparo mis cosas y mis armas junto con mi ropa y después de cenar me acuesto a dormir, al día siguiente me levanto antes del amanecer como había planeado, me visto con ropa realmente cómoda para montar a caballo y para si es necesario, luchar, salgo con cautela y desayuno algo rápido al igual que meto en mi zurrón un par de manzanas rojas por si acaso, me voy al establo donde me encuentro a Freya ya preparando a su caballo, el mío es completamente negro como la noche y el de ella es de un color café bastante claro
-¿Estás preparada?- pregunto mientras termino de preparar mi caballo
-Sí, ¿y tú?- mientras se dispone a subir, pero la detengo y me mira confundida, saco de mi bota una daga
-Quiero que tengas esto por si acaso- se lo entrego- por si en en algún momento nos atacan o nos intentan emboscar puedas defenderte, ¿con qué mano escribes?- me ve confundida, doy un paso adelante y ella retrocede y veo que es diestra, le pongo la daga en la mano derecha y alzo su brazo izquierdo- bloqueas con el izquierdo y con la derecha le clavas la daga hasta el corazón y mientras le miras a los ojos, no la saques hasta que no veas el brillo de los ojos desaparecer, así podrás defenderte y sobrevivir, ¿lo has entendido?-
-Sí, gracias Calíope- asiento antes de ayudarle a subir y yo hacer lo mismo, me pongo la capucha de mi gabardina y salimos del establo y del reino con la misma, no vamos demasiado rápido no sólo para prestar atención a lo que nos rodea ya que está todo oscuro, sino que también para no abusar de los corceles y se cansen, pero tampoco vamos muy despacio para que no se nos haga tarde, también voy mirando el mapa de vez en cuando por si acaso no perdernos, cuando ya ha amanecido seguimos por el camino observando todo lo que nos rodea, pero cuando nos detenemos cerca de un río para que los caballos descansen y beban algo al igual que para rellenar nuestras botellas escucho ruido y mi nariz percibe el olor de algo quemándose
-Quédate aquí y no te muevas de los caballos, ahora vengo- digo rápido antes de pegar un fuerte salto para cruzar el río y corro hacia donde viene ese olor, veo una choza empezandoa arder en llamas provocadas por unos hombres que se están riendo a más no poder, voy corriendo y entro en la casa- ¿dónde están?- hablo bastante alto mientras cubro mi boca y nariz con un pañuelo para no respirar el humo
-¡Arriba!- subo con agilidad las escaleras y tiro de una fuerte patada la puerta y encuentro tras esta a una mujer y un hombre con una niña en brazos inconsciente-¡ ayuda por favor!-
-Venid conmigo- les doy mi mano y la mujer la toma y le guío y también ayudo al hombre ya que está herido en la pierna, llegamos a las escaleras estas se desmoronan justo cuando atraigo a la mujer que iba a bajar- yo les bajaré, no se preocupen- los dos asienten y tomo de un brazo a la mujer y consigo hacer que cuelgue y con cuidado la suelto y se queda para ayudar al hombre, y sólo quedo yo con la niña, salto protegiéndola con mi cuerpo y hay escombros que tapan la puerta de salida, les doy a la niña y levanto los escombros sobre mi cuerpo para dejarles un hueco para que salgan- vamos, salid, salid- obedecen y cuando lo hacen yo lo hago justo cuando se derrumba la casa, toso un poco al estar asfixiada por el humo y recibo un golpe que me molesta bastante, cuando logro divisar el culpable es uno de los hombres que incendiaron el hogar
-Pedazo de zorra, ellos merecen morir- dice uno de ellos mientras me golpea aprovechando que estoy un poco desubicada por el humo que aún tengo en los pulmones y el dolor de la quemadura en mis hombros, haciendo que me moleste bastante, los demás hombres aprovechan para golpearme mientras que los que he salvado intentan ayudarme pero están débiles
-¡Dejadla en paz!- grita una voz conocida que se acerca
-¡No, vete de aquí!- le digo como puedo
-Vaya, vaya, veo que tenemos otra zorra justiciera por aquí, habrá que enseñarles quien manda- dice otro y veo que se disponen a acercarse a ella y eso hace que me cabree, escucho los sonidos de truenos acercarse bastante rápido
-¡Dejadla!- les ordeno mientras lucho para liberarme, pero me tienen retenida entre cuatro ya que tengo bastante fuerza, escucho que le dan un golpe y ese ha sido mi límite- ¡aaaahhhh…!- grito hecha una furia liberándome de mis opresores y tirándoles al suelo- he dicho que la dejéis en paz- alzo los brazos por instinto y veo unas raíces salir del suelo y atravesarlos como si nada y acabo con todos y cada uno de ellos y cuando ya está me dejo caer
-¡Calíope!- se acerca Freya preocupada y se arrodilla a mi lado- ¿estás bien?-
-Eso debería preguntarlo yo, pero sí- me ayuda a levantarme y nos acercamos a la familia- ¿estáis bien?- les miro preocupada
-Sí, mi señora, gracias, pero nuestra hija no despierta, hemos hecho de todo pero no lo hace- me acerco a la niña acostada en el suelo y miro que no respira, algo en mi interior me dice que saque el humo de sus pulmones, por lo que abro su boca y siento mis ojos arder mientras paso mi mano por su boca y veo el humo salir de su boca y nariz hasta que ya está y ella comienza a toser con fuerza
-Tranquila, ya está, respira despacio- acaricio su espalda y hace caso, sus padres se acercan y le abrazan
-Gracias mi señora- agradece su madre con lágrimas en los ojos, el ruido de los escombros quemándose llaman mi atención, mi instinto me guía y hago que llueva sobre la casa para apagar el fuego y cuando ya está extinto dejo el cielo despejado
-¿Por qué ha pasado esto?- pregunto mientras me pongo en pie como puedo
-Les debíamos dinero, apenas tenemos para poder comer e hice un trato con ellos y no he podido reunir dinero y han decidido acabar con el problema de raíz, mi señora- explica ahora el hombre
-Pues ya no le debéis nada a nadie, no le digáis a nadie lo que habéis visto y tomad- les doy uno de mis pequeños sacos de dinero- id al reino del rey Theodor y hospedaos en una posada y si os preguntan pedid que le digan al rey y a su prometida que os manda Calíope, ellos os ayudarán- digo intentando moderar mi respiración
-Gracias mi señora, que dios os bendiga- dicen los dos emocionados, nos despedimos de ellos y volvemos donde los caballos y cruzamos el río
-No debiste haber ido, juré que no os pasaría nada y os han golpeado- le digo a Freya mientras me quito la gabardina
-Me tenías preocupada y cuando vi que te estaban golpeando tenía que hacer algo- se justifica
-Aún así no debiste hacerlo, pero gracias- digo antes de desabotonar la camisa por la parte alta ya que tengo un corsé encima de esta y logro liberar mis brazos y me meto en el río para calmar el ardor de las quemaduras, no puedo evitar gritar por el dolor al entrar en contacto con el agua helada hasta que me calmo y me siento mejor, así que salgo y me acerco a los caballos- vamos, aún nos queda camino hasta llegar- le resto importancia a mis heridas
-Estás herida, cuando lleguemos pediremos que te atiendan las heridas de inmediato- niego con la cabeza
-No, eso nos retrasaría más, ya iré a por curas cuando regresemos, tenemos que estar devuelta hoy como mucho al anochecer, no más tarde- me subo al corcel y me coloco la camisa con algo de dolor
Seguimos el camino con más rapidez ya que el acontecimiento con aquellos hombres nos ha retrasado, hacemos una leve parada para comer algo que he traído para las dos, al llegar hablo con Finn para acordar todo al igual que con mi grupo de soldados. Al finalizar regresamos al reino antes de la puesta de sol y llegamos al establo, cuando me bajo me mareo un poco y me apoyo en el corcel.
-¿Estás bien?- pregunta preocupada mi acompañante
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Mi Reina
Random¿Alguna vez te ahs parado a preguntar si el villano de la historia con otros es la mejor persona del mundo? ¿Que el malo de la historia tiene a alguien que siempre la protege hasta con su vida? ¿Que le daría su vida a cambio de su bienestar? Bueno...