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-Hola mamá- sin decir nada las dos nos abrazamos fuertemente mientras lloramos de emoción

-Mi pequeña, pensé que te había perdido hace 9 años, hay que ver cuánto has crecido y lo hermosa que estás- me acaricia la mejilla- ojalá tu padre pudiera verte, seguro que estaría muy orgulloso de ti- 

-¿Qué fue de él?- su mirada se entristece y agacha la cabeza

-Cayó al protegerme, luchó contra los soldados para dejarme escapar y pude hacerlo, pensé que tú también habías caído, pero me equivoqué, estás viva y estás aquí, mi pequeña, mi niña- vuelve a abrazarme con cariño

-He pasado por tantas cosas que no sé por dónde empezar, pero debo marcharme ya, sino puedo levantar sospechas o les puedo preocupar, ¿cuánto tiempo vas a estar aquí?-

-Pues en verdad pensaba quedarme según lo que haya ganado, pero no ha sido mucho, tal vez sólo me quedaré esta noche- se deja caer de hombros y se me ocurre una idea, cojo de mi zurrón mi bolsa de monedas y se la doy

-Toma, creo que será más que suficiente para que te quedes mucho más tiempo, no te preocupes, tengo mucho más que esto, mañana nos vemos aquí después del almuerzo, tengo tanto que contarte, pero tengo que irme, estaré aquí mañana, te lo prometo- me voy rápido sin dejarle decir algo y vuelvo corriendo al castillo con mucha ilusión y voy en busca de Ravenna o de Freya y justo las encuentro juntas que me ven extrañadas- tengo que hablar con las dos- asienten y vamos a mi cuarto

-¿Qué ha pasado para que estés tan emocionada?- pregunta la menor de las dos hermanas

-La he visto, la he visto, pensé que la había perdido pero no ha sido así- 

-Calíope, tranquila, estás acelerada, ahora dinos, ¿a quién has visto?- me detiene la rubia

-He vuelto a ver a mi madre, en la plaza, bailando como siempre, pensé que murió hace 9 años pero no ha sido así y fue porque mi padre se sacrificó para que escapara, al principio no me reconoció pero lo hizo al escucharme cantar nuestra canción- les explico con mucha emoción

-¿Te refieres a esa canción que te he escuchado cantar de vez en cuando?- pregunta Freya confusa

-¿Qué canción?- nos mira muy confundida y yo cierro los ojos antes de cantar con el corazón la canción que cantábamos mi madre y yo hasta que termino pero sigo con los ojos cerrados- Calíope, abre los ojos- lo hago confusa y veo que están mirando mis pies y al hacerlo veo que estoy rodeada por plantas verdes y flores

-Wow- digo sorprendida- ¿eso lo he hecho yo?- les miro confusa 

-Sí, con tu canción y seguramente habrá despertado por la emoción de ver a tu madre con vida, tendré que guiarte en tu camino para aprender a controlar tu magia y descubrir si tienes otras cualidades, pero también el precio a pagar por tu magia- posa su mano en mi hombro y asiento- pero me alegro que la hayas encontrado- esboza una leve sonrisa

-Pero recuerda que no debes de llamar mucho la atención para no levantar sospechas, estando los soldados cerca debes actuar con normalidad- me recuerda su hermana y asiento con la cabeza

-He conseguido que se quede más tiempo y hemos quedado mañana por la tarde para ponernos al día, tal vez un día de estos pueda presentársela- les digo ilusionada

-Ya lo veremos, pero todo a su debido tiempo, te ves bien sonriendo tanto, normalmente estás muy seria- opina la mayor

-Mi oficio me obliga a ello, mi señora, pero ya he hablado mucho, ¿cómo va el plan?- bajo más la voz

-Va muy bien, dentro de poco habrá nueva reina- ante esa noticia algo en mí se remueve un poco pero le resto importancia a eso

Pasamos el resto del día con tranquilidad, al día siguiente voy con mi madre según lo acordado y hablamos de todo lo que ha pasado en los últimos nueve años y está muy orgullosa de la mujer que me he convertido, obviamente he omitido muchas cosas para que no se preocupe al igual de para qué reina sirvo y el motivo del porqué estoy aquí, sólo le he explicado que estoy en una misión en la que debo fingir ser hermana de dos mujeres y que a ojos de otros debemos ser sólo dos conocidas nada más, ella a regañadientes y no muy segura lo ha aceptado y estamos recuperando el tiempo perdido al igual que me enseña cosas nuevas como cuando era pequeña. De momento no le he dicho nada sobre mi magia porque no quiero que se preocupe por mí y mi seguridad. Pasan los días y cada vez el plan está yendo mucho mejor, Ravenna pasa bastante tiempo con el rey y este cayendo en sus redes y creo que dentro de poco le propondrá matrimonio, no me gusta mucho la idea, no sé porqué tengo ese sentimiento tan raro, pero trato de pensar en otra cosa o distraerme, es por eso que también ella no ha podido ayudarme con mi magia. He estado dándole dinero de vez en cuando a mi madre para ayudarle, pero últimamente su salud está decayendo y yo paso más tiempo cuidándola, pero no puedo estar mucho tiempo con ella para cuidar su recuperación, es de noche y estoy cuidando de ella cuando de repente entran algunos guardias en el campamento donde mi madre está.

-Por orden de nuestro superior esta mujer debe abandonar este lugar de inmediato- dice uno de ellos

-¿Por qué motivo debe de hacerlo?, además, ¿no ven que está enferma?, si se mueve de lugar es posible que muera- les reclamo 

-Mejor así, una persona menos de la que preocuparse, este campo debe de desalojarse para la celebración próxima de la boda de nuestro rey- se burla en un principio

-Me dan igual los motivos, esta mujer no se moverá de aquí- me paro frente a ellos, de repente rompen las carpas que nos cubren justo comenzando a llover

-¿Y quién lo dice?-

-Lo digo yo, soy la hermana de la futura reina, tocadme un pelo y os arrepentiréis, tocadme un pelo y me aseguraré de que moriréis- esta sentencia los hace reír mientras escucha a mi madre toser fuertemente haciendo que me preocupe mucho más

-Sí claro, y yo soy el mismísimo Sacerdote, ya nos has cansado niña, hazte a un lado o lo haremos nosotros- empiezan a desenvainar sus espadas

-No me moveré de aquí- me planto firmemente en el suelo mientras se escuchan truenos a lo lejos

-Tú lo has querido mocosa- se acercan los 6 soldados dispuestos a vencerme, me abalanzo sobre el primero con mis manos desnudas y le quito su espada, comienzo a luchar con todos ellos mientras somos el centro de atención de muchos puesto que estamos casi en mitad del pueblo y muy cerca del castillo, estoy en un punto en el que acabo de vencer a casi todos, pero no he contado con la presencia de un séptimo hasta que escucho un gemido de dolor y un cuerpo caer al suelo, me giro y veo el cuerpo de mi madre ser rodeado por un charco de sangre proveniente de una gran herida en su abdomen

-¡No!- grito mientras la tomo en brazos

-Así se acaba el problema de raíz- 

Mi ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora