Van pasando los días y con ellos las semanas que se suman en meses en los que mi reina y yo nos acercamos mucho más, no sólo me ha estado entrenando con mi magia, también ha hecho muchas más demostraciones y acercamientos como las de ese día, pero nada ha sido indebido, no han pasado a ser más que unos roces, he estado ayudando con los cultivos del reino para que no pase lo mismo que con el anterior y se levanten sospechas sobre la magia de Ravenna. No hemos tenido que entrar en guerra con ningún reino por ahora, pero no me extraño de que dentro de un tiempo intenten conquistarnos. El estado de Freya ha ido cambiando a medida que su embarazo ha ido evolucionando, su hermana y yo hemos estado pensando en la manera para activar su magia, tal vez rompiéndole el corazón, aunque me cueste admitirlo ya que ella merece ser feliz, creo que es la mejor de las opciones que tenemos. Ya ha nacido la niña y es preciosa, se parece a su madre, ahora yo me encuentro entrenando un poco hasta que el olor a humo llega a mi nariz y alzo la mirada puesto que estoy en uno de los patios internos del castillo y veo que la torre, precisamente donde se encuentra la niña está en llamas, si voy por dentro tardaré más, no me queda de otra que hacer salir las raíces y subir, menos mal que la que ha salido es grande y ancha, subo a esta y logro llegar bastante rápido a mi destino, veo a Ravenna a un lado de la puerta y miro todo quemarse, escucho los rápidos pasos de Freya acercarse y quedarse a nuestro lado entre lágrimas.
-Haz algo te lo ruego- asiento y consigo que llueva en donde está el fuego apagándose y revelando que en su interior está su amante, me acerco a él y lo tomo de los brazos a la espalda-No tenía otra opción, lo siento Freya- se disculpa antes de ver que ella grita de dolor a la vez que su cabello cambia de ser castaño a blanco como la nieve, la temperatura desciende bruscamente y cuando cae de rodillas una línea de hielo se mueve a donde estamos y me da tiempo de apartarme cuando entra en contacto con el causante de esta tragedia y lo convierte en una estatua de hielo que cae y se destruye, ella cae inconsciente y cuando su hermana va a tocarle el rostro esta se siente mucho frío y se separa de inmediato
-Voy a llevarla a sus aposentos- la tomo en volandas sin afectarme el frío y la llevo al lugar donde ella descansa y la dejo en su cama, salgo con cuidado y voy donde se encuentra Ravenna, regresando de la torre incendiada, le miro en busca de algo que me aclare lo que ha pasado y veo que ha envejecido un poco- ¿no has tenido otra opción?-
-No, el espejo me aclaró que algo así podría desatar su magia pero también dijo que esa niña podría ser la que me derrote cuando sea mayor con su belleza, aunque me duela lo que he hecho ha sido lo mejor, tanto para ella como para mí y mi reino, ¿tú qué dices?- en todo este tiempo me he vuelto prácticamente en la mano derecha de la reina y muchas cosas me las consulta
-Aunque me duela mucho esto que está sufriendo Freya ya que es mi amiga y se merece ser feliz, creo que es lo mejor para ambas aunque esa niña sea inocente, además, así no tendrá que vivir en los tiempos en los que vivimos- suspiro con pesar y pienso en los posibles movimientos que pueda hacer ahora su hermana- algo me dice que va a querer exiliarse, alejarse de este entorno y valerse por sí misma y formar su propio reino, creo que sería lo mejor para ella, pero eso tiene que decidirlo por sí misma-
-Tienes razón, siento mucho lo que he tenido que hacer- pongo mi mano en su hombro a modo de consuelo
Pasan los días y Freya ha cambiado a mucho más fría y seca, al final se ha cumplido lo que dijo, ha partido con parte de un ejército para el norte a crear su propio reinado , aunque me duele que se aleje ya que en todo este tiempo se ha vuelto una buena amiga. Ayudo a los soldados a preparar a los nuevos pero sin enseñarles todo lo que sé puesto que esto podrían usarlo en nuestra contra y no nos conviene a ninguna de las dos.
Los años pasan y nuestra ¿relación?, sigue igual, nunca me he atrevido a avanzar con lo que hay entre las dos ya que cada una tiene sus cosas y estoy bien así, creo, he mejorado mucho con mi magia al punto en el que he conseguido que mi apariencia se vea igual a cuando tenía 20 años mientras absorbo la fuerza y juventud de los soldados que se atreven a desafiar mi autoridad, mis órdenes o que intentan pasarse de listos, aunque también de los guerreros que me encuentro por la calle y que piensan que pueden hacer lo que se les antoje con la primera que ven por la calle, esos sí que no los soporto. Ahora mismo estoy yendo a reunirme con Ravenna junto con Finn de algo importante, llego a la sala y ella está ahí aún de pie, se percata de mi presencia y se acerca para darme un pequeño beso en los labios aprovechando que estamos completamente a solas, nos sentamos y esperamos a que el hombre de cabello blanco haga acto de presencia, saco de mi zurrón mis materiales para tallar la madera y lo dejo en mi regazo.-¿Qué vas a tallar esta vez?- me ve curiosa con una pequeña sonrisa, de vez en cuando le regalo alguna que otra pieza de madera o algún dibujo o boceto de ella
-Pues no lo sé, aún no sé qué es lo que habita dentro de la madera, pero ¿qué es lo que te gustaría que fuera?- le miro con diversión
-Una rosa, o un cuervo, hace tiempo que no haces un cuervo- se nota su adoración por esos animales
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Mi Reina
Random¿Alguna vez te ahs parado a preguntar si el villano de la historia con otros es la mejor persona del mundo? ¿Que el malo de la historia tiene a alguien que siempre la protege hasta con su vida? ¿Que le daría su vida a cambio de su bienestar? Bueno...